El duopolio televisivo, con la preponderancia de Televisa en los servicios de televisión abierta y de paga, es uno de los mayores obstáculos tanto para la democracia como para la cultura y la cohesión social en el país.
John Reith, primer director de la televisión pública británica, la BBC, señalaba: “los medios constituyen una fuerza social, cultural, educativa y moral”. Cuando esa fuerza está concentrada en un medio como la televisión, muy por encima de los demás medios, y cuando la televisión está concentrada en una empresa, su impacto negativo es múltiple.
Este poder lo ha ejercido Televisa en todos los ámbitos imaginables: desde censurar y promover a los partidos y políticos a su gusto e interés, hasta bloqueando el acceso a sus pantallas de la creación cultural de calidad de nuestro país para inundar los hogares mexicanos de sus “productos exclusivos” que denigran la cultura nacional (mejor audiencias embrutecidas que pensantes) , pasando por la censura no sólo a contenidos sino incluso a publicidad que no es de agrado para sus intereses y aliados comerciales.
No sólo se trata de que Televisa ponga trabas a la publicidad de Telcel en sus pantallas, lo ha hecho con la Alianza por la Salud Alimentaria de la cual formo parte. Aunque queramos pagar espacios comerciales no podemos realizar una campaña sobre los daños del refresco y la comida chatarra ya que Televisa es el principal beneficiario de la publicidad de estos productos. Televisa ha contribuido significativamente a que seamos los mayores consumidores del mundo de refrescos, pastelillos y botanas. Sencillamente la empresa no responde cuando se le solicita espacio pagado para estas campañas que buscan decirle a la gente qué se está llevando a la boca y cuál es la causa que tengamos uno de los mayores índices de mortalidad por diabetes en el mundo. Imposible llegar a los hogares con esta información: Televisa se alía con ConMéxico que representa a estas empresas, en contra de la salud de la población. Mientras, cada año, con todo el aparato publicitario y la colaboración de todo tipo de empresas e instituciones, convoca a su Teletón “llegando al corazón de los televidentes”. Esos mismos televidentes que no pueden pagar los costos de la diabetes entre sus familiares, esos televidentes que desde temprana edad son inducidos por Televisa al consumo de comida chatarra, generaciones de Chabelo chatarra.
Pero todo consumo inducido genera un abandono de otro consumo. Así como el consumo de chatarra ha significado en la población mexicana una caída en el consumo de frutas, verduras, frijol, etc.; el consumo de la porquería cultural que introduce Televisa y TV Azteca en los hogares mexicanos, si es que se puede llamar cultural, significa el abandono de la riqueza cultural de nuestro país.
Dónde está la riqueza cultural de México, la que abreva en las ricas tradiciones y la contemporánea que se manifiesta en todas las expresiones artísticas. La mejor producción en la que se ha involucrado Televisa fue el documental “Hecho en México”. Pero ahí no controló los contenidos como lo hace permanentemente en sus productos y, por lo tanto, las expresiones de música y pensamiento ahí registradas nada tienen que ver con lo que aparece en Televisa. Su director Duncan Bridgeman, con su formación música, reconoció la diversidad artística del país y obviamente no podría producir un “documental Televisa”.
Requerimos urgentemente tener opciones, competencia en la televisión. El control monopólico, duopólico, manipula al gusto del interés privado la información, no respeta la cultura e impone la bajeza espectacular, convierte la concesión pública en la fuente de la riqueza y el poder de una camarilla y sus aliados. Televidentes sometidos y embrutecidos son el ideal para Televisa.
Las leyes secundarias en telecomunicaciones se “discuten” en estos días en el Congreso. Las entrecomillas tienen que ver con el hecho de que, incluso, los senadores no saben quién las discute ya que esto se hace en privado. La discusión pública la ha hecho la sociedad civil, entre expertos y asociaciones no gubernamentales. En un largo proceso se ha elaborado una propuesta de ley de telecomunicaciones donde lo que prevalece es el interés público.
Ahora que la legisladora Purificación Carpinteiro se ha excusado de participar en estas discusiones es obligado que lo hagan también los miembros de la telebancada y el senador Javier Lozano que ha violado los procedimientos legislativos con el fin de servir a Televisa.
Como sociedad no debemos de dejar que Televisa siga dañando a la sociedad mexicana
México no aguanta más Televisa.