Por Óscar Arredondo Pico.
El 8 de septiembre el Gobierno Federal presentó al Congreso el paquete económico que contempla la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos para el próximo año el cual suele ser por excelencia la discusión legislativa más álgida y relevante para los legisladores. La labor de discusión y aprobación resulta sumamente compleja para los diputados federales, más aún cuando apenas llevan 20 días de conocer sus oficinas, no se han conformado las comisiones y muchos aún no entienden su papel en el recinto.
El presupuesto de 2016 tiene una particularidad, refleja un compromiso de ahorro y austeridad, al cual se comprometió la Secretaría de Hacienda desde la planeación del proyecto, así el gasto de 2016 se basó en lo que llamaron el presupuesto base cero, de esta forma el Gobierno reconoció la crítica situación financiera del país en la cual el panorama económico nacional e internacional amenaza con inhibir nuestro ya de por si bajo nivel de crecimiento. Así pues, si usted es diputado y ante el escenario económico y la novatez no sabe qué hacer, aquí le damos algunos tips.
Claridad en el gasto. Señor si usted va a discutir y aprobar el presupuesto, tiene primero que tener claridad de lo que va a hacer. Como diputado ya está excluido de la planeación y programación presupuestal, sin embargo puede discutirlo y debe aprobarlo. Para ello debe saber qué es: es una disposición administrativa, que se aprueba por la cámara baja, lo que le da carácter de ley sin serlo. Su aplicación responde a un ciclo que se ejerce y controla de enero a diciembre; se da seguimiento por medio de informes trimestrales y se da cuentas del mismo al año siguiente a través de la cuenta pública federal. Se evalúa por parte del Gobierno y se fiscaliza, una vez ejercido, por parte de la Auditoria Superior de la Federación, la cual está adscrita a la cámara de diputados. Se clasifica de manera tal que podamos responder a las preguntas: ¿En qué se gasta? ¿Para qué se gasta? y ¿Quién lo gasta?
Reducción del gasto. El presupuesto base cero debió contemplar una rigurosa evaluación de todos los programas y gastos del Estado, regularmente el presupuesto se determina de forma inercial, así como se ha venido dando, aumentando solo lo relativo a la inflación. Por eso, para que sea base cero el Gobierno debió identificar previo a un análisis de costo beneficio, las reducciones que haría. Sin embargo, si usted es diputado, tendría que checar si realmente se recortan gastos superfluos o innecesarios como los altísimos sueldos y prestaciones de jefes, subdirectores, directores y toda la línea jerárquica ascendente, muchas veces mayores que los de sus homólogos en la iniciativa privada. Deberá impedir que se vayan miles de millones de pesos en publicidad oficial, es de destacar que en solo dos años, el Presidente de la República gastó en ese rubro más de 14 mil 663 millones de pesos, de igual forma le recomiendo que cheque todos los gastos ociosos e innecesarios como la renta de inmuebles, de automóviles, el pago de celulares, comidas, hoteles y demás lujos que los mexicanos no estamos dispuestos a financiar.
Prioridad del gasto. Si tiene la fortuna de aprobar y discutir el gasto, por favor revise las prioridades que le da Hacienda, por ejemplo priorizar la inversión en desarrollo social, salud, educación o seguridad, creando más y mejor infraestructura en esos rubros. Por encima de la compra de aviones, autos, aumento de sueldos o prestaciones.
Democratización en el gasto. De acuerdo al último informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) 55.3 millones de personas en México viven en pobreza, de ellos 11.4 millones están en condiciones de pobreza extrema. La enorme desigualdad del ingreso es alarmante, el destino del gasto por lo tanto debe pensarse de manera tal que su distribución equitativa ayude a mejorar las condiciones de vida de todos los mexicanos. Señor diputado, si va a meter mano al proyecto le recomiendo que piense en cómo enfrentar el rezago educativo, garantizar el acceso a servicios de salud y seguridad social de la mitad de la población, piense en que sus representados puedan tener servicios básicos en una vivienda decorosa. En caso de que el los proyectos se enfoquen en comunidades indígenas verifique que previamente se realice a una consulta pública a la comunidad, lo anterior conforme al artículo 6° del convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.
Combatir la corrupción al ejecutar el gasto. No se olvide que la mayoría de las irregularidades en el manejo del gasto y la corrupción, no se gestan en la maldad propia de las mentes retorcidas, sino en la oportunidad de meter mano a los recursos con discrecionalidad e impunidad absoluta, la mayoría de las veces en el marco de procesos legales. Así que le recomendamos poner candados en especial a los procesos de adquisiciones y contrataciones de obras públicas, debe limitar al máximo el uso de figuras excepcionales como la adjudicación directa o la invitación restringida, y establecer sanciones por el abuso de dichas figuras.
Fomentar la participación ciudadana en el gasto. Una democracia sustantiva nos debería habilitar como ciudadanos para poder intervenir en el ciclo presupuestario, en particular, en el destino del gasto. En el Distrito Federal, ya hace algunos años se implementó el presupuesto participativo, es una herramienta que permite a la ciudadanía incidir o tomar decisiones referentes a los presupuestos públicos. Generalmente a nivel delegacional o municipal.
Evaluación del gasto. Se dice que nuestro presupuesto está basado en resultados y responde a un sistema de evaluación del desempeño, sin embargo, año con año, la Auditoría Superior de la Federación detecta las mismas irregularidades, los problemas en el manejo y control, lejos de erradicarse se vuelven estructurales y sistemáticas. Una correcta evaluación del gasto debe permitirle al gobierno hacer correcciones desde el momento en que se planea el presupuesto.
Resultados del gasto. A la población no le importa si las dependencias y entidades de la administración pública logran sus metas programadas, lo que nos interesa realmente es que las políticas públicas sean eficientes al atenuar, reducir, o eliminar problemas sociales como el analfabetismo, el hambre y la pobreza extrema.
Transparencia y rendición de cuentas en el gasto, La Ley General de Contabilidad Gubernamental, obliga al Estado a mantener mecanismos efectivos de transparencia presupuestal en sus ingresos y gastos, para ello se elaboraron modelos de transparencia que debían replicarse en todos los estados y municipios del país antes de que concluya este año. Es por eso que en 2016 esta meta no debe postergarse más. El libre acceso y manipulación en formatos abiertos de la información presupuestal, permite que se puedan articular ejercicios de monitoreo por parte de la sociedad y nos habilita a exigir rendición de cuentas.