Por Silvia Ruiz Cervantes.
Testimonios son los que van dejando las y los migrantes en su recorrido por México hacia Estados Unidos. Unos logran cruzar para su buen vivir y otros desafortunadamente no superan todos los obstáculos que se van interponiendo en su largo trayecto.
La deportación es uno de los procesos con los que se encuentran las personas migrantes, en el que sufren varios abusos siendo el debido proceso el derecho más violado. Dentro de ese derecho, hay un problema que siempre ha existido y que tal vez no sea muy nombrado o que no llame la atención a primera vista: la retención de pertenencias.
El proceso de deportación en Estados Unidos pasa por diversas agencias distintas con políticas diferentes en cuanto a las pertenencias, lo que complica su devolución. En general se cuenta con 30 días naturales para su recuperación. Sino han sido solicitadas por la o el migrante dentro de este término son destruidas y el dinero se ingresa a una cuenta del Gobierno. Lo anterior genera una práctica común que la persona migrante no pueda recuperarlas ya sea porque no se le es informado del trámite o porque son detenidas por más días del determinado para solicitarlas.
Al hablar de pertenencias no sólo se hace referencia al dinero, sino también a diversos bienes como fotografías, documentos de identidad, celulares, ropa, medicamentos, entre otros. Esto tiene impactos tanto a su patrimonio como a otro tipo de derechos como el de la salud y laboral, además de que produce repercusiones importantes como al no tener documentos de identidad no pueden acceder a ciertos servicios básicos o conseguir un empleo, sin celular no tienen forma de comunicarse con sus familiares o no cuentan con los números de personas cercanas a ellos y ellas, sin dinero no pueden comprar comida o un boleto para regresar a su lugar de origen, y sin ropa se encuentran expuestos al mal clima del lugar. Es decir, al quitarles estos bienes se forma una cadena de violaciones de derechos humanos, por ello la relevancia del tema.
Varias organizaciones de la sociedad civil y la academia tanto de México como de Estados Unidos tienen registro o han hecho aportes sobre el tema. La Universidad de Arizona en 2013 publicó un informe en el que al entrevistar a 1110 migrantes repatriados un tercio de ellos y ellas se les retuvieron pertenencias y no fueron recuperadas. El Programa de Defensa e Incidencia Binacional (PDIB) documentó que de 866 personas entrevistadas entre el 2011 y 2012 el 52% sufrieron un abuso por parte de autoridades estadounidense y el 25 % de ellas sufrieron la retención de las pertenencias. American Civil Liberties Union of New Mexico (ACLU-NM por sus siglas en inglés) construyó una base de documentación donde incluye el tema de pertenencias. Y la organización No more deaths que se dedica a ayudar a la persona migrante en cuanto a la recuperación de su dinero, en su informe titulado “Despojo: Como el sistema de deportación roba a los inmigrantes su dinero y pertenencias” señala que el despojo se produce por tres mecanismos principales:
- El dinero es devuelto de formas difíciles de usar o cambiar
- Existe negligencia por parte de los estados
- El dinero es robado por agentes policiales
Y concluye haciendo énfasis en que la negligencia hacia las personas migrantes se ha convertido en un patrón de violación sistémico que ocurre inevitablemente en la detención y deportación colocando a las y los migrantes en una situación complicada de abusos.
Pese a lo ya dicho y documentado sobre la importancia de acabar con el problema sobre la retención de pertenencias hacia migrantes, el gobierno estadounidense insiste en no atenderlo y no crear mejores mecanismos de control y garantía de los derechos de las personas migrantes. Por lo que nos encontramos con un sistema institucional fallido que no hace el mínimo esfuerzo para salvaguardar la devolución de pertenencias y demás derechos que se encuentran vinculados.
