Por: José Knippen, investigadora del proyecto de Migración de Fundar.
La semana pasada fue particularmente dura para las personas migrantes en tránsito por México y sus defensores. El sábado 5 de abril, un grupo de defensores, entre ellos miembros del Colectivo Ustedes Somos Nosotros, fue agredido con arma de fuego cerca de las vías del tren en Lechería, Estado de México. Un migrante guatemalteco y un defensor resultaron heridos de bala. Por las mismas fechas, un grupo de 15 migrantes, mutilados por agresiones durante su paso en el tren "La Bestia", venía en camino desde Honduras a la capital mexicana para pedir audiencia al presidente Peña Nieto sobre la misma situación de violencia y falta de protección a los migrantes (crisis humanitaria, para ser más precisos).
Los defensores de migrantes que fueron agredidos en el Estado de México han documentado este y otros incidentes de seguridad. Así, han identificado que la violencia hacia migrantes en esta entidad, al ser un lugar de paso obligado, ha incrementado sin que se hayan implementado medidas de protección. Esta agresión muestra, una vez más, la violencia hacia migrantes y también la falta de respuesta por parte de las autoridades, lo que deja así a los migrantes y a los defensores que ofrecen ayuda humanitaria sin protección alguna.
Cabe destacar que estos defensores son beneficiarios del Mecanismo de Protección de Personas de Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, a cargo de la Secretaría de Gobernación. Critican que desde su suscripción al Mecanismo, SEGOB no ha tomado medidas y que además, después de la agresión del sábado 5 de abril, solo obtuvieron apoyo para salir del lugar al insistir a los funcionarios en repetidas ocasiones. En un comunicado firmado por más de 80 organizaciones y redes de la sociedad civil señalan la ineficiencia del Mecanismo en general y la necesidad de contar con un coordinador con un fuerte compromiso y respeto a los derechos humanos. La inoperancia del Mecanismo también fue denunciado a finales de marzo por otras OSCs, en apoyo a la decisión de las y los representantes de la sociedad civil y periodistas de retirarse de las sesiones de trabajo de la Junta de Gobierno del Mecanismo hasta no resolverse los problemas estructurales; entre ellos el rezago del 70% de los casos que llegan al Mecanismo (por una incorrecta ingeniería administrativa) y la falta de ejecución de 263.9 millones de pesos, que no se han gastado desde su creación.
Desde finales de marzo, el grupo de 15 migrantes hondureños, mutilados por las agresiones que sufrieron durante su tránsito por México en el tren "La Bestia", emprendió camino hacia la capital mexicana. Con el apoyo de defensoras y defensores de derechos humanos obtuvieron permiso temporal para estar en el país durante su marcha. Su presencia tiene como objetivo pedir al presidente Peña Nieto que implemente políticas que protejan a los migrantes del crimen organizado y sensibilizar sobre la situación que ellos y sus familias ahora viven por su discapacidad.
Después de un camino de más de mil kilómetros desde Honduras, el grupo de migrantes mutilados llegó este miércoles 9 de abril al Senado de la República, donde participó en el foro 'Persona Migrante, Centro de la Política Migratoria'. El viernes 11 de abril tuvieron una reunión con la Subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos. Todavía esperan una respuesta de parte del presidente Peña Nieto.
José Luis Hernández, presidente de la Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad (Amiredis), declaró lo siguiente durante una entrevista de radio: "Dicen que es imposible ver a Enrique Peña Nieto. Imposible es que me crezca mi brazo o que me crezca mi pierna, pero poder ver a un ser humano igual que nosotros, no debe ser imposible".
Lo que en estos días se confirmó es que el llamado que hacen los migrantes mutilados es ahora más urgente que nunca. Y no sólo porque la violencia hacia migrantes persiste, sino porque sigue aumentando cada año. Como muestra el reciente caso de los defensores agredidos en el Estado de México, no se han implementado las medidas de protección necesarias. En lo que esperamos que el presidente reciba a los migrantes mutilados, se vale preguntarnos qué podemos hacer cada uno de nosotros para que no haya más migrantes mutilados o defensores agredidos. Esto implica realmente escucharlos, solidarizarnos y luchar con ellos, porque si atentan contra la vida de migrantes y sus defensores, en realidad nos atacan a todos.