¿Qué pasa cuando en una sociedad la autoridad no cumple con su función y no solo eso sino que está coludida y corrompida?
Un maestro me decía que el problema de la delincuencia organizada iniciaba realmente cuando los enfrentamientos ya no eran delincuentes vs. delincuentes o autoridad vs. delincuentes sino que traspasaban estas fronteras y la sociedad civil se veía inmersa.
Tristemente el inicio del 2014 nos ha recordado que México y en específico algunas ciudades como Michoacán la autoridad ha perdido todo el control y dista mucho de cumplir con la función de procurar la seguridad pública, es por eso que en respuesta grupos organizados de la sociedad han decido dejar de ser víctimas y defenderse, aún si esto implica tomar las armas. Cansados de pagar derechos de piso y de verse rodeados de homicidios, habitantes de Parácuaro liderados por el doctor Mireles, desde febrero del año pasado pusieron un alto a la impunidad y en específico a los carteles de la Familia y los Caballeros Templarios.
Según el doctor, la autoridad de estos municipios se encuentra sumamente coludida con los grupos de delincuentes que tenían dominada a la sociedad, y que es después de iniciado su movimiento cuando los homicidios descienden y las personas dejan de pagar cuotas establecidas por las bandas.
Cuando la sociedad se rebela y decide ejercer su derecho legítimo de autodefensa, el límite entre esa justa defensa y la comisión de nuevos delitos es muy difuso y lo que en un inicio era una acción cuyo objetivo era salvaguardar la integridad de un pueblo, puede convertirse en el homólogo de los carteles.
Este fin de semana el líder de este grupo de defensa sufrió de un accidente aéreo; si realmente desde que iniciaron sus actividades lograron contrarrestar los efectos de la delincuencia organizada y está a su vez se encontraba coludida con la autoridad, ¿quien entonces atentó contra su vida? ¿Los delincuentes o la misma autoridad?
A estas alturas del partido es difícil entonces establecer quien de entre los tres bandos (bandas criminales, grupos de autodefensa y autoridad) está incurriendo en actividades delictivas ¿los tres? ¿Hasta dónde llega el derecho de defensa por parte de los grupos de ciudadanos? ¿Qué acciones están justificadas? ¿Qué grado de posesión de armas está permitida para cumplir con el artículo 10 constitucional?
Independientemente a las múltiples respuestas que estas interrogantes pueden tener, el problema principal está no sólo en la ausencia de la autoridad sino en su participación con los carteles. Realmente ¿para quién trabajan? ¿para los ciudadanos que los eligieron o para las bandas de delincuentes?
@criminologiamex