¿Que nos deparará el 2014? ¿Tendremos un país más seguro? ¿Disminuirán los homicidios y la violencia? ¿Se reducirán las violaciones a derechos humanos por parte de las autoridades encargadas de velar por su cumplimiento? ¿Decrecerá en general la criminalidad?
Tal parece y los indicadores sugieren que será lo contrario. Las políticas públicas del gobierno de EPN no se han enfocado a combatir los factores de riesgo que inciden en la criminalidad y ha continuado, sin decirlo ni mentarlo, la tan famosa lucha contra el crimen de su antecesor.
Evidentemente que era casi imposible, independientemente del partido y del presidente que gobernara en este nuevo sexenio que el espiral de violencia bajara de un mes a otro tan sólo por el cambio de gobierno. Contrarrestar todo el daño social causado del 2006 al 2012, nos llevará muchos años.
Haciendo un recuento rápido y superficial, de enero a diciembre del 2013, la autoridad siguió utilizando la violación de los derechos humanos como un mecanismo para "hacer cumplir la ley y tener un estado de derecho"; de hecho la Comisión Nacional de Seguridad, lo que antes era la Secretaría de Seguridad Pública, fue el organismo que más recibió recomendaciones por parte del a Comisión Nacional de los Derechos Humanos, recibiendo un total de 19. Las razones son vergonzosas: intimidación, detenciones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza, tortura y hasta privación de la vida.
Las detenciones arbitrarias han sido una constante en el gobierno mexicano, la procuración e impartición de justicia, se ha caracterizado por detener y utilizar la privación de la libertad como pena cotidiana, sin importar si los detenidos son culpables, es más importante dar cifras "positivas" que agarrar a los verdaderos culpables. Ejemplos existen miles, la semana pasada les compartí la historia de Carlos, un joven mexicano que fue detenido sin detención alguna y lleva 8 años encerrado por un secuestro en el que no tuvo nada que ver, tristemente es una de muchas.
En cuanto a seguridad, el panorama es igualmente obscuro y poco prometedor; los homicidios dolosos según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, de diciembre de 2012 a noviembre de 2013 fueron 18,432, hubo 1,704 secuestros y 8,017 extorsiones. Independientemente si han disminuido o aumentado las cifras siguen siendo alarmantes e inaceptables. En octubre de este año, la OCDE calificó a la seguridad en México con cero debido a la alta tasa de delitos y homicidios. La misma organización señaló que el crimen en México tiene un marcado carácter territorial. Lo anterior se debe traducir en políticas públicas con lineamientos generales pero con acciones a seguir particulares, de acuerdo a cada localidad.
Otro punto importante a considerar es la falta de transparencia del gobierno de EPN, quien durante todo el primer semestre encubrió las cifras de los homicidios, no fue hasta hace algunos días, cuando el SNSP publicó datos. Para que se pueda tratar el problema es necesario conocer los datos con certeza, bien lo dice la OCDE: "sólo lo que se puede medir, se puede administrar", por lo que si se continúa escondiendo los datos cuantitativos será más complicado el correcto diagnóstico y tratamiento de la criminalidad.
Para acabar con el panorama, The Economist, considera que México es un país con alto riesgo de conflicto para este 2014 debido a sus problemas económicos, a la desigualdad a las tensiones así como a la desconfianza de los ciudadanos hacia sus gobernantes.
¡Aún así espero que este 2014 sea un mejor año!
@criminologiamex