La experiencia discriminatoria será peor para mujeres y personas de otras identidades de género, que ya son discriminadas por ese motivo.
Ciudad de México, 30 de noviembre (SinEmbargo).- La discriminación en México “se extiende desde los rincones más públicos hasta los más íntimos y los cubre todo”, así lo señala un artículo publicado en el diario español El País.
En el artículo nombrado El racismo que México no quiere ver al igual que el documental que el diario presentará en la Feria Internacional del Libro se pretende exponer la discriminación que afecta la vida de las personas y persiste en el país.
El escrito señala a la apariencia física como la causa principal de discriminación en México. Ser de piel más oscura implica tener dos años menos de escolaridad , menor ingreso, menor acceso a puestos directivos y menores probabilidades de mejorar la posición económica, señalan en el artículo Elías Camhaji, Sonia corona y Gladys Serrano, autores del mismo.
La experiencia discriminatoria será peor para mujeres y personas de otras identidades de género, que ya son discriminadas por ese motivo.
De acuerdo a datos de la Encuesta Nacional de Discriminación (ENADIS), la mitad de la población indígena cree que sus derechos se respetan poco, “esto va más allá de ser indígena, basta solo parecerlo o tener rasgos racializados para sufrirlo, ya no estamos hablando del México profundo o lejano, estamos hablando de lo que vivimos todos los días”, dice al diario español Patricio Solís, Investigador del Colegio de México.
El País retoma la discriminación no como un fenómeno nuevo, sino como un proceso doloroso y prolongado de denuncia social, donde los prejuicios, forman el doble papel que implica discriminar y ser discriminado.
“El racismo, ya como un discurso y una ideología, funciona en México desde el siglo XVIII dándole todos los atributos negativos a las personas negroides o indígenas de América”, dijo a El País María Elisa Velázquez, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
SE ESCONDE POR HIPOCRESÍA: AMLO
El pasado 17 de noviembre, el Presidente Andrés Manuel López Obrador habló sobre el racismo en México. Dijo que en nuestro país todavía existe el racismo, pero que suele esconderse o no expresarse “por hipocresía”.
“Los verdaderos dueños de México son ahora los más pobres, los más marginados, los más ofendidos, humillados, porque sigue habiendo racismo, se esconde por hipocresía, no se expresa, no se manifiesta, pero sí hay racismo en México, por eso decidí recorrer las regiones indígenas”, dijo desde La Yesca, Nayarit.
Durante un diálogo que sostuvo con el Pueblo Wixárika, el mandatario también informó que la Fiscalía General de la República (FGR) le va a entregar 260 millones de pesos en alhajas confiscadas, por lo que se irán a subasta en Los Pinos.
Y sólo unos días antes, el 13 de noviembre, el mandatario consideró que las expresiones de rechazo al asilo político que se le otorgó a Evo Morales, ex mandatario de Bolivia, son “clasistas, racistas, inhumanas”.
“Entonces, cada vez que hay un asunto con estos que estamos ahora enfrentando, situaciones que se están diciendo, sale, o sea, muestran el cobre, pero en general, actitudes clasistas, racistas, inhumanas. Y van a la iglesia los domingos y comulgan, o a los templos. Pero así es el conservadurismo, siempre ha sido así”, sentenció.
En su conferencia de prensa matutina, el tabasqueño calificó de “menor y mezquino” querer saber quién paga los gastos, por qué se le da casa al boliviano, “y alimentos y cosas por el estilo, que demuestran una actitud muy elemental, muy propia del conservadurismo”.
“Y cuando hablo del conservadurismo no es que estén en contra mía, de Andrés Manuel, está en contra de la idea de lo que represento. Y así es también, no es en contra de la persona, es lo que representa por su manera de pensar, por su forma de ser”, precisó.
Desde Palacio Nacional, aseveró que este tipo de situaciones ayudan a que emerja lo que está oculto: “Por ejemplo, el racismo, se oculta, pero a hay veces que sale, porque está ahí”.
