Alejandro Calvillo Unna con la colaboración de M. en C. Xaviera Cabada y M. en C. Katia García.
Estimada Dra. Mercedes Juan:
Agradezco su atención a esta 2ª carta pública referida a los criterios con los cuáles se ha elaborado la regulación del etiquetado frontal obligatorio de alimentos y bebidas, del etiquetado voluntario distintivo para las llamadas “mejores opciones” y la establecida para la publicidad dirigida a la infancia en ciertos horarios de televisión, que forman parte de la Estrategia Nacional para la prevención y el control del sobrepeso, la obesidad y la diabetes.
La evidencia internacional demuestra que la epidemia de obesidad y diabetes sólo puede ser enfrentada con una serie de políticas y regulaciones que vuelvan más accesibles las opciones de vida saludable que aquellas opciones que son la causa de esta epidemia. Las políticas y regulaciones que han sido implementadas con criterios basados en evidencia y de manera consistente están logrando resultados; cuando los criterios no son sólidos ni la política es consistente, los resultados llegan a ser similares a los escenarios donde no hay ni políticas ni regulaciones.
Hemos reconocido los primeros pasos que este gobierno ha dado en el impulso de políticas fiscales y en una regulación obligatoria a los alimentos y las bebidas en las escuelas, así como al hecho de que el gobierno mexicano ha reconocido esta situación como de emergencia. Sin embargo, reiteramos nuestra profunda preocupación y oposición a un etiquetado frontal que no cumple con el objetivo de informar a los consumidores con el fin de que puedan realizar elecciones más saludables, que los engaña e induce al consumo de altas cantidades de azúcar, aumentando el riesgo de síndrome metabólico, sobrepeso, obesidad y todas sus consecuencias.
De manera reiterada, la Comisión Federal para la Prevención contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) ha declarado que los criterios de estas regulaciones coinciden con los de la Organización Mundial de la Salud. Consideramos que ha quedado claro que la OMS en ningún momento establece un “requerimiento diario de azúcares” sean éstos naturales o agregados. Al mismo tiempo no existe preocupación por el consumo de azúcares naturales – presentes en frutas, verduras y lácteos - no son éstos los que están relacionados con la epidemia de obesidad y diabetes. El objetivo es reducir el consumo de los azúcares que son añadidos a los productos, como lo establece la OMS. COFEPRIS, a través de comunicados de prensa, entrevistas en medios impresos, radio y televisión ha reiterado que sus criterios son los de la OMS, e incluso, de manera insostenible ha dicho que sus criterios van más allá que los establecidos por la OMS. Puede consultarse el video de la entrevista al comisionado federal Mikel Arriola por parte de Carlos Puig para confirmar las aseveraciones que al respecto realiza: http://bit.ly/1tSAmvW
El uso del criterio de azúcares totales para un etiquetado frontal, sólo busca ocultar los azúcares que se le añaden a los productos al establecer un nivel de tolerancia mucho mayor. Además, presenta los azúcares como parte de una ingesta diaria recomendada. Como usted bien sabe el mayor consumo de azúcares añadidos en nuestro país se da a través de las bebidas azucaradas.
Esta bebida que es la más consumida en nuestro país contiene solamente azúcares añadidos. Si se utilizara el criterio de la OMS de 200 kcal en el etiquetado se informaría que contiene el 126% del máximo tolerable establecido por este organismo. De esta manera se cumpliría con el objetivo de implementar un etiquetado frontal de acuerdo a la Estrategia Nacional para la Prevención del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes ya que este etiquetado daría información sobre el riesgo que representa la cantidad de azúcar en el producto al referir que rebasa el máximo tolerable para un día. Utilizando el criterio de COFEPRIS, que es el mismo que han venido utilizando las empresas en el etiquetado que ellas mismas desarrollaron desde 2009, la información al consumidor es que contiene el 70% de azúcar de los nutrimientos diarios recomendados. El consumidor entendería que se le recomienda la ingesta de azúcar y que ese refresco solamente contiene el 70% de lo recomendado y que requiere consumir 30% más para cumplir con el 100% de la ingesta diaria recomendada.
Un ejemplo más de cómo el etiquetado promovido por COFEPRIS oculta la dimensión de los azúcares añadidos es con los jugos procesados:
Puede observarse claramente, como en el caso del refresco, con los jugos el criterio de COFEPRIS hace pensar al consumidor que la cantidad de azúcares que contienen están dentro de los recomendables y con el criterio de OMS rebasan el máximo tolerable. La primera induce a su consumo y la segunda advierte al consumidor de un alto contenido.
Hay que recordar que por “azsúcares añadidos” la OMS Incluye los azúcares provenientes de la caña, la remolacha, el jarabe de maíz de alta fructuosa, los jugos naturales y los concentrados de fruta, además de jarabes, mieles y otros.
COFEPRIS ha insistido en que este etiquetado corresponde a las mejores prácticas internacionales. A excepción de la corrección que hace a las porciones, este etiquetado que se quiere imponer en México, un país con uno de los mayores índices de sobrepeso, obesidad, diabetes y muertes por diabetes en el mundo, es el mismo que han venido usando las empresas en nuestro país y que en nada han contribuido a una mayor información a los consumidores, sólo al engaño y la confusión.
