Tengo todo el día tratando de entender qué le pasó al PRD en Juárez, y fracasando al tratar de escribirlo. He buscado una eventual involución histórica, una explicación estadística, un análisis de Psicología Social, un análisis de las corrientes internas, pero nada, nada puede explicar que un partido pierda el 95% de sus votos de un año a otro. Efectivamente, en 2012 el PRD tuvo 150 mil votos y con suerte llegará a 7,500 este año.
Es la mayor catástrofe electoral previsible. Por eso no puede analizarse con herramientas de reflexión complejas. Entonces, ¿qué pasó? La respuesta no merece muchas palabras. El PRD se negó a competir por la presidencia municipal. Les dejó el camino abierto al PAN y al PRI, y se concentró en buscar más de cinco mil votos para tener uno o dos regidores. Porque en Juárez estos ganan más de 50 mil pesos, comidas y gasolina.
Así de baratos, así de vulgares, así de chafas son los dirigentes del PRD en la frontera de Chihuahua y en todo el estado. Afortunadamente, 145 mil votantes de izquierda se quedaron en su casa tomándose todas las cervezas que pudieron pasar de contrabando en días pasados. Porque ¿qué más hacer para soportar las vergüenzas en este calorón?
