Author image

Alejandro Páez Varela

16/12/2013 - 12:05 am

Krokodil, y la danza de los muertos

El último recuento del semanario Zeta, publicado a principios de la semana pasada, tiene muchas revelaciones. La primera es que la tragedia humanitaria en México continúa: en 11 meses, los muertos de Enrique Peña Nieto ya superaron el último año de Felipe Calderón Hinojosa. La segunda es que el gobierno federal intenta ocultar las cifras cambiando la metodología, como ya lo […]

El último recuento del semanario Zeta, publicado a principios de la semana pasada, tiene muchas revelaciones. La primera es que la tragedia humanitaria en México continúa: en 11 meses, los muertos de Enrique Peña Nieto ya superaron el último año de Felipe Calderón Hinojosa. La segunda es que el gobierno federal intenta ocultar las cifras cambiando la metodología, como ya lo hizo el ahora Presidente cuando gobernaba el Estado de México: se divulgan cifras de homicidios pero se habla de “expedientes” y no de individuos, de tal manera que una fosa con 70 ejecutados se contabiliza como un caso. La tercera revelación es que el Distrito Federal brincó al segundo lugar de asesinatos, después de Acapulco y arriba de Tijuana.

¿Y por qué no me extrañan, si son revelaciones? Quizás porque, como se dice en el mercado financiero, “ya habíamos descontado el efecto”, es decir, ya esperábamos este resultado y no nos asombra. Pero eso no significa que este año de administración priista no sea nefasto.

La escritora Lolita Bosch me preguntaba hace unos días por qué no se sentía hoy, como hace tan poco tiempo, que México vive momentos terribles en materia de seguridad. La respuesta, le dije, está en una mezcla de factores, entre otros: Porque los medios impresos tradicionales desplazaron de sus portadas, incluso en la versión digital (y cito a la organización internacional Artículo 19), la información sobre los muertos; se dice en el medio periodístico que Los Pinos ha presionado a la prensa con todo: que congeló las pautas publicitarias durante meses y que incluso empujó a que Ciro Gómez Leyva dejara Milenio, harto de su recuento de homicidios. Porque llevamos un año con infinidad de conflictos y escándalos que devoraron la información sobre seguridad; las reformas de Peña sacaron a miles a las calles, por ejemplo. La tercera es que hay una voluntad clara y expresa de no difundir cifras de la violencia desde el gobierno y –afortunada y desgraciadamente– los muertos de este primer año no son famosos: no tenemos casos emblemáticos (como sucedió, por ejemplo, con el asesinato del hijo de Javier Sicilia).

Aún cuando la violencia no se toque más en mucha de la prensa mexicana, los datos que arroja el informe de Zeta no son menores. El país se desangra y la respuesta del gobierno de Peña es ocultar datos y presionar. El país se desangra, y el gobierno de Peña responde cambiando la metodología, como en aquél bochornoso último informe de gobierno en el Estado de México, cuando la revista The Economist descubrió que el entonces Gobernador maquillaba cifras modificando la tabla de Excel. El Distrito Federal se desangra, también, pero no vemos esa información porque la capital ha sido escenario de eventos sumamente lamentables, como la penalización de la protesta social, aumentos en el Metro, etcétera.

Pero esto no parará aquí, ni ahora. La estrategia del Presidente Peña es la misma que la de Calderón, y así lo denuncian organizaciones internacionales y mexicanas. A pesar de que 6 años de guerra llevaron a la economía y a la sociedad a pagar altos precios, el gobierno del PRI no ha optado por un cambio de enfoque, sino todo lo contrario. Allí está Michoacán; como diría Human Rights Watch: seis años después, Peña volvió a enviar soldados y federales armados hasta los dientes y sin capacitación para, por lo menos, cuidar los derechos de la población.

Como si los mexicanos no hubiéramos pagado ya el error de Calderón con entre 60 mil y 90 mil muertos; con 28 mil desaparecidos o con decenas de miles de desplazados, Peña recurre otra vez a la misma estrategia y allí está el resultado: 19,016 muertos en sólo 11 meses.

