Usted disculpe Sr. Mancera

03/12/2013 - 12:03 am

Disculpe llamar su atención Sr. Mancera, pero el Distrito Federal presenta uno de los más altos índices de mortalidad por diabetes en el mundo, más de 100 muertes anuales por cada 100 mil habitantes. El sistema de salud pública de la ciudad está rebasado por esta epidemia, al ser incapaz de atender sus consecuencias, como la diálisis que afecta a decenas de miles de personas. Ni el gobierno del Distrito Federal les brinda esta cobertura, ni las finanzas familiares pueden cubrir los costos de este tratamiento. Le podría asegurar que más de la mitad de la población de esta ciudad presenta ya síndrome metabólico, incluyendo un alto porcentaje de la población que está en su peso. No hay recursos ni sistema de salud pública que pueda enfrentar esta situación en nuestro país.

Como usted debe estar bien enterado, esta situación se debe a diversas causas y es necesario atacarlas de manera integral. Sin duda la promoción de la actividad física es importante, sin embargo, por más que se haga en este sentido, si no modificamos las condiciones ambientales que han deteriorado nuestros hábitos de alimentación, muy poco podrá hacerse. No es de extrañar que uno de los países que tiene la mayor estructura para promover el deporte desde su sistema escolar, los Estados Unidos, disputa con México los primeros lugares en sobrepeso y obesidad. Al igual que México, los Estados Unidos han permitido la conformación de un ambiente totalmente obesigénico. Darán los EUA sus primeros pasos en regular los alimentos y bebidas al interior de las escuelas a escala federal el próximo año, siguiendo los ejemplos de varios estados de aquel país que lo han hecho desde hace años, logrando controlar el  crecimiento del sobrepeso y la obesidad entre los escolares. También los EUA comienzan a tener logros a partir de los programas de ayuda alimentaria a las familias más necesitadas, basados en alimentos saludables, excluyendo la chatarra. Sin embargo, han enfrentado la oposición de las empresas de la industria alimentaria para ir más allá, como sería estableciendo impuestos a los productos no recomendables (en 2009 las empresas refresqueras gastaron 30 millones de dólares cabildeando en el Congreso de los EUA para evitar que entrara la propuesta de un impuesto a estas bebidas), prohibiendo la publicidad de estos productos dirigida a los niños (el Congreso ha bloqueado esta posibilidad que por primera vez se planteó a mediados de los 70’s), estableciendo etiquetados realmente orientadores en los alimentos para que los consumidores realicen elecciones saludables.

El gobierno federal de nuestro país ha dado primeros pasos en esta materia, enfrentando campañas agresivas en contra por parte de la industria, con el impuesto al refresco y a los alimentos altos en densidad energética, la regulación de los alimentos y bebidas en las escuelas (ahora ya será obligatoria, esperemos que los criterios sean adecuados), un primer avance en la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia y un etiquetado voluntario en los productos que ayudará a identificar las mejores opciones en diversas categorías de alimentos.

Pensará usted que todas estas son medidas federales que no pueden tomarse a escala local. Es cierto, sin embargo hay muchas que si pueden tomarse a nivel estatal o del Distrito Federal. Me limitaré, en esta ocasión, a lo más inmediato.

Usted sabe que una de las causas reconocidas de esta epidemia, está en el alto consumo de bebidas endulzadas con azúcar de caña o jarabe de maíz de alta fructuosa. Sabe también que los mexicanos somos los mayores consumidores de estas bebidas en el mundo. Organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud, la Asociación Internacional de Estudios de la Obesidad y la Asociación Americana del Corazón, y nacionales, como la Academia Nacional de Medicina y el Instituto Nacional de Salud Pública, han recomendado políticas públicas para reducir el consumo de estas bebidas, que van desde los impuestos, hasta la regulación de la publicidad.

La publicidad de estas bebidas, especialmente de Coca-Cola, se ha vuelto omnipresente en México. Sin duda, esta presencia llevó al Relator Especial de Naciones Unidas por el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, a señalar que México es un país Coca-Colinizado, durante la presentación de su informe sobre México. Entre las imágenes que debieron quedar grabadas en el Relator. están los letreros que se pueden encontrar al llegar a algunos pueblos indígenas de Chiapas, en los que el nombre de la población está inscrito en una lámina con fondo rojo que tiene la forma de una botella de Coca-Cola acostada. ¿Puede usted imaginar lo que significa, el simbolismo que tiene para una población el que su nombre, a la entrada del pueblo, esté inscrito en lo que representa la botella de un refresco, de una Coca-Cola?. Sin lugar a dudas esta es una de las manifestaciones más extremas de la Coca-Colinización.

Uno podría pensar que esto sólo ocurre en lugares lejanos, fuera de la mirada de los medios de comunicación. Sin embargo, Sr. Mancera, esto no es cierto, su gobierno está realizando un acto similar al que podemos ver en esas pequeñas comunidades indígenas. Un acto que lleva la Coca-Colinización al centro de una de nuestras principales festividades y al centro simbólico de nuestro país.

Teniendo la cantidad de muertes que tenemos en estas ciudad causadas por la diabetes, teniendo la crisis en salud que vivimos y a decenas de miles de personas que están muriendo por esta enfermedad, instalar en el Zócalo de la ciudad de México un árbol de Navidad de Coca-Cola es una ofensa, es expresión del sometimiento a los intereses de estas grandes empresas. ¿Qué mensaje da el GDF a los niños con un árbol de navidad de Coca-Cola en el Zócalo de la ciudad?, ¿Qué significa que el GDF acuerde dar a la refresquera ese espacio en el Zócalo y en estas fechas? Mientras ésta empresa es señalada por su campaña con la imagen de Santa Claus, de violar el compromiso que tomó hace más de 10 años de no realizar publicidad a menores de 12 años.

Usted disculpe Sr. Mancera: ¿Qué necesidad tiene el gobierno del Distrito Federal de realizar estos convenios con la empresa Coca Cola para que instale un árbol de navidad en pleno Zócalo de la Ciudad de México?, una acción que sólo contribuyen a reforzar el ambiente obesigénico que ha llevado a esta epidemia.

Después hablaremos de las regulaciones que el GDF puede establecer para combatir el ambiente obesigénico, por lo pronto, le solicitamos que su gobierno no contribuya a la publicidad de un producto cuyo consumo regular aumenta el riesgo de obesidad y diabetes, ese sería el primer paso, el más lógico.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.
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