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Darío Ramírez

21/08/2014 - 10:03 am

La CNDH está vacante

La irresponsabilidad en el ejercicio de sus funciones del Dr. Raúl Plasencia, como presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), parece ser no tener límites. Aquí algunos puntos que describen perfectamente lo que ha sido su mandato, y que sustenta, el por qué sería un golpe a los derechos humanos su reelección […]

La irresponsabilidad en el ejercicio de sus funciones del Dr. Raúl Plasencia, como presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), parece ser no tener límites. Aquí algunos puntos que describen perfectamente lo que ha sido su mandato, y que sustenta, el por qué sería un golpe a los derechos humanos su reelección ante el organismo.

1.- La irresponsabilidad. Periodistas y activistas de derechos humanos han reportado un incremento en los diversos actos de intimidación después de los hechos de Chalchihuapan, Puebla y la Ley Bala (cabe señalar que Moreno Valle acaba de reservar por 7 años la información pública sobre los hechos violentos en dicha comunidad. ¿A qué le teme, señor gobernador?).

Desde hace varios meses se había reportado un clima hostil para el ejercicio de la libertad de expresión en Puebla. Las voces recogidas recientemente por personal de Artículo 19 señalan un acoso a través de la intervención ilegal de sus telecomunicaciones, intimidación física por parte de la policía, acoso sexual a periodistas y defensoras. Uno de estos casos es el del caricaturista Elmer Sosa, del periódico Diario Cambio. Todo eso y más en el reino de Moreno Valle. ¿Se ha acercado la CNDH a los denunciantes del acoso? No, claro que no.

Caricaturas de Elemer Sosa. Fuente: Diario Cambio
Caricaturas de Elemer Sosa. Fuente: Diario Cambio
Caricaturas de Elemer Sosa. Fuente Diario Cambio
Caricaturas de Elemer Sosa. Fuente Diario Cambio

Fue en este contexto adverso en el que se aprobó la Ley Bala. Fue en ese contexto en el que el Dr. Plasencia avaló el contenido de una ley que en su aplicación violaría derechos humanos, contrario a lo que muchos expertos señalaban vehementemente. El actuar de la CNDH durante la crisis en Chalchihuapan fue vergonzoso. Su silencio, inacción y omisión se presume que fueron para no entrar en conflicto con el gobernador que tanto lo había apapachado.

La reacción vino después de recibir un alud de críticas que evidenciaban la relación corrupta entre gobernador y ombudsman. Después de días su preocupación era el control de daños a su imagen. No vaya a pensar usted que era por su preocupación por los derechos humanos de la comunidad. El primer paso fue ir al lugar de los hechos (un mes después). Por qué no se le ocurrió ir antes, me temo que consideró que su tiempo podía ser empleado en otras prioridades. Personal del Centro Pro y de Artículo 19 estaban en Chalchihuapan cuando llegó la caravana del secretario de estado, ¡perdón! Del Ombdusman. Con un séquito de más de 20 personas, era momento de un despliegue monumental para resarcir su irresponsabilidad y componer su imagen. No podía dejar la comunidad sin la fotografía con Elia Tamayo, madre del joven muerto durante los hechos violentos. Irse a tomar la foto no merece mayores comentarios. El acto en si es grosero.

Lo que sí merece un comentario es que a pesar de las puntuales críticas a la Ley Bala, en el lugar de los hechos, el Ombudsman siguió trepado en su macho y señaló que la ley mencionada era copia calca de los principios del uso de la fuerza de la ONU. No tengo claro si es necedad o ignorancia, pero claramente no tiene sentido sus inexactas declaraciones.

2.- Vende caro tu amor. Muchos sospechábamos pero desconocíamos qué había de intercambio entre el gobernador Bala y su ombudsman Bala. Las sospechas fueron despejadas cuando ayer en primera plana el periódico Reforma retrataba fielmente los intercambios entre ambos personajes.

Meter foto de REFORMA Moreno y Plasencia.
Moreno y Plasencia. Imagen: Reforma

¿A qué tipo de Ombudsman se le premia con una cátedra,  se nombra un auditorio en su nombre y se le erige un busto mientras está en funciones? Únicamente a un personaje que está dentro de la gracia del gobierno, y para que un ombudsman esté dentro del amor de un gobernador es indispensable que deje de hacer su trabajo. Es incompatible ser un personaje incómodo y al mismo tiempo recibir semejantes regalos. Por ejemplo, según Reforma, cuando se inauguró el auditorio “Dr. Plasencia” en la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Puebla, estuvo activamente presente el gobernador Moreno Valle. ¿Coincidencia? Sinceramente lo dudo.

