Lastimosamente trabados

27/12/2011 - 12:01 am

No pareciera que en este fin de año el país sea diferente al de hace un año. Más bien, podríamos decir que se nos vinieron más cosas encima. Lo importante sigue siendo la inseguridad con la “guerra” que, desde Los Pinos, nos dicen que ya no es guerra. La inseguridad es el tema y es una obsesión. No hay ocasión en que el Presidente no se refiera a ella; al primer pretexto, Calderón se enfila y se va con todo. El problema de la obsesión y el asunto mismo nos ha colocado bajo una dinámica en la que pareciera que el único tema es la inseguridad; recordemos que es producto de muchas cosas entre la cuáles están los enfrentamientos entre grupos de la delincuencia organizada y el de las autoridades en contra de estos.

El país lleva 6 años con el tiempo un poco perdido. Estamos trabados en muchos asuntos. Al de la inseguridad súmele el de la política y el de la brutal concentración económica. No se puede hacer nada en este país si los grandes grupos empresariales no están de acuerdo. Le pegan en la mesa hasta al Presidente. No puede haber más empresas de telefonía si Telmex no da el visto bueno. No puede haber más canales de televisión si Televisa y TV Azteca, en ese orden, no dan el banderazo de salida. No se puede transformar PEMEX porque aparecen grupos que lo quieren ver todavía en el siglo XX; la admiración por “Lula” y Cuba tienen validez y síndrome de que se caiga la baba siempre y cuando no se hable de sus estrategias en materia petrolera.

Que no se trate de la reforma política porque esta empieza y termina en los singulares “intereses” de los partidos políticos. Que haya reelección y candidaturas independientes a futuro; hoy, por lo pronto, no porque puede quitarle a los partidos políticos sus cuota de poder.

Todo debe esperar porque de lo que se trata es de mantener el actual estado de las cosas. Sigamos con 50 millones de pobres; sigamos con 9 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan; sigamos con un alto índice de migración hacia EU; sigamos con liderazgos como el de Elba Esther Gordillo quien camina vendiendo votos mientras los partidos políticos, el gobierno federal y los estales se doblan de manera oprobiosa, lastimosa y penosa.

Parece que la apuesta es mantener el actual estado de las cosas sin importar las consecuencias. Además de que los pobres son mlerso del cual no se saao pasadaás pobres y más cada vez y los ricos son cada vez más ricos y menos, estamos en el preámbulo de resentimientos sociales que no sabemos hasta donde pueden llegar. Estamos peor que el año pasado porque seguimos sin construir las bases de algo diferente y porque prevalece la mezquindad y el afán de poder. La clase política esta envuelta en un círculo perverso del cual no se salva nadie, y nadie es nadie.

Estamos peor y evidentemente esto es una muy mala noticia. Dejemos los malos pensamientos un rato estos días, pero no olvidemos en lo que estamos metidos. Estamos creando resentimientos sociales, estamos dejando a un lado lo prioritario y ahora nos estamos dirigiendo hacia una falsa esperanza electoral la cual no vemos como pueda cambiar las cosas. El mentado cambio difícilmente pasará por la política como hoy se hace ésta en el país. No perdamos de vista lo que pasa en los países árabes, en Rusia, España, Italia, Chile. Tarde que temprano pasará, sino es que ya se están incubando movimientos a través de las redes sociales, y un d;residente no se refiera a ella,ía de estos aparecerán y terminará por sorprendernos menos de lo que imaginamos, porque quizá sin saberlo, ya somos parte de ello. Dediquemos un rato a estas fiestas para descansar y luego de nuevo recordar y hacer lo que creamos.

Javier Solórzano
Es periodista. Conductor de radio y televisión.
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