Alimentación forzada: ¿es correcta?

14/07/2013 - 12:01 am

Durante la última semana se ha difundido la noticia de que a los presos de Guantámano que están en huelga de hambre, aproximadamente 45 de los 106 que se resisten, son alimentados por sonda nasogástrica en contra de su voluntad. Los atan de pies, manos y cabeza a una silla, donde se les introduce la sonda por la nariz y posteriormente la comida. El procedimiento dura dos horas, porque tienen que comprobar que no vomiten la comida y que la hayan digerido. En caso de que vomiten, repiten el procedimiento.

Aquí se pueden hace dos análisis. El primero es encontrar la raíz del problema. ¿Por qué tantos presos deciden hacer una huelga de hambre cuando la naturaleza del ser humano es luchar por su preservación ante todo y todos? ¿Cuál es su móvil? ¿Qué sucede dentro de esa cárcel que provoca dicha situación? ¿Por qué solamente sucede ahí con tal fuerza y no en todas las demás cárceles? Tristemente no podremos resolver todas estas interrogantes y lo más que podremos saber es lo que nos dicen los medios de comunicación.

La diferencia entre estos presos y los de otras cárceles, es que al final muchos de ellos no son mas que títeres del gobierno de EE.UU. quien los utiliza como arma populista para ganar votos, ya que muchos de ellos llevan más de 10 años presos sin haber sido juzgados, ni tener cargos formales en su contra. Guantánamo y sus presos simbolizan y encarnan la forma en que los políticos buscan ganar las elecciones. Culpa también tienen sus ciudadanos, quienes se oponen públicamente al cierre de Guantánamo porque prefieren que los "terroristas" estén fuera de su país, sin informarse y documentarse de la realidad y la constante violación de derechos humanos que sucede ahí diariamente.

El segundo análisis, se puede hacer en por qué no debe alimentarse a un reo en contra de su voluntad. Primero, la legislación de EE.UU. establece que las cortes no tienen poder sobre las condiciones de confinamiento de los que estén detenidos como enemigos, en este caso terroristas. Es decir, si la administración carcelaria decide torturar a sus presos, obligarlos a comer, denegarles sus derechos, etc., las cortes no pueden intervenir en dicha decisión. Me pregunto entonces en dónde quedan los derechos humanos y todas los tratados internacionales firmados y ratificados por EE.UU. de Naciones Unidas. La respuesta es clara: mientras sean supuestos terroristas, la legislación y los derechos humanos son letra muerta.

La alimentación forzada viola la normatividad internacional, en específico el artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: "Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. En particular, nadie será sometido sin su libre consentimiento a experimentos médicos o científicos".

De igual forma, la World Medical Association, de la cual EE.UU. es miembro, declaró que la alimentación forzada es una violación de la ética médica y que aún cuando se busque un beneficio, la alimentación acompañada de amenazas, coerción, fuerza, es un tato inhumano y degradante.

Seguramente surge el debate en cuanto a por qué entonces es correcto impedirles el suicidio cuando quieren colgarse o cortarse las venas. El asunto aquí es la fuerza que se utiliza en contra de la voluntad de los presos para alimentarse, así como la naturaleza invasiva de los medios que se utilizan.

Si ninguno de los argumentos convencen al lector, los invito a que vean el video, que salió esta semana del rapero Yasiin Bey quien se sometió voluntariamente a este procedimiento para comprobar la violación así como las sensaciones que produce.

Tenemos que tener en cuenta que los presos que están en Guantánamo son personas acusadas de terrorismo, que pueden no tener ningún juicio formal y que EE.UU., después de los atentados del 11 de septiembre se autoproclamó capaz de mantener ciudadanos no estadounidenses sin cargos por el tiempo que se necesite. Este hecho retrata de manera perfecta la política criminológica llevada a cabo por el país más rigorista y punitivo que existe, pero entrar en el tema de la naturaleza, origen y legitimidad de la prisión de Guantámano será tema del siguiente artículo.

Mercedes Llamas
Doctoranda en Gobierno y Administración Pública por el Instituto Universitario Ortega y Gasset de la Universidad Complutense de Madrid, Maestra en Criminología y Política Criminal por el INACIPE y Licenciada en Educación Especial en Infracción e Inadaptación Social por la Escuela Normal de Especialización.
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