El pasado viernes 8 de marzo, en todo el mundo se celebró el Día Internacional de la Mujer, el cual siempre produce reacciones contrarias y diversas. Hay quienes lo celebran como una ocasión para enaltecer las características femeninas de las mujeres: la maternidad (para eso existe el 10 de mayo), a las esposas (para eso existen los aniversarios de boda), las novias (aniversario de novios) e hijas (30 de abril). Por su parte, hay otros quienes están en contra de dicha celebración pues argumentan que el hecho de que haya un día para las mujeres es en sí discriminatorio.
Sin embargo, es importante aclarar que desde 1977 se estableció ese día por Naciones Unidas para luchar por la participación de las mujeres en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona, así como para la erradicación de la violencia de género.
Este día debe ser un recordatorio así como un llamamiento a los gobiernos de todo el mundo para luchar por mejorar las condiciones de la vida de sus mujeres así como del cumplimiento de los tratados internacionales en cuanto a este tema se refiere.
Desgraciadamente, las estadísticas y los datos criminológicos, una vez más nos recuerdan que desgraciadamente no tenemos nada que festejar. De acuerdo a Naciones Unidas en el mundo:
– 7 de cada 10 mujeres manifiesta haber sufrido violencia física y/o sexual a lo largo de su vida.
– El 80% de las 800 mil personas que son víctimas de la trata de personas son mujeres. De estos 800 mil el 79% son utilizados con fines de explotación sexual. Considero que esta estadística es una de las más delicadas, pues estamos hablando que de cada cuatro víctimas de este delito, tres son mujeres.
– 140 millones de mujeres han sufrido la ablación genital femenina. Hace algunas semanas escribí sobre este tema. (El peligro de ser mujer en pleno S. XXI)
– 603 millones de mujeres viven en países donde la violencia doméstica no es considerada delito.
– Más de 100 millones de niñas “desaparecen” debido a la selección prenatal del sexo. Esto gracias a los países orientales donde tener una hija mujer es un evento desafortunado por lo que prefieren deshacerse de ella e intentar tener un hijo varón. Esta idea aunque no tan radical sigue permaneciendo en culturas como la gitana donde la idea del primogénito permea su ideología y tradiciones.
– Una de cada cuatro mujeres sufre de violencia física o sexual durante el embarazo.
Desafortunadamente en México con excepción de la ablación y de la desaparición de mujeres por motivos de sexo, sumamos nuestro granito de arena para que estos número sigan aumentando, pero sobre todo somos de los países líderes en cuanto a homicidios de mujeres se refiere. Lo que sucede en Ciudad Juárez y en el Estado de México debería de alarmar a cualquier ciudadano, quienes tenemos la obligación de exigir a nuestros gobernantes políticas públicas encaminadas a erradicar la violencia y a fomentar la igualdad de las mujeres.
@criminologiamex
