La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) nos ha atacado argumentando que damos información sesgada y tendenciosa, que desinformamos a la población. Las declaraciones vienen en respuesta al documento que presentamos la semana pasada: “Contra la Obesidad y la Diabetes: una Estrategia Secuestrada” en el que demostramos que la COFEPRIS se sometió a los intereses de la Gran Industria de Alimentos y Bebidas entregando la salud de la población (ver el documento en http://bit.ly/1H56VPW).
Retamos a la COFEPRIS a debatir públicamente sobre la denuncia que realizamos señalando que los criterios que ha implementado para el etiquetado frontal de los alimentos y la regulación de la publicidad dirigida a los niños y niñas de estos productos fueron diseñados por la Gran Industria de Alimentos y Bebidas, gran responsable de la epidemia de obesidad y diabetes que vivimos. Los propios documentos oficiales confirman que los criterios fueron retomados de autorregulaciones elaboradas por la industria.
Retamos a Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios a que demuestre que sus criterios corresponden a los recomendados por la Organización Mundial de la Salud/ Organización Panamericana de la Salud como afirma en declaraciones.
Retamos a que haga público algún estudio que demuestre que el etiquetado frontal que eligió, introducido en México por la industria, es entendido por los consumidores mexicanos. En una solicitud por acceso a la información la propia COFEPRIS nos informó que no realizó ningún estudio, ¿es esta la seriedad con la que trabaja?
Retamos a la COFEPRIS a que demuestre que sus criterios para el consumo diario de azúcar corresponden a las recomendaciones de la OMS/OPS y que 90 gramos de azúcar (18 cucharadas cafeteras) no representa un riesgo de salud para la población. Decenas de expertos internacionales a escala internacional dirigieron una carta al presidente Peña para advertirle que ese etiquetado representaba un riesgo para la salud (ver esa carta en http://bit.ly/1mXS3oI). Al final del artículo se reproduce la lista de expertos que firmaron la carta.
Hemos demostrado con documentos que los criterios de estas regulaciones fueron desarrollados por la industria y que estos criterios nutricionales van en contra de las recomendaciones de la OMS/OPS y que representan un riesgo para la salud de la población..
Cuando la evidencia científica se presenta para demostrar que la autoridad ha entrado en contubernio con los poderes económicos, como en el caso de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios con la Gran Industria de Alimentos y Bebidas, la autoridad responde con engaños, con mentiras, aprovechándose del desconocimiento, de la falta de información entre la población.
La regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia es muy limitada y no cubre edades, horarios, programas, medios y las herramientas de manipulación y engaño más utilizadas para llevar a los niños y niñas a consumir alimentos que no son saludables. Por lo tanto, esta regulación es extremadamente limitada.
Sin embargo, a diferencia de la regulación de la publicidad que es muy limitada, el etiquetado frontal representa un riesgo a la salud. Los expertos internacionales escribieron al presidente Peña en una carta publicada en varios medios nacionales: “estamos profundamente preocupados por la opción de etiquetado frontal obligatorio que su gobierno implementará, ya que es un etiquetado difícil de entender y tiene criterios que contravienen las recomendaciones internacionales y representan un alto riesgo para la salud de los mexicanos”.
En las declaraciones del comisionado de Sanidad de COFEPRIS contra la Alianza por la Salud Alimentaria señala que todos los criterios corresponden a las recomendaciones de la OMS/OPS y de los Institutos de Salud :¡miente!. Por qué entonces el propio comisionado federal de COFEPRIS Mikel Arriola salió a hacer el teatro, ante las críticas de los expertos internacionales, para supuestamente reformar el etiquetado frontal. El Gran Teatro de Arriola consistió en que en el etiquetado ya no se establecería la frase “Nutrimientos diarios recomendados”, y que ahora quedará como “nutrimentos diarios”. El cambio, argumentó Mikel Arriola, se debía a que Salud y COFEPRIS no establecían una recomendación de consumo de azúcar. ¿Pero qué entiende usted, que entiende un consumidor si lee en una etiqueta de un refresco de 600 mililitros que contiene 63 gramos de azúcar: “Azúcar 70% de los nutrimientos diario”?. La interpretación es que esa azúcar es sólo el 70% de un nutrimiento, falta consumir un 30% más. El cambio no significó nada porque no cambió el significado. Aunque esa cantidad de azúcar presente en ese refresco rebasa por mucho el máximo tolerable establecido por la OMS, el etiquetado no alerta sobre el alto contenido de azúcar, al contrario, induce al consumo de más azúcar.
