Desde sus primeros discursos como Presidente electo, López Obrador ha resaltado que su Gobierno pondrá en marcha una cuarta transformación en México, tras la Independencia de 1810, la Reforma de 1857 y la Revolución de 1910, todas a través de conflictos armados.
El historiador Lorenzo Meyer aseguró a EFE que el trasvase del poder del oficialista PRI a una fuerza política de izquierda como el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) es "un gozne histórico" y un cambio que "no tiene precedente".
Por José Antonio Torres
México, 30 de noviembre (EFE).– El izquierdista Andrés Manuel López Obrador asume mañana la Presidencia de México en la segunda alternancia que se registra en la Jefatura del Estado y con un Gobierno que se plantea como una ruptura de carácter histórico.
"Es un cambio político importante", declaró a EFE José Antonio Crespo, investigador del Centro de investigación y Docencia Económicas (CIDE), sobre la transmisión del poder de Enrique Peña Nieto a López Obrador que culminará mañana en una sesión del Congreso.
López Obrador (2018-2024) será el segundo Presidente de un partido distinto al Revolucionario Institucional (PRI), que dominó México de 1929 al 2000, para perderlo en el 2000 ante el conservador Partido Acción Nacional (PAN) y recuperarlo en el 2012 con Peña Nieto.
"Es la primera alternancia pacífica hacia un movimiento que se presenta como de izquierda; habíamos tenido una primera alternancia hacia el PAN, un partido opositor, pero que comulgaba con el proyecto vigente llamado neoliberal", comentó Crespo.
Fundador del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), López Obrador ganó con una mayoría absoluta las elecciones presidenciales del pasado julio con el respaldo de 30 millones de votos, el 53 por ciento del total, tres veces más que los sufragios obtenidos por el PRI.
"Había dudas de si podía llegar al poder" y esta alternancia prueba "que la democracia electoral de México sí ha avanzado lo suficiente como para permitir una alternancia de este tipo", manifestó Crespo, historiador y analista político.
El historiador Lorenzo Meyer aseguró a EFE que el trasvase del poder del oficialista PRI a una fuerza política de izquierda como el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) es "un gozne histórico" y un cambio que "no tiene precedente".
"No es fin de un sexenio y el inicio de otro, como ha sido la rutina desde que la Revolución se hizo gobierno y se hizo régimen, primero cada cuatro años y a partir de 1934 cada seis años", comentó el historiador y analista político.
Con López Obrador, argumentó Meyer, llega al poder "una oposición real, sin violencia y a través de las instituciones".
Comparó este cambio con la alternancia en el poder ocurrida en el año 2000, cuando el PRI tuvo que aceptar el triunfo de Vicente Fox y dejar por doce años el poder.
"La naturaleza de Fox, de su movimiento, del PAN, no significaban una ruptura con las formas de poder", argumentó Meyer.
Aseguró que el triunfo de López Obrador y su llegada a la Presidencia "es una ruptura de fondo" que a comparación de las que en el pasado ocurrieron por la fuerza, se ha dado de manera pacífica.
Desde sus primeros discursos como Presidente electo, López Obrador ha resaltado que su Gobierno pondrá en marcha una cuarta transformación en México, tras la Independencia de 1810, la Reforma de 1857 y la Revolución de 1910, todas a través de conflictos armados.
Estos cambios "se dieron por la vía de la fuerza, esta vez no; costó mucho", señaló Meyer, sobre la victoria de López Obrador en las urnas y el reconocimiento que hicieron las instituciones de su triunfo.
Meyer consideró que el cambio político en México debió darse en 1988, cuando según los expertos el PRI perdió las elecciones pero retuvo el poder en unos comicios controvertidos ganados por Carlos Salinas de Gortari. "30 años después se lleva a cabo lo que en 1988 no se pudo", explicó.
Destacó que las elecciones de 2018 legitimaron a una oposición de centroizquierda, lo cual tiene un buen significado por haber sucedido "sin violencia", aunque dentro de instituciones" ya caducas y corrompidas" que fueron forzadas a aceptar el cambio.
En el mismo sentido, Crespo resaltó que la llegada al poder de un líder y un partido "que plantean un Gobierno económico y social distinto" demuestra que la democracia electoral de México si funciona.
El resultado ha supuesto además "abrir una válvula de escape al descontento acumulado por la corrupción y la violencia", apuntó Crespo
La alternancia "genera una expectativa muy alta de cambio político que no sabemos cómo va cerrar, no sabemos por dónde va a ir", añadió el historiador.