El abuso político y corporativo de los niños

01/12/2015 - 12:00 am

Con la colaboración de Fiorella Espinoza.

¿Cuál es el mundo, el entorno, en el que se están desarrollando nuestras niñas y niños?

He tenido la necesidad de explicarle a un niño de 8 años por qué mataron al hijo de un amigo de la familia, por qué al papá de su compañero de la escuela intentaron secuestrarlo y lo balearon, la desaparición de los 43 estudiantes normalistas, porque se roban los autos en ese barrio, y más recientemente, el acto terrorista en París y decirle que también hubo otro en Beirut y muchos más de los que no se habla. Ese es el mundo que les rodea.

Por su parte, las niñas en nuestro país, además de exponerse a la violencia, desde sus primeros meses, ven en la calle y en la televisión, en los espectaculares, en los puestos de periódicos, en todos lados, cómo las imágenes que predominan de las mujeres son de su cuerpo, semidesnudas. Las niñas observan como lo que se destaca de las mujeres no son sus capacidades, sus aptitudes: son sus glúteos y sus pechos. Pero no sólo las niñas ven esa imagen predominante de las mujeres, también los niños: el efecto es sobre unos y otros: niñas y mujeres que se ven proyectadas como objetos y niños y hombres que ven a las mujeres como objetos.

Por su parte, los niños desde los 8, 9, 10 años, incluso a menor edad, pasan varias horas diarias en videojuegos clasificados para mayores de 17, portando, virtualmente, armas y matando a centenares de personajes en cada sesión. La competencia comercial entre los videojuegos radica en cuál es más realista para exponer las masacres y el derramamiento de sangre. Los niños de 5° y 6° año de primaria anhelan videojuegos aún más violentos, los clasificados “M”, para adultos, en los que pueden convertirse en delincuentes, traficar drogas, ser matones, robar, etc., como en uno de los más demandados videojuegos: Grand theft auto. Y no sólo anhelan jugarlos, muchos de ellos lo hacen. Este juego es común entre los estudiantes de secundaria, jugar a ser delincuentes, traficar, asesinar, portando armas del mundo real.

Los fabricantes de armas, con el fin de promover sus productos desde temprana edad, han entrado en relación con los diseñadores de videojuegos para que las armas que usan los niños en éstos sean las  mismas armas que ellos fabrican e introducen en el mercado. El arma utilizada en la peor masacre ocurrida en una escuela de los Estados Unidos, la de la escuela de Newtown en Connecticut en diciembre del 2012, aparecía en el popular videojuego Call of Duty, gracias a un acuerdo del fabricante de armas con los productores del videojuego. La propia Asociación Nacional del Rifle (ANR) ha querido poner la responsabilidad en los videojuegos para explicar la violencia armada en varias escuelas de los Estados Unidos. Sin duda, la ANR que defiende la venta y posesión de armas entre los ciudadanos y los videojuegos de alta violencia, ambos contribuyen a la violencia armada.

La penetración de los videojuegos violentos entre los niños y jóvenes mexicanos es un fenómeno aún no dimensionado, sin embargo, es sabido que es muy profunda. En este entorno de violencia real y virtual, nuestro país experimenta con uno de los mayores índices de bulín en las escuelas y de violencia contra las mujeres, una violencia que tiene su contraparte adulta en el crimen organizado y los feminicidios

Es así que los niños y niñas de nuestro país, en un mercado no regulado, en que se impone el capitalismo salvaje, están expuestos a una “cultura” de violencia y  sexualización desde que tienen capacidad de percibir su entorno. En este proceso, niñas y niños son sumergidos en una objetivación de la mujer en la que se destaca el cuerpo y ciertas partes específicas del cuerpo.

