No puedo imaginar el dolor de las familias y de las víctimas que perdieron la vida o sufrieron algún accidente el lunes durante el maratón de Boston. Yo en parte lo siento más cerca que nunca porque mi esposo y yo corremos maratones y siempre nos quedamos de ver en la línea de meta.
Pero tristemente no me sorprende que EE.UU. siga siendo objetivo de ataques terroristas y tampoco creo que con el tiempo disminuyan. Este país se ha caracterizado por tener una política excluyente basada en el derecho penal del enemigo.
Casi un siglo basado en acciones bélicas, en enfrentamientos, en odio, muertes, venganzas, intromisión en políticas de otros países, entre otras cosas, han provocado una ola de violencia que no terminará de la noche a la mañana independientemente si el gobierno es demócrata o republicano.
Hijos y nietos de víctimas que en algún momento vivieron los estragos de la violencia en sus países, durante su infancia se llenaron de rencor y ahora buscan venganza, buscando los blancos más endebles: deportistas, niños, escuelas, profesionistas, personas completamente inocentes que no tienen nada que ver con los problemas causados por el país. No justifico para nada las acciones de estos terroristas pero son una consecuencia.
EE.UU. tiene como ideología una cultura de la muerte: pena de muerte, ventas de armas, cadenas perpetuas, leyes de reincidencia agravadas, cero tolerancia, exclusión social, segregación, etiquetación, intolerancia, entre otras. El Estado con sus políticas neoliberales ha dejado a los ciudadanos a las fuerzas del mercado sin protegerlos de nada, las políticas bienestaristas han ido desapareciendo poco a poco, causando dos clases de ciudadanos: los “exitosos” y aceptados por la sociedad que tienen un trabajo estable y una economía aceptable, y por el otro lado los negros, hispanos y minorías raciales que están excluidos y segregados, sin opciones de integración.
El hecho de que no exista una sociedad homogénea y que haya tanta exclusión son factores de riesgo para un aumento de la criminalidad por los sentimientos de desigualdad y el rencor social que causa en los sujetos desintegrados.
Las políticas de EE.UU. deben dejar de ser meramente represivas, orientándose a la prevención y a la inclusión social, mientras sigan castigando y matando, miles de inocentes seguirán perdiendo la vida o en el mejor de los casos quedando discapacitados.
"No more hurting people, PEACE, No more hurting people, PEACE" (No lastimar más a las personas, PAZ, No lastimar más a las personas, PAZ), fueron las palabras del Presidente Obama en la ceremonia religiosa en memoria de las víctimas del maratón. Esas palabras me parecen la clave para poco a poco disminuir la violencia, pero deben ser la línea de acción de sus políticas hacia los otros países y hacia sus mismos ciudadanos. No more hurting people pero en Afganistán, Irak, Corea y en todos los que ya lastimaron sin vuelta atrás Vietnam, Panamá, Filipinas, México, etc.