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En medio de guerras, traiciones, conquistas y otros conflictos, la serie ha tenido tiempo de explorar paralelamente las creencias de cada uno de los personajes. Y Odín se ha mantenido siempre como un ser omnisciente que, en tres momentos clave, se ha aparecido a los protagonistas.
Madrid, 30 de diciembre (EuropaPress).– Falta poco para que Vikingos (Vikings), la ficción de History Channel sobre los pueblos nórdicos que comenzó como una miniserie, llegue a su fin con la segunda mitad de su sexta temporada. La serie se ha caracterizado por la crudeza de sus batallas como por la inclusión de los elementos más destacados de la mitología vikinga. Entre ellos, el Padre de Todos, Odín. A lo largo de sus seis temporadas, el máximo representante de los dioses nórdicos ha aparecido hasta en tres ocasiones, representado en diferentes formas, para guiar primero en su viaje a Ragnar, Laghertha, Floki y compañía y más tarde a sus descendientes: Bjorn, Ubbe, Hvitserk, Sigurd e Ivar.
En medio de guerras, traiciones, conquistas y otros conflictos, la serie ha tenido tiempo de explorar paralelamente las creencias de cada uno de los personajes. Y Odín se ha mantenido siempre como un ser omnisciente que, en tres momentos clave, se ha aparecido a los protagonistas.
En la mitología nórdica, Odín es la deidad superior que se asocia con la sabiduría, la muerte, la guerra, la victoria y otros muchos elementos que los pueblos vikingos consideraban sagrados. Suele ir acompañado de sus dos lobos (Geri y Freki) y sus dos cuervos (Huginn y Munnin), que le proporcionan información sobre Midgard (la Tierra).
Todos los personajes de Vikings, en mayor o menor medida, depositan su fe en Odín, y el resto del panteón nórdico, y el propio Padre de Todos ha aparecido en varias ocasiones representado por sus cuervos, pero también se le ha presentado en su forma humana, interpretado por los actores Eddie Drew y Andre Eriksen.
De hecho, su primera aparición fue en el primer episodio de la serie, cuando Ragnar le vio junto a sus valquirias, seleccionando a los guerreros que serían llevados al Valhalla tras la batalla.
La segunda aparición de Odín fue más sutil, pero también más significativa para los personajes, ya que muchos de ellos pensaron que Harbard, conocido como “el vagabundo”, era en realidad otra representación del gran dios. Su misteriosa llegada a Kattegat, anunciada en los sueños de Aslaug, Siggy y Helga, y su capacidad única para curar el dolor de Ivar simplemente tocándole y hablándole, le confirieron un aura de innegable deidad.
Harbard también apareció cuando Siggy se sumergió en el estanque helado para salvar a Ubbe y Hvitserk, aunque inicialmente lo vio con la forma de su hija fallecida. Incluso Floki llegó a decir en una ocasión que Harbard en realidad era simplemente otra forma de llamar a Odín.
Por último, pero no menos importante, se encuentra el propio Ragnar Lothbrok. Durante toda su vida, el fiero guerrero vikingo afirmó en varias ocasiones ser hijo del mismísimo Odín, y fue continuamente apoyado por la presencia del Padre de Todos, especialmente a través de sus cuervos.
En cierto modo, para los espectadores, Ragnar es la tercera representación de Odín, ya que la mitología nórdica cree que éste era un hombre que se convirtió en Dios tras su muerte, de un modo similar a como lo hizo el personaje de Travis Fimmel para los protagonistas de la serie.
De esta manera, Vikingos representa a Odín de tres formas distintas a lo largo de la serie: una en su forma humana literal (vestido con sombrero de ala ancha), la segunda como un dios disfrazado que visita Mitgard (Harbard), y la tercera como un gran guerrero vikingo convertido en rey, que no es otro que Ragnar.