El ombudsman Bala vende su amor para asegurar la cercanía al poder político. La cercanía que podría asegurar su reelección ante la CNDH. Lo que la nota de Reforma nos dejó ver, es que el ombudsman tiene un evidente compromiso con su ego. Por más que rece que la autonomía es su mejor arma, la realidad dice otra cosa. La mentira como discurso político

3. Añorada reelección. El banderazo por la reelección oficialmente se dio el día de ayer cuando se celebraron los 15 años de autonomía de la CNDH. Lo obvio sería que la celebración fuera con la sociedad que protege, que el ágape fuera con las víctimas que defiende, con los defensores de derechos humanos que protege y acompaña en sus avatares diarios, con voces perseguidas, con periodistas amenazados. Eso en un mundo ideal. En México la celebración la hace con el principal violador de derechos humanos, con el sujeto que debe revisar, increpar, denunciar, es decir el Poder Ejecutivo. No logro entender qué tenía que hacer el presidente ahí. De hecho, es contradictorio que en la celebración de la autonomía constitucional se celebre con el sujeto público con el cual se tendría que tener mayor distancia.

Foto de Twitter
Foto de Twitter

Pero la lectura debe de ir por otro lado. Ayer se buscó mandar un mensaje de apoyo, por parte de Presidente, a la reelección de Plasencia. Los Pinos claramente se sienten cómodos con este ombudsman y quieren su reelección. Eso, para todos los que queremos un estado de derecho respetuoso de los derechos humanos, son malas noticias. Si Los Pinos lo quieren, claramente el Sr. Plasencia debe de salirse de la CNDH.

4. Está pero no está. Tenemos un marco normativo que en papel dibuja una CNDH fuerte. No es perfecto pero sin duda sus facultades le darían para tener un amplio margen de protección de los derechos humanos. La CNDH languidece con el paso de la administración de Plasencia. Algunas características mínimas de un verdadero ombudsman, para ver si el nuestro las tiene. Independencia: no la tiene, sus decisiones están dictadas por su interés político para quedar bien con el poder. Crítica: Sí crítica y es incómoda con ciertos actores. Pero la clave está en que no con todos. Sus criterios de intervención son heterogéneos. Lo que hace que nunca se sepa cómo va actuar. ¿Por qué unos temas sí otros temas no? ¿Por qué contra unos actores sí, otros no? Transparencia: Con decirle que conozco de primera mano tres juicios contra la CNDH basados en su opacidad. La información sobre su autogestión en términos de transparencia dista mucho de lo que debería ser. La opacidad, por lo menos en la Quinta Visitaduria, es permanente. Cercanía con las víctimas: Lo que debería ser su columna vertebral, las víctimas, reciben, desdén, indiferencia, burocracia interminable… y al final, pocas recomendación si vemos el número de violaciones a derechos humanos. Primero está el poder, después están las víctimas.

A pesar de tener inquilino la CNDH está vacante. El problema no está en el diseño institucional, sino en darle tan importante responsabilidad a alguien que no sea un defensor de derechos humanos, sino más bien otro político más. En octubre se designará (o reelegirá) el nuevo presidente de la CNDH. Por lo que veo los partidos políticos en el Senado se sienten cómodos con el Sr. Plasencia y esas son malas noticias. Tener alguien en la CNDH que ejerza con independencia el mandato constitucional implicaría un acto de estado, y no se ve que el Senado esté en esa tesitura. Ellos ven poco conveniente a sus intereses tener un ombudsman real. La única vía que nos queda es hacer tan evidente lo inviable de su reelección que el costo político para el PAN, PRI y PVEM (el PRD se ve más sensible al cambio) sea lo suficientemente alto para que opten por buscar un mejor candidato.

Darío Ramírez
Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Iberoamericana y Maestría en Derecho Internacional Público Internacional por la Universidad de Ámsterdam; es autor de numerosos artículos en materia de libertad de expresión, acceso a la información, medios de comunicación y derechos humanos. Ha publicado en El Universal, Emeequis y Gatopardo, entre otros lugares. Es profesor de periodismo. Trabajó en la Oficina del Alto Comisionado para Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), en El Salvador, Honduras, Cuba, Belice, República Democrática del Congo y Angola dónde realizó trabajo humanitario, y fue el director de la organización Artículo 19.

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