La variante descubierta y muy presente estos días en Europa proviene, como otras que se han identificado, del coronavirus original descubierto en China a finales de 2019 y forman parte de la misma familia, así que no debe ser considerada como algo nuevo.
Isabel Saco
Ginebra, 30 de octubre (EFE).- La nueva variante del coronavirus causante de la COVID-19 y que ha surgido en España no tendrá ningún impacto negativo en el desarrollo de una vacuna, aseguró hoy la autora principal del estudio.
“Pensamos que la mutación no afectará la eficacia de la vacuna“, dijo la científica Emma Hodcroft de la Universidad suiza de Basilea, institución que ha liderado la investigación en colaboración con la Escuela Politécnica Federal de Zúrich y el consorcio español SegCovid-Spain, encabezado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Según explicó, la vacuna apunta a partes específicas del virus que no están afectadas por la mutación.
Decenas de compañías farmacéuticas y de biotecnología están en distintas etapas de investigación y desarrollo de candidatas a vacuna, con una decena de ellas que se están ensayando de forma masiva para determinar su eficacia y nivel de seguridad.
El cambio genético sufrido por la nueva variante del coronavirus no ha aumentado ni su capacidad de propagación ni su severidad.
“Es muy importante aclarar que no hay evidencia de que la mutación es la causa de la propagación de esta variante y más bien pensamos que tiene que ver con los viajes”, sostuvo Hodcroft en una conferencia de prensa virtual.
“Los casos volvieron a aumentar en España mucho antes que en la mayoría de países europeos, con excepción de Bélgica, y esto coincide con el momento en el que los viajes se reanudaron”, agregó.
Que pocos países pusieran como condición resultados negativos de test recientes para viajar y que se confiara en que la gente haría voluntariamente las cuarentenas pueden haber sido los mayores puntos débiles de las medida de prevención que se estaban adoptando entonces.
Los autores del estudio piensan que la variante española no es responsable de la segunda ola de la pandemia que sufre Europa, sino el hecho de que los gobiernos hayan tomado medidas tardías al acercarse el otoño, una temporada que se presta para la transmisión de los virus.
“La gente se reúne con otros en interiores, cierra sus puertas, se reduce la ventilación y se prenden las calefacciones, todo lo cual permite que el virus viaje más fácilmente en el aire”, explicó Hodcroft.
En las secuencias genéticas que los científicos están extrayendo de los test de coronavirus en todo Europa la variante aparecida en España (probablemente entre fines de mayo y principios de junio) representa el 29 por ciento del total, mientras que la segunda más expandida aparece en el 22 por ciento de casos y es la que circula esencialmente en Francia y Bélgica.
No obstante, es normal que los virus muten frecuentemente y, en el caso del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, esto ocurre unas dos veces al mes.
“Esto es perfectamente normal, no hay nada de que alarmarse. De hecho, el SARS-CoV-2 es un virus muy estable. Lo que queremos transmitir es que aunque haya mutaciones esto no cambia la estructura del virus ni como funciona”, recalcó Hodcroft.
Según lo que saben los científicos, Valencia (España) habría sido el primer lugar donde la variante circuló entre la población local y hubo casos iniciales entre los trabajadores agrícolas en la región de Aragón.
Hodcroft consideró que la propagación de la nueva variante del coronavirus en este último colectivo muestra que cuando no se protege a los más vulnerables la sociedad entera termina siendo vulnerable.
“Este no es el primer estudio que revela que hubo brotes entre trabajadores inmigrantes y entre quienes viven en condiciones de hacinamiento”, comentó.
La variante descubierta y muy presente estos días en Europa proviene, como otras que se han identificado, del coronavirus original descubierto en China a finales de 2019 y forman parte de la misma familia, así que no debe ser considerada como algo nuevo.