Las redes sociales se han convertido en una herramienta indispensable para la comunicación, información y recreación de muchos miembros de las diferentes sociedades. Facebook, Twitter, Vine, YouTube, Instagram, Tuenti, Goggle Plus y LinkedIn, son páginas que pueden ser de gran ayuda para la comunicación entre las personas que viven lejos o como medios diarios de información. El problema reside en el mal uso de las mismas, sobre todo porque muchas de ellas son públicas y no existe forma de controlar los contenidos.
Los sujetos antisociales, al igual que todos los demás individuos usan las redes con objetivos específicos y llegan a publicar crímenes, robos y todo tipo de "hazañas" con el fin de ser vistos. Los cuerpos policiales cada vez más, utilizan estas aplicaciones como medios de investigación.
Los asesinos en serie, los homicidas, y en general los sujetos antisociales, aunque cometen conductas antisociales por factores multicausales, tienen en común un motor que consiste en el placer producido por causar un daño en el otro. Algunos homicidas sienten dicho placer por el sentimiento de superioridad a través del sometimiento de la víctima. ¿Pero qué relación tiene esto con las redes sociales?
Sujetos como Dereck Medina, quien el jueves de esta semana mató a su esposa Jennifer Alfonso, sintió la necesidad de hacer público su crimen y publicar no sólo su confesión, sino fotografías en las que muestra a su cónyuge ensangrentada y muerta. Según su versión, ella lo golpeaba y él no podía seguir aguantando esto por lo que decidió matarla, por lo que el supuesto móvil era un tipo de defensa propia. Si así fuera, ¿por qué entonces no le bastó con su muerte y tuvo que subir la evidencia de la escena del crimen a su cuenta de Facebook y hacerlo público?
Una de mis teorías es justo la superioridad de la que hablaba anteriormente, qué mejor que compartir su crimen con miles y millones de personas y de esta forma hacerse famoso por un momento. A los antisociales de hace años les costaba más trabajo lograr que las personas conocieran sus crímenes, pero actualmente sólo se requiere de un post, una foto, un video o simplemente un click para lograr de un momento a otro ser conocidos y que su causa sea pública.
¿Cómo se puede controlar esto? ¿Qué hacer con jóvenes y adolescentes que comienzan a desarrollar conductas asociales al refugiarse detrás de una computadora o un teléfono móvil, o con sujetos que utilizan las tecnologías sin fronteras para planear y llevar a cabo conductas antisociales?
Es un hecho que la respuesta no está en la eliminación de la tecnología, que además de imposible sería retrogrado. Estados Unidos tiene un problema inminente con su población joven, pero por consiguiente nosotros como principales imitadores de su cultura, también heredamos ese problema.
La solución además de en todas las políticas públicas que puedan llevarse a cabo está en el seno de cada familia; en no permitir que el PS3, Nintendo, computadora, celulares, Wii, y cualquier tipo de consola eduque y consuma la infancia de nuestros niños.
@criminologiamex