Paralelamente, durante su desarrollo y antes de hablar, las niñas y niños reconocen ya las marcas de bebidas, cereales y lácteos, entre otros productos intensamente azucarados, gracias a campañas invasivas de publicidad de alimentos y bebidas que generan en ellos el deterioro de sus hábitos de alimentación desde muy temprana edad. Los niños mexicanos han llegado así a los primeros lugares de sobrepeso y obesidad en el mundo, convirtiéndose en uno de los mayores consumidores de bebidas azucaradas, algunos las han consumido desde las mamilas.

El cuidado de lo público, las medidas para establecer y mantener ambientes más saludables, para la mente y para el cuerpo, el cuidado del desarrollo de la infancia en nuestro país, ha estado fuera del que hacer político. Lo que ha prevalecido es la práctica del “libre negocio”, del campo libre. Y esta situación ha permeado la cultura de protección de las niñas y los niños, generándose así una situación en la que los padres que se esfuerzan por que sus hijos no tengan acceso a esos videojuegos o que se alimenten sanamente en las escuelas, son vistos como extraños.

En este contexto tóxico es que debe evaluarse la dimensión de la nueva clasificación de contenidos en la televisión mexicana promovidos por la Secretaría de Gobernación. A través de estos lineamientos se oficializa que el horario infantil que se extiende actualmente hasta las 8 pm, ahora será únicamente hasta las 4 de la tarde.

Las televisoras y la industria de alimentos y bebidas se han agrupado con el interés por reducir el horario infantil, sin importar que se incremente así la exposición de niños y niñas a contenidos no aptos para ellos (sexualidad, violencia, adicciones: velada, sugerida y explicita) y a publicidad de comida chatarra y bebidas azucaradas. La concesión viene de la Secretaría de Gobernación, en un acto regresivo sobre los derechos de la infancia que debe tener serias implicaciones legales. Los nuevos lineamientos de clasificación de contenidos audiovisuales de las transmisiones radiodifundidas y del servicio de televisión fueron establecidos por la Secretaría de Gobernación en un proceso fast track. Si uno revisa la consulta pública de estos lineamientos en la Comisión Federal de Mejora Regulatoria, un proceso obligatorio para este tipo de regulaciones, no hay un solo comentario. Lo anterior se debe a que la consulta sólo duró dos días, cuando se recomienda que este proceso se extienda por un periodo de 20 días, con la posibilidad de ampliarse aún más, como ha ocurrido en muchos otros casos.

La Secretaría de Gobernación ha actuado en sentido contrario a la propia evidencia proporcionada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). De acuerdo al estudio sobre oferta y consumo de programación para público infantil en radio y televisión del IFT, la televisión abierta es el medio más consumido por la población infantil y el horario en el que más niñas y niños se encuentran detrás de un televisor es de 7 a 10 de la noche, tanto de lunes a viernes como los fines de semana. El estudio del IFT había proporcionado evidencia para que la autoridad ampliara el horario infantil de las 8 pm hasta las 9 o 10 pm como se establece ya en algunos países. Sin embargo, en vez de extender el horario, la Secretaría de Gobernación lo ha reducido.

Gráfico horarios EPC final

En la gráfica puede observarse que la mayor audiencia de niños y niñas se da entre las 7 y 10 de la noche. Con los nuevos lineamientos las niñas y niños podrán ver desde las 4 pm programas con “violencia eventual y justificada”, “desnudez velada”, “drogas implícita” y “lenguaje soez eventual”;  a partir de las 7 pm podrán ver “violencia física y justificada”, “desnudez en 2° y 3° plano”, “palabras soeces”; y a partir de las 9 pm, cuando más niñas y niños ven la televisión, podrán observar “consumo de sustancias ilícitas”, “desnudez erótica sin genitales” y “cualquier tipo de lenguaje”.

Es inexplicable el por qué la Secretaría de Gobernación ha propuesto lo anterior.

