En la carrera por la sucesión presidencial de 2018, coinciden expertos, hay un partido que parece que se quedó sin un candidato viable: el Partido Revolucionario Institucional. Después de que una de las cartas más fuertes del Presidente Enrique Peña Nieto, el ahora ex Secretario de Hacienda y Crédito Público Luis Videgaray Caso, se cayó, un hombre quedó en la escena pública como la única carta del tricolor: Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación. Sin embargo, a menos que el PRI tenga un as bajo la manga, el encargado de la seguridad del país no cuenta con ningún resultado favorable que presumir y lo convierte en un candidato menguado y en amplia desventaja para enfrentar una contienda por la Presidencia de la República.
Por Shaila Rosagel, Linaloe R. Flores y Juan Luis García Hernández
Ciudad de México, 30 de octubre (SinEmbargo).– La seguridad, el “talón de Aquiles” de la administración del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, se convirtió también en la gran debilidad de Enrique Peña Nieto, Jefe del Ejecutivo federal, y en especial para el encargado de la “Supersecretaría de Gobernación”, Miguel Ángel Osorio Chong, pues ya es un lastre que amenaza sus aspiraciones presidenciales para 2018.
Luego de la salida del gabinete presidencial de Luis Videgaray Caso, quien estuvo a cargo de una de las carteras más importantes, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, un solo hombre encabeza las encuestas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para la sucesión presidencial y es precisamente Osorio Chong. Una carta que, de acuerdo con analistas consultados por SinEmbargo, podría convertir la candidatura del tricolor en una de las más complicadas de la contienda, con una amplia desventaja frente a los otros partidos políticos.
Los resultados en materia de seguridad que Osorio Chong ha entregado hasta hoy y el aumento de las cifras del crimen son "devastadores", hablan por sí mismos y empañarán la campaña política de cualquiera que sea candidato del PRI a la Presidencia de la República, afirman los especialistas.
“No creo que puedan evitar que la seguridad sea en las elecciones de 2018 un problema fundamental en el tema de la campaña política. Los números van a ser muy sencillos, son fríos y hablan por sí solos. En su momento los contrincantes les va a mostrar los números en los debates, en las campañas y van a decir: ‘Ustedes regresaron con la promesa de una reducción en la violencia, en una resolución al tema del crimen organizado, un mejor desempaño económico y esto es una larga lista de promesas que no han cumplido”, dice Tony Payán, director del Centro de Estudios sobre México del Baker Institute for Public Policy de la Universidad de Rice, en Estados Unidos.
En entrevista con SinEmbargo, Payán explica que el inicio de la gestión de Peña Nieto el Gobierno intentó no centrarse, como lo hizo Calderón, en el tema de la seguridad. Quería enfocar los reflectores a las reformas estructurales, como en efecto ocurrió, y tomaron una serie de medidas para que la administración no fuera “secuestrada” por la seguridad. Sin embargo, la estrategia fracasó. El problema no estaba resuelto.
“Si los números siguen como están aumentando y si terminan como creemos que van a terminar, muy similares a los de la administración de Calderón con 120 mil muertos y otros 20 o 25 mil desparecidos; nada más hay una persona que ha estado en ese puesto y es responsable de este problema: Osorio Chong”, plantea Payán.
Ivonne Acuña Murillo, académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, explica que hasta el momento Chong es el puntero en las encuestas de su partido, a pesar de sus errores en seguridad como la fuga de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, y masacres como la de Nochixtlán.
Osorio Chong depende, dice, de hasta qué punto los ciudadanos en 2018 logren hacer la unión entre los problemas de seguridad y él, debido a que la figura más visible es la del Presidente Enrique Peña Nieto.
“Definitivamente si el ciudadano hiciera esa suma, entre los resultados del Gobierno federal y los resultados del encargado de la seguridad las posibilidades de este último se caen. Definitivamente no creo que el PRI que tenga mucho qué hacer en 2018, sea quien sea el candidato. Se cayó Videgaray y, en esa lógica, Osorio Chong debió haber renunciado”, dice Acuña Murillo.
Sin embargo, agrega Tony Payán, si Osorio Chong es el candidato, sus contrincantes del Partido Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se encargaran de que el electorado haga esa unión.
“Los partidos de oposición harán un señalamiento no difuso, sino especifico y personal sobre el Secretario [Miguel Ángel] Osorio Chong; creo que podría resultar en una candidatura muy complicada para el PRI, vulnerable y no podrán eludirlo, porque los números van a ser fríos, y se los aventarán en la cara una y otra vez en el calor de la contienda”, considera Payán.