COFEPRIS refiere que los criterios aplicados corresponden a los vigentes en Europa. La industria ha promovido estos criterios y varían de acuerdo a la influencia que han tenido sobre las autoridades. En el caso europeo la industria logró establecer su etiquetado después del que ha sido reconocido como el mayor cabildeo en la historia del Parlamento Europeo. La industria de bebidas y alimentos procesados mil millones de euros para impedir que el etiquetado llamado “semáforo” fuera aprobado por el parlamento Europeo y mantener el suyo conocido como GDA. Este etiquetado es el que han usado en México y ahora pretende COFEPRIS imponerlo de manera oficial. Esta historia queda relatada en el documental “Sobredósis de Azúcar” del que se ha realizado un extracto:
Es importante señalar que la industria no ha podido imponer este etiquetado en los EUA y menos “informar” a los consumidores de un requerimiento diario de azúcar. De hecho, en EUA la autoridad está proponiendo que se informe al frente de los productos el contenido de “azúcares añadidos”. La siguiente imagen muestra la información sobre el azúcar en una lata de Coca Cola, como puede observarse no existe ninguna referencia a una ingesta diaria recomendada de azúcar. Como no tiene etiquetado frontal, sólo informa: azúcares 39 gramos. No es de ayuda al consumidor pero al menos no pretende engañarlo.
En el caso de Perú la información sobre el azúcar en estas bebidas señala, al menos, que no hay criterio de ingesta diaria. COFEPRIS ha traído a México el peor caso, el europeo, donde más avanzaron las empresas para confundir a los consumidores y ocultar la verdadera composición de sus productos.
Existen múltiples ejemplos, que no nos cansaremos de presentar, para demostrar que este criterio de azúcares totales sólo tiene una intención: ocultar los azúcares añadidos que son los que realmente deben preocupar, como lo establece la OMS. La referencia a azúcares totales está establecida por el Codex alimentario sólo para informar sobre la composición química de los productos, algo muy diferente al sentido de orientación nutricional que deben cumplir los etiquetados frontales.
Sra. Secretaria: ¿dónde la OMS recomienda el consumo de azúcares?, ¿está de acuerdo con COFEPRIS en que su criterio va más allá de la OMS? , la pregunta es ¿hacia dónde va este etiquetado? o ¿está de acuerdo con nosotros y los más de 35 expertos internacionales en que es peligroso un etiquetado así? Es muy simple: no se trata de una discusión técnica compleja, sólo de registrar lo que los consumidores entienden cuando se les informa del contenido de azúcares como parte de un requerimiento diario. Como explicaron los expertos internacionales en su carta dirigida a la presidente Peña Nieto: “El etiquetado debe alertar del riesgo de consumir azucares añadidos, no promoverlo. Rogamos su atención a optar por un etiquetado efectivo”.
Como advertimos en la carta pública anterior, el problema no se reduce solamente a los criterios establecidos para el etiquetado frontal obligatorio, también para el etiquetado distintivo a través del cual la Secretaría de Salud informará a los consumidores cuáles son las mejores opciones en diversas categorías de alimentos y bebidas, que serán los mismos que definan que productos podrán publicitarse en horarios infantiles de televisión. Al respecto, revisamos, como lo hicieron algunos reporteros, qué tipos de productos tendrían ese sello y podrían publicitarse en horarios infantiles. Encontramos que bebidas como varios néctares de Jumex y Del Valle y pastelillos como las donas Bimbo podrían solicitar el sello y publicitarse en horarios infantiles. Sobre los néctares hay que señalar que tienen cantidades de azúcares añadidos similares a los refrescos y que aún no cuentan con una Norma Oficial Mexicana – la cual hemos demandado desde hace más de 6 años - que los obligue a informar la cantidad de jugo que contienen, como es obligatorio en la mayor parte de las naciones. Con esta información se evidencio públicamente la inoperatividad de estos otros criterios. Ante esto COFEPRIS respondió que el etiquetado distintivo no era “un cheque en blanco”. Lo anterior muestra el desaseo con el que se han elaborado estos criterios. Es necesario revisar también los criterios que se establecieron para el etiquetado distintivo y para la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Estos criterios son tan riesgosos como los del etiquetado frontal.
Sra. secretaria: ¿los criterios para otorgar el etiquetado distintivo a través del cual la Secretaría de Salud marcaría las mejores opciones para los consumidores serán los que se publicaron en el Diario Oficial?. Si es así, ¿está de acuerdo usted en que diversos productos como los néctares, que ni Norma Oficial tienen, y las donas Bimbo, tengan este distintivo?. O como ha declarado el coordinador de asesores de la COFEPRIS, ¿COFEPRIS será quien bajo otros criterios dará el sello?, ¿qué criterios utilizarán? ¿estarán a discreción de la autoridad?. Nuevamente: ¿no considera usted que todos estos criterios han sido elaborados sin rigor, retomando los que las propias industrias desarrollaron sin ningún sustento científico?.
Sra. secretaria: ¿la dimensión de la tragedia humana que se vive en nuestro país por la epidemia de obesidad y diabetes no merece el replanteamiento de estos etiquetados, de la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia, de todos estos criterios?, ¿la situación no merece la creación de un equipo de trabajo de expertos libres de conflicto de interés que elaboren los criterios, que supervisen estudios con consumidores mexicanos para encontrar el tipo de etiquetado más útil?, ¿dónde están los estudios que demuestran que el etiquetado en base a ingestas diarias recomendadas, como el que se quiere imponer, son funcionales para los consumidores mexicanos?. Los que existen demuestran lo contrario. ¿Tendremos que resignarnos a que éstos criterios pretendan instituirse por 4 años y medio más sacrificando la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes y la salud de la población mexicana?.