Estimada Dra. Mercedes Juan:
El 14 de diciembre de 2010 acudimos a la Secretaría de Salud, acompañados de los medios de comunicación, para solicitar al entonces secretario de Salud, el Dr. Córdoba Villalobos, que retiraran y multaran a las empresas que estaban utilizando el etiquetado frontal conocido como GDA, desarrollado por ellas mismas. El argumento central fue que la información que daba sobre el azúcar presente en los productos procesados, alimentos y bebidas, sugería a los consumidores una “ingesta diaria recomendada” de azúcar, llegando ésta a 90 gramos o más. La legislación no prohíbe a las empresas desarrollar etiquetados de manera voluntaria, pero si es muy clara en señalar que el etiquetado no induzca a error al consumidor: 4.1.1 La información contenida en las etiquetas de los alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados debe ser veraz y describirse y presentarse de forma tal que no induzca a error al consumidor con respecto a la naturaleza y características del producto (NOM 051)
No recibimos respuesta de Secretaría de Salud y el 9 de enero de 2012 presentamos denuncia formal ante COFEPRIS contra este etiquetado bajo los mismos racionamientos. A esta denuncia incorporamos el único estudio que se había desarrollado con consumidores mexicanos para evaluar el etiquetado GDA. El estudio realizado por el Dr. Simón Barquera, Dalia Stern y Lizbeth Tolentino titulado “Revisión del etiquetado frontal: análisis de las Guías Diarias de Alimentación (GDA) y su comprensión por estudiantes de nutrición de México”, que había sido publicado en 2011 por el Instituto Nacional de Salud Pública, concluyó que ni los estudiantes de nutrición entendían el etiquetado y que el criterio que utiliza para el azúcar no tiene sustento científico, contradice las recomendaciones de la OMS y puede llevar a la ingesta de altas cantidades de este ingrediente.
El GDA era hasta entonces un etiquetado frontal que habían desarrollado las empresas y que había recibido críticas de la comunidad científica y de las organizaciones civiles que hemos venido trabajando el tema.
El nuevo etiquetado promovido por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) retoma los criterios del GDA, es decir, informar a partir de porcentajes de “ingestas diarias recomendadas” –que sabemos no son comprensibles para los consumidores, incluso, ni para los estudiantes de nutrición- y retoma el criterio de azúcar desarrollado por las empresas que representa un riesgo a la salud de los mexicanos, y que contradice las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Dra. Mercedes Juan: ¿está de acuerdo en que se le recomiende a la población el consumo de 90 gramos de azúcar al día, más de 32 kilogramos de azúcar al año?, ¿está de acuerdo en que se imponga un etiquetado frontal que no es entendible por la población mexicana?, ¿está de acuerdo en que el etiquetado vaya en sentido contrario a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud?
Dra. Mercedes Juan: el impuesto a las bebidas azucaradas ha sido un paso, no suficiente en su magnitud, pero importante en su avance. Los criterios establecidos por la Secretaría de Salud para la regulación de los alimentos y las bebidas en las escuelas son muy consistentes y merecen nuestro reconocimiento. Sin embargo, los criterios establecidos por la COFEPRIS van en sentido contrario y dañaran los esfuerzos que se han hecho para combatir esta epidemia. No se trata sólo de los criterios que la COFEPRIS ha desarrollado para el etiquetado frontal obligatorio, también los que ha establecido para el etiquetado voluntario distintivo que tendrán los productos “para informar a los consumidores de las mejores opciones en diversas categorías de alimentos”, y para los alimentos y bebidas que si se podrán publicitar en los horarios infantiles de televisión. Estos criterios no han sido desarrollados por grupos de expertos libres de conflicto de interés, no han incorporado la participación de representantes de la sociedad civil: han sido una reproducción de los criterios desarrollados por la industria.
Las aberraciones que se han cometido no sólo quedan en el establecimiento de un etiquetado frontal no entendible por la población y que invita al consumo de altas cantidades de azúcar como “un requerimiento diario recomendado”, también están en el hecho de que se permitirán publicitar en los horarios infantiles productos que no son recomendables nutricionalmente y que éstos productos tengan un sello de aval de la Secretaría de Salud como “Opciones saludables”.
Dra. Mercedes Juan, la aberración de estos criterios llega al extremo de que tendremos productos en el mercado que tienen un impuesto de 8% por contener una alta densidad calórica y considerar que contribuyen a la epidemia de sobrepeso y obesidad, productos que a la vez tendrán un sello distintivo de la Secretaría de Salud como opción saludable y podrán ser publicitados en los horarios infantiles.
En Chile desde 2010 se aprobó una ley para combatir la obesidad y por las presiones de la industria fue que hasta el 2013 se aprobó un etiquetado para alimentos y bebidas. El etiquetado aprobado es más entendible que el propuesto en México ya que simplemente establece un sello que advierte al consumidor si el producto es alto en azúcar, grasas y/o sodio. Los criterios eran lazos para establecer el punto de corte para que un producto se volviera acreedor de ese etiquetado de advertencia. Por otro lado, las empresas lograron que el color del sello estuviera a elección de las empresas, es decir, podría ser un sello azul o verde. Esos colores confundirían a los consumidores. La ministra de Salud de Chile. Helia Molina, anunció el jueves pasado que el gobierno derogará el reglamento de la Ley de Etiquetado de Alimentos por “debilucha”, por haberse elaborado sin tomar en cuenta la opinión de los expertos, bajo la fuerte presión de las empresas.
México puede retomar el camino que se le había reconocido al establecer el impuesto a las bebidas azucaradas con una estrategia firme para combatir la emergencia nacional que vivimos por la epidemia de sobrepeso, obesidad y diabetes.
Dra. Mercedes Juan, usted tiene razones de más para enfrentar esta emergencia con paso firme derogando las reformas que han establecido los criterios para el etiquetado y la publicidad, para que éstos no vayan en sentido contrario con las recomendaciones de la OMS.