Tributo a los insectos

14/06/2015 - 12:01 am
Fotografía tomada de la red
Fotografía tomada de la red

¡43 normalistas no se olvidan!

Pocas veces no detenemos a pensar en lo que hacen los bichos por nosotros. En general cuando aparecen en nuestro radar los aplastamos o huimos de ellos, sin embargo como trato de ejemplificar cada semana en esta colaboración, sin ellos no podríamos vivir como lo hacemos hoy en día. Sin abejas no tendríamos todas las frutas y verduras que comemos, nos alimentaríamos únicamente de cereales y animales; sin escarabajos peloteros estaríamos rodeados en caca y moscas; sin mariposas y polillas las plantas silvestres no tendrían frutos y desaparecerían de la Tierra en poco tiempo; sin arañas estaríamos infestados de mosquitos, en fin nuestra vida sería muy diferente sin ellos.

Recientemente el anatomista japonés Takeshi Yoro se tomó en serio el papel de los bichos y decidió realizar un monumento para agradecer a los insectos y pedir perdón por todos los que hemos matado como humanidad sin ton ni son. La escultura es obra del arquitecto  Kengo Kumay fue  instalada en las inmediaciones de un templo budista Kenchoji y fue inaugurada el 4 de junio de este año en la localidad de Takamura a las afueras de Tokio. Al parecer la fecha de inauguración fue seleccionada porque 4 de junio en japonés se dice “Mu-shi” que al mismo tiempo quiere decir bicho; por lo visto el autor no dejó nada al azar e inauguró el monumento a la gratitud con los bichos, el día del bicho. Durante el acto se leyeron Sutras budistas para dar gracias y pedir perdón a los insectos por las acciones humanas en su contra.

El monumento presenta a un humano pintado de dorado con la cabeza gacha en señal de pedir perdón frente a un escarabajo grande tallado en piedra de medio metro de largo, los dos personajes están rodeados por estructuras de alambre blanco formando una encierro, una jaula que al mismo tiempo une y condena al hombre y al escarabajo para permanecer juntos.

Más allá de la parte culpígena de la escultura que nos recuerda las cosas terribles que hacemos con los bichos cotidianamente, creo que el autor si tuvo muy buena visión al poner ante la opinión pública un monumento que provoca la reflexión y resalta la función que cumplen los insectos y artrópodos para el funcionamiento de los ecosistemas.  Esta obra nos permite reflexionar y conectarnos con los bichos.

Existen otros esfuerzos de vinculación con la naturaleza como los retiros espirituales en lugares aislados, sin embargo nos hace falta darnos cuenta que la biodiversidad no está en el Amazonas o en el Ártico sino que está alrededor nuestro, en todas partes, incluso en la ciudades. En México podemos encontrar una gran diversidad inclusive en el patio de la escuela, en el camellón de una avenida o en los ríos que todavía sobreviven. Considero que es muy importante darnos cuenta de esto, no solo porque tenemos bichos increíbles en nuestro entorno sino porque al poner atención y vincularnos con ellos podremos tomar acciones de conservación que sea más eficientes, si todos conocemos el porqué de no tirar el drenaje a los ríos o el porqué de sembrar árboles en las ciudades.

Hay una iniciativa local reciente que quiere involucrar a los ciudadanos para observar la naturaleza, en particular busca monitorear a las luciérnagas en México por medio de una página en Facebook y el #veobrillar. En esta página y con el hashtag, todas las personas interesadas podrán subir sus observaciones y formar parte de una red de monitoreo ciudadano. El porqué del monitoreo particular de las luciérnagas se relaciona con que sus poblaciones están en franca decadencia, necesitamos saber donde todavía hay condiciones para que ellas puedan vivir y conservar estos sitios. Si logramos observar y vincularnos más con la naturaleza estoy convencida que podremos encontrar nuevas formas de relación que promuevan la conservación de la biodiversidad y el buen vivir del ser humano.

*Para mayor información sobre las luciérnagas pueden leer esto.

Ek del Val de Gortari
Soy bióloga egresada de la UNAM y después realicé un doctorado en ecología en el Imperial College del Reino Unido. Actualmente trabajo en el Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM en Morelia y coordino la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la ENES-Morelia también de la UNAM. Dedico mis días a tratar de entender cómo funcionan las interacciones entre las plantas y los herbívoros que se las comen. Me gusta trabajar en las selva y también estoy interesada en entender como se modifican las interacciones entre especies cuando hay alteraciones en los ecosistemas, por lo que estoy trabajando en campos agrícolas y en ambientes restaurados. Considero que la visión que la ciencia aporta a la vida cotidiana es muy importante, por eso me gusta escribir textos de divulgación científica y procurar que un mayor número de gente conozca las maravillas que hemos aprendido y descubierto. En particular escribo sobre bichos porque son seres considerados abominables en el inconciente colectivo, que cuando nos detenemos un poco a observar y entender mejor, se vuelven maravillosos.
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