Cerramos 2014. Hoy beberemos vino espumoso, tequila, whisky, cerveza. Comeremos algún guiso tradicional o las supersticiosas doce uvas. Lo haremos reunidos con nuestras familias o nuestros amigos. Celebraremos los logros del año que se va y nos haremos propósitos de Año Nuevo. Dormiremos hasta entrada la madrugada, ya que hayamos dado y recibido grandes abrazos.
Así debería ser este fin de año. Así deberíamos arrancar uno nuevo.
Pero no todos en este país pueden hacerlo así. Muchos, muchísimos, no tendrán que comer ni que beber. Muchos habrán perdido a algún familiar o amigo como víctimas de la violencia brutal que carcome este país. Muchos, prácticamente 1 de cada 2 mexicanos, verán irse otro año más de desempleo, de pobreza, de injusticia.
No seas pesimista, dirán ustedes: “Son fechas para festejar”.
Carajo. Es cierto, pero no se me puede olvidar que la mitad de este país -repito: ¡la mitad!- no tiene nada que festejar ni con qué hacerlo. O no tiene satisfactores materiales mínimos o no le alcanza para la canasta básica o es victimizado a diario por la burocracia, el abuso de poder, la extracción de rentas surgida de la concentración de ciertas industrias o el cínico monopolio en otras.
¿Cómo celebrar así?
…
Me di a la tarea de hacer un inventario breve de este año que se va. Tomé cifras de aquí y allá para que no me ganara la víscera y atenerme a los datos duros.
Aquí –según yo- los números más relevantes del 2014:
- El resumen ejecutivo del último Informe presidencial incluye 11 reformas, 42 programas y más de una decena de estrategias. Destacan las reformas energética, educativa, de telecomunicaciones, fiscal, laboral y política.
- México cayó del lugar 55 al lugar 61 en el Índice de Competitividad Global de 2014 del Foro Económico Mundial. Los rubros en los que peor se encuentra son: seguridad (140), la calidad del sistema de educación (123), la eficiencia del mercado laboral (121), la confianza de los ciudadanos en los políticos (114) y la implantación de las Tecnologías de la información y comunicación (88).
- 35 por ciento. La puntuación reprobatoria de México en el Índice de Percepción de la Corrupción 2014, elaborado por Transparencia Internacional. Lo que sitúa al país en el lugar 103 de 175 de países incluidos y como el peor de los miembros de la OCDE.
- 3.9% era el pronóstico inicial de crecimiento de la economía en este año, pero tras varios ajustes, rondará apenas un 2.0% a todas luces insuficiente.
- 3 millones 100 mil unidades, el número de automóviles que se produjeron en México. 8.5% más que en 2013, logrando superar a Brasil y convirtiéndose en el mayor productor de América Latina.
- La producción petrolera fue de 2 millones 364,000 mil barriles de petróleo diario producidos por Pemex. Es la menor cifra en tres décadas y representa alrededor de 175,000 barriles diarios menos que los producidos en 2013. El precio de la mezcla mexicana ha caído 48%. Según Luis Miguel González de El Economista.
- 15 pesos por dólar a pesar de los esfuerzos de contención del Banco de México.
- 14.53 el precio por litro de Gasolina Premium. O sea, un dólar.
- 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa. Uno identificado ya como muerto entre los restos analizados.
- 54 millones de pesos del precio de la “Casa blanca” de Angélica Rivera.
- 15 por ciento. El crecimiento de la Deuda Pública al tercer trimestre de 2014.Es decir, 7 veces el crecimiento del PIB cuando debería ser una cifra por debajo de este, según cifras y objetivos del observatorio México, ¿Cómo vamos?
- 57,899 muertos en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto (cifras al 31 de julio de 2014). 2,894 por mes; 96.49 por día. 14 mil muertos más que el mismo período de la Presidencia de Felipe Calderón.
- 15 muertos de los 22 registrados en Tlatlaya fueron ejecutados –fusilados- por el Ejército Mexicano.
- Dos Gobernadores caídos: Fausto Vallejo, de Michoacan, y Ángel Aguirre, de Guerrero gracias al crimen organizado.
- 122,850 empleos formales generados en Noviembre de 2014. Para un acumulado anual de 950,016. Por debajo de la meta de 1,200,000 empleos anuales. (México, ¿cómo vamos?)
- México tiene 52 millones de internautas y de esos, casi 1 de cada 2 tiene un smartphone. El segmento que más ha crecido en penetración de banda ancha no es alto, sino los dos estratos más bajos: D+ y D, que ya representan la mitad del mercado.
- 3 las casas financiadas y construidas por Grupo HIGA a funcionarios y personajes de primer nivel del gobierno de Peña Nieto. La de la Primera Dama, la usada por el equipo de campaña presidencial y la casa de descanso de Luis Videgaray.
- 38 por ciento la credibilidad del Presidente según una encuesta de Grupo Reforma. Todavía peor: 21 por ciento entre líderes.
- 4 por ciento el pronóstico de crecimiento para México en 2015. (The Economist).
…
Las cifras no son satisfactorias. Es casi consenso que el año ha sido decepcionante en muchos sentidos. Es cierto, hay muchos países que están peor, pero el tamaño de la oportunidad histórica que vive México no admite conformismos ni mediocridades. Al país le urge una definición clara de rumbo y una implementación correcta y honesta de la estrategia definida. Para eso se requiere confianza. No se puede sin ella.
Por eso quiero señalar dos factores fundamentales para construir la confianza en una gestión: la economía y la seguridad. Cuando el equipo de gobierno en turno es incapaz de garantizar que la población pueda satisfacer sus necesidades básicas en paz, estamos ante una crisis muy grave.
Hoy los mexicanos no solo no confían en la honestidad de su Presidente, tampoco confían en su capacidad para gobernar este país.
Ese es un clima que a nadie conviene. Cada vez será más difícil gobernar si el Presidente y su equipo más cercano no dan muestras contundentes de una verdadera voluntad de cambio.
Cada vez menos ciudadanos compran la versión oficial publicada en las portadas falsas de la OEM a lo largo y ancho del país. Cada vez menos creen en los grandes anuncios y en las grandes estrategias. ¿De verdad no se dan cuenta que sus discursos ya no convencen a nadie?
Por último. Hay una cifra que me faltó consignar: la cantidad de ciudadanos mexicanos que acudieron a las marchas pacíficas en decenas de ciudades del país y del resto del mundo para protestar. La cantidad de mexicanos que compartió un meme crítico en redes sociales. La cantidad de mexicanos que tuiteó un #YaMeCansé.
Esa es la cifra más relevante del año. Una cifra difícil de comprender pero que, por lo menos, anuncia un despertar. Una cifra que promete una movilización social más amplia y más profunda. Es la cifra para conservar en la memoria, para fijar un objetivo y una estrategia de crecimiento en torno a ella. Una cifra incluyente y solidaria. Una cifra en la que cabemos todos.
Más le vale al Presidente considerarla.