De las fallas al desastre del mercado

11/02/2014 - 12:00 am

Las fallas del mercado se están convirtiendo en desastres y catástrofes. La no intervención del Estado sobre los mercados, como ideología dominante, está mostrando sus catastróficas consecuencias a escala planetaria. Lo anterior puede comprobarse al constatar cómo el cambio climático avanza con sus brutales consecuencias y también en cómo la epidemia de obesidad está desquebrajando los sistemas de salud pública de varios países.

Un estudio reciente publicado en el boletín de la Organización Mundial de la Salud concluye “que los países que han adoptado lo que se consideran políticas de libre mercado están experimentando aumentos más acelerados del Índice de Masa Corporal (IMC)”, es decir, de sobrepeso y obesidad.  El estudio de un grupo de expertos de Estados Unidos e Irlanda se enfoca en analizar la influencia de los mercados desregulados en el consumo de comida rápida y el aumento del índice de masa corporal (The influence of market deregulation on fast food consumption and body mass index: a cross-national time series analysis. Roberto De Vogli,a Anne Kouvonenb & David Gimenoc).

El estudio coincide con investigaciones anteriores que muestran que las restricciones al mercado, las políticas de apoyo a los pequeños productores agrícolas del país, el control de precios de algunos alimentos, así como estrictas regulaciones gubernamentales se relacionan negativamente con el aumento del sobrepeso y la obesidad.

Este es el primer estudio que analiza los efectos de la desregulación de los mercados en el IMC a través del aumento de sus transacciones en comida rápida. Se encontró que los consumidores que visitaban 2 veces o más a la semana un restaurante de comida rápida y lo mantenían haciendo durante 15 años su peso estaba, en promedio, cerca de 5 kilos por encima de quienes no tenían esta práctica. La publicación menciona como otros estudios han demostrado una asociación entre la presencia mayor de restaurantes de comida rápida en un barrio y un mayor índice de sobrepeso y obesidad en el vecindario.

Señalan los autores que “una explicación es que la desregulación indiscriminada del mercado favorece a las cadenas globales de alimentos en sacrificio de los pequeños agricultores y las cadenas nacionales de alimentos”. Se menciona que las naciones más entregadas a las políticas de libre mercado, es decir, a la desregulación, como Canadá, Nueva Zelanda y los Estados Unidos tienen menos apoyos a los pequeños agricultores y, añadimos, una ausencia de políticas para proteger su cultura culinaria, como Francia, Italia y Grecia.

Como lo señala la Organización Mundial de la Salud: este es el primer estudio  en examinar los efectos de la desregulación de la economía, incluidos los sectores de la agricultura y alimentación, y el consiguiente aumento de las transacciones de comida rápida, en la obesidad a lo largo del tiempo. El estudio sugiere que si los gobiernos toman medidas, pueden prevenir el sobrepeso y la obesidad, los cuales pueden tener consecuencias graves para la salud a largo plazo, como diabetes, enfermedades cardíacas, derrame cerebral y cáncer.

El gobierno mexicano se enfrenta a una de las más graves epidemias de sobrepeso, obesidad y diabetes en el mundo. Ha establecido ya un impuesto al refresco y a los alimentos con alta densidad calórica. El impuesto al refresco no responde al monto recomendado internacionalmente, que es del doble a lo establecido, para tener un impacto claro en la disminución del consumo de esta bebida asociada a la obesidad y la diabetes. Se presentará en breve una regulación a los alimentos y a las bebidas en las escuelas, de su profundidad dependerá su efectividad. Se anunció una tímida regulación a la publicidad de alimentos y bebidas, dirigida a la infancia y un etiquetado frontal que podría confundir más que orientar.

Diversos estudios están mostrando que el combate al sobrepeso y la obesidad se gana con regulaciones y políticas públicas profundas, que cuando estas son débiles no tienen resultados, es decir, como si no existieran.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.
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