Martín Gabriel Barrón Cruz, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), recuerda que la percepción de inseguridad en los mexicanos está por encima del 60 por ciento, mientras que la cifra negra de delitos que no se denuncian se calcula en 93 por ciento.
“Esto impacta en la percepción de la población en el tema de las elecciones, porque si vemos la Encuesta Nacional Sobre Percepción de la Inseguridad entre marzo y abril de este año, el 60 por ciento de la población tiene una percepción de inseguridad, el segundo gran tema es desempleo y el tercero es pobreza”, dice.
EL FRACASO EN SEGURIDAD
ADEMÁS:
Los números fríos a los que se refieren los analistas son contundentes. Expertos en seguridad cuestionan la labor del Gobierno federal en materia de seguridad, y en especial de la Secretaría de Gobernación en manos de Osorio Chong.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), septiembre no sólo se consolidó como el mes con el mayor número de averiguaciones previas por homicidio doloso en los últimos cuatro años, sino abonó para que en los primeros nueve meses del año se registraran más asesinatos intencionales durante la presente administración federal.
Entre enero y septiembre hubo 15 mil 201 averiguaciones previas por homicidios, un aumento del 16 por ciento en relación con el mismo periodo del año pasado. El secuestro, uno de los delitos de alto impacto, se estancó. En los primeros nueve meses del año hubo 794 averiguaciones previas por secuestro, apenas 13 más que las ocurridas en el mismo periodo durante el 2015.
“A este Gobierno federal no sólo se le ha ido la seguridad de las manos, sino también muchas otras cosas empezando por la economía”, explica María Eugenia Suárez, investigadora de la Universidad de Guadalajara (UdG).
Una de las primeras decisiones en materia de seguridad que impulsó Miguel Ángel Osorio Chong fue la disolución de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la absorción de sus objetivos dentro de la Segob.
La profesora argumenta que esta intención no se tradujo en resultados, debido a que todo indica que la finalidad de ese cambio fue únicamente política.
“Tiene que ver con una práctica bastante recurrente de todos los niveles de autoridad de Gobierno de que creando nuevas estructuras, duplicando estructuras, en términos de misiones y objetivos, estuvieran atendiendo los problemas de fondo. Viendo los índices de incidencia delictiva te vas a dar cuenta de que el panorama no es ni tantito mejor”, dice Suárez.
Tony Payán recuerda que durante la administración de Calderón hubo avances como la reforma al Sistema Judicial, que durante el Gobierno de Peña Nieto no avanzó. La Gendarmería sólo fue una “burbuja” alrededor del crimen organizado y la desaparición de la SSP, fue un error.
“Debió ser transformada [la Secretaría de Seguridad Pública] en una Secretaría Nacional con objetivos muy reales. Su desaparición representó un problema, no sólo estratégico, sino un mensaje erróneo al crimen organizado, porque reciben el mensaje de que la guerra contra ellos se acabó y que el Gobierno federal no está interesado en atajar el problema de seguridad”, dice Payán.
Los estados que han sufrido los mayores repuntes de inseguridad son: Veracruz, donde entre enero y septiembre aumentaron en 119 por ciento los homicidios doloso respecto al mismo periodo de 2015; Colima, con un aumento de 342 por ciento en ese delito, y Michoacán, con 75 por ciento.
La consultora en seguridad Lilian Chapa Koloffon explica que este fenómeno se debe a la ineficiencia de los programas de prevención de la violencia, así como a la falta de facultades para auditar cómo utilizan los municipios los recursos que se les entregan.
“Los subsidios federales han sido diseñados para que ser repartidos sin demostrar que has hecho buen uso de estos recursos. No hay indicadores de desempeño que incentiven a los municipios y estados a usar de mejor manera estos recursos”, dice Chapa Koloffon.
En cuanto al Programa de Prevención Social de la Violencia, Chapa asegura que la Segob perdió su oportunidad de diseñarlo con criterios que incidieran en la reducción de la violencia. Situación que no se dio, pese a que inició a funcionar desde el 2014.
Hasta ahora la propuesta más concreta del Gobierno federal para reformar el modelo policial es la propuesta que abanderó durante casi cuatro años Osorio Chong de crear un Mando Único policial.