Lo anterior puede tener una explicación al permitir cada uno de estos horarios la promoción de productos que no están permitidos en los horarios infantiles. Tendremos que ver si esto también significa que se amplía el horario para publicitar bebidas alcohólicas. En materia de promoción de alimentos y bebidas no saludables a la infancia, la raquítica regulación existente se debilita aún más con los nuevos lineamientos. El tema es grave ya que ésta publicidad está reconocida como un factor que contribuye al deterioro de los hábitos alimentarios de los niños y niñas y la propia Organización Mundial de la Salud recomienda su regulación. El hecho es aún más grave en nuestro país por la incidencia de sobrepeso y obesidad en la población infantil que ha llevado a que se estime que uno de cada tres niños mexicanos  tiene el riesgo latente de desarrollar diabetes a lo largo de su vida, probablemente a una edad todavía productiva.

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) estableció que la publicidad de alimentos y bebidas se restrinja solo en un horario de 14:30 a 19:30 entre semana y 7:30 a 19:30 entre semana y deja fuera programas como las telenovelas que de acuerdo al mismo estudio, son las que más ven niñas y niños. A partir de las 19:30 se puede publicitar cualquier tipo de comida chatarra en todos los canales.

La realidad es aún peor, basta con que uno se siente a ver una película clasificación B (exenta de la regulación y dirigida a mayores de 12 años) un domingo a las seis de la tarde para estar expuesto a un bombardeo intensivo de comerciales de comida chatarra. Refiriéndonos a un caso específico, en un solo bloque de unos cuantos minutos, niños y adultos pueden observar la mercadotecnia aplicada a 10 productos o marcas de grandes corporaciones.

Empieza el bloque con el comercial de un cereal de caja lleno de azúcar, colorantes, saborizantes y conservadores y desprovisto de nutrición, el cual se transmite dos veces en el mismo bloque (y por si no fuera suficiente con ello se muestra una barra publicitaria durante la película que remite al sitio web de la marca). Continúa el bloque con más azúcar, promoviendo gomitas de diferentes colores y sabores en forma divertida para los pequeños, que también se transmite dos veces en el mismo bloque.

Si ya era mucha azúcar, siguen tres comerciales de cadenas de comida rápida (pizza, hamburguesa, pollo frito) intercalados con tres comerciales que incitan el consumo de refrescos. Para completar el combo, se suma un comercial de frituras y otro de pan blanco acompañado de un personaje animado muy cariñoso. Todo esto en unos cuantos minutos, suficientes para pararse, ir a la alacena o la tienda y regresar a consumir más de 500 calorías y gastar menos de 50 que necesitamos para respirar.

¿En verdad el gobierno piensa obtener resultados con estas regulaciones laxas desde el papel, y abusivas en la realidad?

Para darse una idea de verdaderas regulaciones tenemos el caso de algunos países más democráticos. En Suecia por ejemplo, se prohíbe cualquier tipo de publicidad dirigida a niños menores de 12 años antes de las 9 de la noche además de que ninguna campaña puede utilizar niños ni mascotas, ya que llaman la atención de los infantes. En Inglaterra no es posible publicitar alimentos con alto contenido de grasa, sal y azúcar en los programas de televisión con público menor a dieciséis años, en cualquier horario y canal. En Chile se ha aprobado una ley que prohíbe este tipo de publicidad dirigida a la infancia entre 6 am y 10 pm, una ley que está siendo intensamente combatida por la industria.

La realidad de niñas y niños adictos a la comida chatarra, pasando horas en videojuegos extremadamente violentos y sumergidos en un entorno donde las mujeres son representadas como objetos sexuales, es algo común a la mayoría de los menores de edad en nuestro país. Pero este ambiente tóxico no es universal, vemos como en otros países la sexualización de la publicidad no está permitida, en otros donde la cultura y la información generada sobre el daño de los videojuegos reduce su impacto y unos más donde todo tipo de publicidad dirigida a la infancia no es permitida.

Los nuevos lineamientos promovidos por la Secretaría de Gobernación son un atentado a los derechos de la infancia y van a reforzar aún más el ambiente tóxico que tiene capturado a este país.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.
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