Y más reciente, ante las nuevas recomendaciones de la OMS que al máximo tolerable de consumo de azúcar de 50 gramos añade que el consumo ideal para proteger la salud debería ser no más de 25 gramos, el Subsecretario de Prevención de la Salud, el Dr. Pablo Kuri, de la propia Secretaría de Salud, declaró que México sería el primer país en implementar estas recomendaciones. ¿No es acaso las declaraciones de Mikel Arriola y el Dr. Pablo Kuri, palos de ciego ante un etiquetado que es evidentemente una amenaza a la salud?, ¿cómo van a seguir las recomendaciones de la OMS?, ¿modificarán el etiquetado que ya será obligatorio e a partir de julio y que ya portan, incluso, parte importante de los alimentos y bebidas procesadas importadas?. El chiquero sigue y no encuentran cómo limpiarlo.
Y no se trata solamente del criterio de azúcar, se trata de que nadie entiende el nuevo etiquetado. El Comisionado de Fomento Santitario de COFEPRIS, Julio Sánchez, argumentó que el nuevo etiquetado: “cuenta con elementos suficientes para tomar decisiones, porque el consumidor podrá saber cuántas calorías está consumiendo”: ¡miente¡. El estudio que realizó el INSP demostró que ni los estudiantes de nutrición lo entendían y en la Encuesta Nacional sobre Obesidad que realizamos en agosto de 2014 solamente el 12% de los entrevistados atino a responder la cantidad de calorías recomendadas para un adulto en un día y solamente 6% para los niños entre 10 y 12 años.
Si el propósito era que los consumidores pudiéramos entender muy fácilmente un nuevo etiquetado frontal para realizar elecciones más saludables, COFEPRIS logró lo que las grandes empresas han querido: que no se entienda nada con el nuevo etiquetado y que incluso engañe sobre el contenido de azúcar.
Para las redes sociales y compartir algo de este fraude, se realizó la producción de este video que da inicio al Estudio de Sofía, un espacio para la defensa de los derechos de los consumidores: http://bit.ly/1aKP02L
COFEPRIS ha llevado a la Secretaría de Salud y ésta al gobierno federal a realizar una regulación que representa una amenaza a la salud de los mexicanos. En el país que presenta uno de los más altos índices de obesidad y diabetes, donde el sistema de salud está colapsado por esta causa, este etiquetado frontal representa un atentado contra la salud, una violación a nuestros derechos a la información y a la salud.
El chiquero lo produjo COFEPRIS al establecer el contubernio con la industria para llevar adelante estas regulaciones, al no consultar a los expertos, a los institutos de salud, a las asociaciones profesionales, al no tomar en cuenta las recomendaciones de la OMS/OPS.
Estos son los expertos que escribieron la carta al presidente Peña advirtiendo que el etiquetado era un riesgo a la salud.
Dra. Kate Allen, World Cancer Research Fund International • Peter Baldini, World Lung Foundation • Dra. Martine Berger y Nicoletta Dentico, Heath Innovation in Practice • Dr. Benjamin Caballero, Johns Hopkins University • Geoffrey Cannon, School of Public Health, University of Sao Paulo • Larry Cohen, Prevention Institute • Anna Glayzer, Consumers International • Dr. Harold Goldstein, California Center for Public Health Advocacy • Dr. Terry Huang, University of Nebraska Medical Center • Dr. Michael F. Jacobson, Center for Science in the Public Interest • Bill Jeffery, Centre for Science in the Public Interest, Canada • Dr. Jeffrey P. Koplan, Emory Global Health Institute • Dra. Bridget Kelly, School of Health and Society, University of Wollongong, Australia • Dra. Shiriki Kumanyika, Co-Chair, World Obesity Policy and Prevention • Dr. Robert H. Lustig, Pediatrics, University of California, San Francisco • Dr. Graham MacGregor, Action on Sugar / Wolfson Institute of Preventive Medicine, Queen Mary, University of London • Dr. Reynaldo Martorell, Hubert Department of Global Health, Emory University • Dr. Carlos A. Monteiro, School of Public Health, University of Sao Paulo • Dr. Dariush Mozaffarian, Harvard University • Dr. Bruce Neal, University of Sydney • Dra. Marion Nestle, New York University • Dr. Barry M. Popkin, School of Public Health, University of North Carolina at Chapel Hill • Dr. Mike Rayner, University of Oxford, UK • Dr. Jeff Ritterman, Physicians for Social Responsibility • Patti Rundall, Baby Milk Action & International Baby Food Action Network • Dr. Nick Sheron, University of Southampton, UK • Dr. Fabio da Silva Gomes, World Public Health Nutrition Association • Dra. Mira Shiva, Initiative for Health & Equity in Society • Elisabeth Sterken, INFACT Canada/IBFAN North America • Dra. Kimber Stanhope, Department of Nutrition, University of California, Davis • Dr. Boyd Swinburn, Co-Chair, World Obesity Policy and Prevention (formerly International Obesity Taskforce) • Dr. Ricardo Uauy, Instituto de Nutrición, Universidad de Chile • Dra. Stefanie Vandevijvere, University of Auckland • Dr. Walter Willett, Harvard School of Public Health