En todo 2012, Calderón sumó a su cifra de muertos un total de 18,161. Peña lo rebasó con creces.

A ese ritmo, si las cifras no siguen en aumento (es decir: si el año cierra en 20,744 homicidios), Enrique Peña Nieto será el Presidente de los 124,468 muertos.

***

Las autoridades federales de salud lanzaron una alerta desde hace varios meses: una nueva droga de preparación casera, que se ha convertido en epidemia en Rusia –en donde hay ya un millón de adictos–, “entró” al país. Y entrecomillo “entró” porque en realidad la droga no “llegó”; lo que se detectó es que en los grupos vulnerables, sobre todo los pobres y los enganchados a la heroína, han comenzado a usarla porque es muy fácil de preparar, y es muy barata: requiere instrumentos de cocina y precursores que se pueden obtener en cualquier farmacia.

A la alerta de salud le siguió otra: la de las autoridades de lucha contra las drogas. De inmediato se empezaron a movilizar para crear mapas y escenarios para atacar su consumo. Un adicto vive sólo tres años utilizándola; la droga es realmente devastadora.

Y sí, me refiero a krokodil. Y no, no hablo de México, sino de Estados Unidos.

Que se sepa, a territorio mexicano entró la moda apenas hace algunas semanas; hay una confirmación de las autoridades de Ciudad Juárez sobre su uso, y hay dudas sobre un caso en Puerto Vallarta.

Pero aquí, este gobierno que retomó la estrategia de agarrarse a balazos con los narcotraficantes, ninguna autoridad ha lanzado ALERTA ALGUNA.

Como con los huracanes “Manuel” e “Ingrid”, léalo bien.

Cuando miles de jóvenes estén metidos hasta el cuello en el famoso krokodil (o cocodrilo), Miguel Ángel Osorio Chong (que es Secretario de Gobernación y Súper Policía y Encargado de Seguridad Nacional y de Protección Civil y titular de la Política Interior del País y en parte jefe dentro del Partido Revolucionario Institucional) saldrán decir que: 1) Se lanzaron todas las alertas necesarias por Internet y, 2) Defenderá a los mexicanos como un perro.

Krokodil ilustra perfectamente la estrategia del gobierno federal, que es la misma que la de Calderón: a combatir a balazos el narcotráfico, pero no destinar la más mínima atención a la salud pública.

Nadie se extrañe, pues, que Peña sea el Presidente de los 124,468 muertos.

Aunque, en realidad, Peña será el Presidente de muchos muertos más: se le deben sumar esos que, abandonados por políticas de Estado, mueran por el consumo de esas drogas como la heroína, por ejemplo; o como los solventes o como krokodil.

Las lecciones del pasado inmediato (¡de hace un año!) no sirvieron para un carajo.

Alejandro Páez Varela
Periodista, escritor. Es autor de las novelas Corazón de Kaláshnikov (Alfaguara 2014, Planeta 2008), Música para Perros (Alfaguara 2013), El Reino de las Moscas (Alfaguara 2012) y Oriundo Laredo (Alfaguara 2017). También de los libros de relatos No Incluye Baterías (Cal y Arena 2009) y Paracaídas que no abre (2007). Escribió Presidente en Espera (Planeta 2011) y es coautor de otros libros de periodismo como La Guerra por Juárez (Planeta, 2008), Los Suspirantes 2006 (Planeta 2005) Los Suspirantes 2012 (Planeta 2011), Los Amos de México (2007), Los Intocables (2008) y Los Suspirantes 2018 (Planeta 2017). Fue subdirector editorial de El Universal, subdirector de la revista Día Siete y editor en Reforma y El Economista. Actualmente es director general de SinEmbargo.mx

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

en Sinembargo al Aire

Lo dice el Reportero

Opinión

Opinión en video