Ahora llamado Mando Mixto se prevé pasar bajo el control estatal a los municipios más vulnerables. Alrededor de 700 de los 2 mil 457 municipios del país no cuentan con fuerzas policiales.
La iniciativa de Ley presidencial ya fue aprobada en el Senado de la República, y ahora es la Cámara de Diputados la encargada de analizarla durante el segundo periodo de sesiones.
“No tenemos grandes expectativas sobre cambios de fondo de esta propuesta”, dice Suárez.
En su más reciente comparecencia ante la Cámara de Diputados, el 14 de octubre, Miguel Ángel Osorio Chong detalló que desearía poder sacar a los soldados de las calles; sin embargo, eso no ha sido posible.
El choque frontal contra las fuerzas del narcotráfico ha avivado los reacomodos del narcotráfico. La organización civil Semáforo Delictivo ha señalado que la estrategia seguirá provocando la violencia hasta que no sean legalizadas las drogas; además, estima que seis de cada 10 asesinatos son, más bien, ejecuciones del crimen organizado.
LAS FISCALÍAS DISFUNCIONALES DE LA PGR
El 19 de mayo de 2013 el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y el entonces Procurador de la República Jesús Murillo Karam se comprometieron con las madres de personas desaparecidas a instalar una Unidad Especializada de Búsqueda de Personas Extraviadas y Desaparecidas (UEBPD).
“Ahora nos tocará, junto con sus planteamientos, llevar a cabo acciones tangibles, que se podrán anunciar en los próximos días”, les dijo Murillo Karam.
En los días subsecuentes declaró en varias entrevistas que se contratarían a los agentes necesarios de acuerdo con la dimensión del problema que se extiende en “muchos”. Serían policías especializados. Prometio también que la búsqueda se haría menos burocrática y el 21 de junio de ese año se creó la Unidad de acuerdo número A/066/2013, publicado en el Diario Oficial de la Federación.
El 12 de noviembre, la Cámara de Diputados aprobó 110 millones de pesos para la búsqueda de personas desaparecidas en 2014: 40 millones 205 mil pesos son para la Unidad; además de otros 70 millones 270 mil para la Atención Integral a Familiares de Personas Desaparecidas no Localizadas, instancia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. El primer monto resulta menor que el ejercido por la Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia, el cual llega a casi 117 millones de pesos.
El 9 de octubre de 2015 se creó la Fiscalía Especializada en Búsqueda de Personas Desaparecidas. El acuerdo publicado en el DOF es casi idéntico al de la Unidad. Los mismos recursos humanos, materiales y económicos de la unidad se transfirieron a la Fiscalía. Según datos de la PGR, para mil 144 expedientes hay 29 agentes del Ministerio Público y 58 policías ministeriales adscritos. A pesar del reclamo de los familiares de las miles de víctimas estuvo sin fiscal hasta junio de 2016, cuando fue nombrada Eréndira Cruzvillegas.
SI NO ES OSORIO, ¿QUIÉN DEL PRI?
Para los analistas el PRI está en un serio problema en la carrera por 2018. A diferencia de los partidos de la oposición, el tricolor carece de un perfil sólido que pueda dar la batalla en la elección presidencial
“El PRI se quedó sin muchas cartas. Se hablaba de muchos. Ahora quizás la contienda se dé entre Osorio, también podría ser Enrique Ochoa [Reza], pero no es una figura ideal. Pudiera ser José Antonio Meade Kuribreña [Secretario de Hacienda y Crédito Público], un candidato con menos frentes abiertos; el problema es que tiene que responder por una serie de cifras, números muy complicados de Videgaray que deja un déficit en crecimiento, deuda externa en crecimiento, un peso en franca caída, con una devaluación que no veíamos desde mediados de los 90”, explica.
Tanto Meade Kuribreña como Osorio Chong tienen serios problemas: el primero, dice, debe recomponer la economía, y el segundo, tratar de resolver el tema de la inseguridad. De todas las cartas, Osorio es la más complicada.
Ivonne Murillo afirma que independientemente del candidato, los resultados de la administración de Enrique Peña Nieto en sí, serán un obstáculo para ganar la Presidencia de la República.
“El PRI ya pagó el costo en las elecciones al perder cuatro de las gubernaturas que había mantenido siempre [elecciones del 5 de junio de 2016] de ahí el cálculo para las posibilidades que tiene un candidato del PRI en llegar a la Presidencia son muy escasas. Tendría que ser un supercandidato que pudiera superar los errores del Gobierno federal”, dice.