Enrique Peña Nieto no ha querido pronunciar ni establecer claramente cuál es su estrategia criminológica en cuanto a la lucha contra el narcotráfico, iniciada por su predecesor, así como a las líneas de acción tendientes a disminuir la violencia y en particular los homicidios. Esta ha sido una de las formas de actuar del presidente: el silencio y la ocultación de cifras. Lo ha hecho con temas como el desempleo, la violencia, la pobreza, entre otros. Cuando se le piden datos concretos, tanto él como su gabinete contestan con todo menos con datos cuantitativos.
Pero este fin de semana, las noticias nos recordaron del fuerte problema de muertes violentas. En Chihuahua mataron a una familia de ocho integrantes a puñaladas, en Michoacán nueve asesinados más y en Tamaulipas enfrentamientos que tuvieron un saldo, según las autoridades de dos muertos y según los medios de comunicación de siete.
Los homicidios según datos de Naciones Unidas han disminuido en la gran mayoría de los países, con excepción de los de América Latina, donde en el periodo de 2000 a 2010 han aumentado en un 11%; más de un millón de personas han sido asesinadas por la violencia vivida en estos países.
El aumento de un delito puede estar relacionada con dos factores, el primero es un cambio en los factores de riesgo relacionados con ese delito y el segundo por un policy drift, un cambio en las políticas públicas relacionadas con ese delito.
En cuanto al primero se refiere, el homicidio podría ser relacionado con factores como la pobreza, el desempleo, el crecimiento económico, la inequidad, la movilidad social, la precariedad en el empleo, educación, estructura familiar, etc., sin embargo, lo que presentó Naciones Unidas la semana pasada en su informe Seguridad Ciudadana con Rostro Humano, es alarmante para México, pues la mayoría de estos factores han mostrado cambios positivos en los últimos años, y las tasa de homicidio[1] ha aumentado llegando a ser epidemia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en nuestro país.
La OMS considera como nivel de epidemia, 10 homicidios por cada 100 mil habitantes y el caso de México es aterrador, ya desde 2007 comenzamos a tener epidemia, en 2008 la tasa era de 13.1, en 2010 de 23.8 y en 2012 de 22. Sin embargo, datos de este sexenio, según la página oficial del SNSP, ha bajado más de diez puntos porcentuales, habiendo hasta septiembre una tasa de 11.66 (hay que tomar en cuenta que esto aumentará con los meses restantes del año). ¡Que”Queavmosbierno. ida con el cremcimiento universidad. r lo que un porblema s mee¿¡¿ maravilla, lo único que necesitábamos era un cambio de partido!.
Datos reveladores nos da Naciones Unidas en cuanto a este problema. El primero es que los homicidios han cambiado de presentarse en los estados con mayor pobreza de ingresos a las entidades que presentan menor pobreza de ingresos, por lo que un problema económico, ya se ve que no es. Tampoco es un problema que esté directamente relacionado con el desempleo ni con el crecimiento económico. Por lo anterior creo y estoy convencida que es un cambio en las políticas públicas, decidida por el gobierno a través de líneas de acción basadas en la represión y en la violencia, situación que no está siendo modificada por el nuevo gobierno.
Ya Javier Sicilia lo dijo en entrevista: EPN sigue con la misma estrategia de Calderón, lo único que ha cambiado es la retórica; retórica que a mi gusto se ha basado en el silencio y en el ocultamiento de cifras.
@criminologiamex