No son comparables pero los acompaña una historia común. A los dos se les detuvo bajo condiciones ilegales y los dos tiene en su contra acusaciones demasiado serias como para que la autoridad cometiera errores primarios. Florence Cassez y Jorge Hank Rohn fueron detenidos de manera irregular. En ambos casos la forma determino el fondo. La francesa está acusada de secuestro y el “hijo del profesor” está acusado de acopio de armas, junto con otros delitos más que no le han podido comprobar. Es evidente la gravedad en ambos casos.
24 horas después de que había sido detenida Cassez nos venimos a enterar de su detención. La puesta en escena no les duró mucho tiempo, semanas después se conoció la farsa que trajo damnificados. Pablo Reyna, reportero de Televisa, fue señalado como parte de la puesta en escena a pesar de que lo que había hecho era cumplir con una orden de trabajo que en Televisa le habían entregado; por cierto, Reyna le ganó una demanda a la afamada empresa de televisión por este asunto.
Jorge Hank Rohn fue literalmente sacado de la cama con su esposa en su casa de Tijuana. Dicen las autoridades que recibieron una llamada anónima que denunciaba que el dueño minoritario de “Caliente” tenía todo en su casa un arsenal. Una hora y media después de la denuncia, el Ejército, sin orden de por medio, irrumpieron en la residencia del “hijo menor del profesor” y se lo llevaron al DF. Después de varios días entre el escándalo mediático, la especulación y la desmedida interpretación política lo llevaron de vuelta con una breve estancia en Tecate. Finalmente con todo y el fallido intento final de arraigarlo, de nuevo fuera de la ley, el impresentable Jorge Hank termino placeándose en su estadio viendo el pobre empate de la Sub 22 en medio de los gritos desmedidos de sus seguidores bajo el “sí se pudo”, hágame favor.
Ambos casos son muy graves como para que la autoridad los desacredite con detenciones irregulares y fuera de la ley. En el caso de Jorge Hank Rohn se adujo que la forma en que había sido detenido era una de las causas por las cuales se le había liberado. En el caso de Florence Cassez la abierta irregularidad en su detención no fue tomada en cuenta siendo que éste hecho marcó en buena medida el desarrollo del juicio con su respectiva sentencia de más de 60 años de cárcel.
Vidas a las que se les aplica aquello de que “no es lo mismo pero es igual”. Quizá en ambos casos todo termino siendo como querían. Por un lado meter a la cárcel a la francesa en un asunto altamente sensible y serio en nuestra sociedad, el secuestro. Del otro lado queda la idea de que hicieron las cosas como las hicieron con la intención de entre pegarle un susto al “hijo del profesor”, y de paso ver si el efecto llegaba hasta el Estado de México. Habrá que recordarles que no paso ni lo uno ni lo otro.