El currículum del fútbol mexicano es cuestionable. Dirán lo que quieran para defenderse, pero cuando no se les presentan “cachirules” aparecen los dopados; cuando no se presentan irregularidades en la estructura de poder de un equipo, surgen cambios inesperados, como es la organización de la liguilla de este año. Siempre pasa algo y siempre ponen cara de que todo esta bajo control en medio del relajo. El fútbol mexicano se mueve a sus anchas y como le da la gana.
Nadie se atreve a tocarlo, nadie se atreve a hacerle observaciones, y nadie, desde el poder político, se asoma para ver que pasa. A algunos legisladores les da por interesarse. No lo hacen como sería lo idóneo, más bien lo hacen por otros motivos. Unos porque buscan boletos para ver los partidos del “tri”, en tanto que a otros, en el exceso, para llamar a comparecer al entrenador de la selección, como fue el caso de Javier Aguirre con motivo de la enésima esperanza frustrada en el mundial pasado.
El dopaje o contaminación, con carne o pollo que contenía clenbuterol, de 5 jugadores del equipo nacional puede ser un auténtico accidente o un descuido irresponsable. Los jugadores parecen estar totalmente ajemos a lo que pasó. No se han escondido, recordemos como Carmona y Galindo salieron materialmente por la puerta de atrás desde Alemania, y han dado la cara apelando sistemáticamente su inocencia Uno de ellos, Guillermo Ochoa, fue sujeto a un análisis antidoping por sorteo hace cosa de un mes en Querétaro con motivo de un partido del América y salió limpio. No pareciera que los jugadores hubieran caído en el afamado clenbuterol de no ser que haya sido de manera accidental vía carne o pollo.
¿Qué fue lo que pasó entonces? Si partimos de que lo que nos están contando, esta claro que las responsabilidades están dentro y fuera. La empresa que produce y distribuye la carne asegura que todo lo que ellos hacen está bajo absoluto control, y en la todopoderosa FMF dicen que la carne venía con el tóxico. Alguien no hizo su tarea y ha puesto en evidencia a 5 jugadores que muy probablemente no tienen nada que ver con el lío. Vale la pena recordarle a todos los que han construido el lío algo que de seguro debieran saber: la carne mexicana es uno de nuestros productos más importante en materia de exportación.
En este mundo en donde en casos como este siempre hay quien gana y quien pierde, digamos que hoy solo se esta viendo quien pierden, encabezados por el deteriorado fútbol nacional. El problema que viene es todavía más grande. A ver como le hacen para generar confianza con la carne mexicana con motivo del Mundial Sub 17, nadie la va a querer probar, a lo que hay que sumar la inseguridad. En Michoacán no hay día en que no aparezcan muertos, los 21 de la semana pasada en Morelia terminaron por ser un acto dantesco. La intocable FMF, apuntalada por la tele, de nuevo esta en el centro del escándalo y lo grave en que ahora ha puesto entre la espada y la pared a 5 jugadores a los que ella les da de comer. Estamos ante un capítulo más del fútbol nuestro de cada día… Nada nuevo, nuevo escándalo, nuevo lío, y de nuevo también el gobierno en su lugar favorito, la tribuna.