Miembros de la Organización Panamericana de la Salud, del Instituto Nacional de Salud Pública y de la Alianza por la Salud Alimentaria consideraron necesario impulsar una ley para obligar a la industria alimenticia a reformular sus productos con el propósito de reducir la ingesta de sodio entre los consumidores mexicanos, ya que éste es uno de los factores principales para desarrollas enfermedades cardiovasculares.
Ciudad de México, 30 de septiembre (SinEmbargo).- Diversas organizaciones han alertado sobre el consumo excesivo de sodio en México, el cual está relacionado con aumento de la presión arterial, la cual antecede el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, según han evidenciado estudios al respecto, por lo que hicieron un llamado a impulsar una ley que obligue a la industria alimenticia a reducir este aditivo de los productos procesados y ultraprocesados.
En el marco de la entrada en vigor de la segunda fase del etiquetado frontal de advertencia en México, el próximo mes de octubre, académicos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y de la Alianza por la Salud Alimentaria presentaron diversos estudios que sustentan las consecuencias negativas de ingesta excesiva de sodio.
Durante una conferencia de prensa, que tuvo lugar este miércoles 27 de septiembre, representantes de dichas organizaciones explicaron que de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), gran parte de la población en México supera el consumo de sodio recomendado, que es de máximo dos gramos al día en adultos, lo equivalente a cinco gramos de sal, lo que es un factor para desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Mientras que en la población infantil y adolescente el consumo de sodio, según datos publicados por la OMS, debe minimizarse más, ya que en niños de cinco a 12 años, éste debería ser de máximo un gramo de sodio, equivalente a 2.5 gramos de sal, y entre jóvenes de 12 a 18 años de edad, la ingesta de ese aditivo debería ser de 1.5 gramos, 3.8 gramos de sal.
“Las poblaciones del mundo entero consumen alimentos más ricos en energía que contienen muchas grasas saturadas, ácidos grasos trans, azúcar y sal. Esta última es la fuente principal de sodio, cuyo crecido consumo se asocia a la hipertensión y a un mayor riesgo de cardiopatías y accidentes cerebrovasculares”, destacó la OMS.
A través de una hoja informativa, la Alianza por la Salud Alimentaria refirió dos estudios publicados por por el Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), Ingesta dietética de sodio y potasio: datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de México 2016 e Ingesta dietética contemporánea: demasiado sodio, poco potasio, pero suficiente yodo: resultados de la cohorte SALMEX, que dan cuenta del elevado consumo de sodio en México.
Estos estudios revelaron que la ingesta de sodio en niños mexicanos de entre cinco y 12 años de edad, es de alrededor de 2.8 gramos de sodio al día, unos 7.1 gramos de sal; los adolescentes de 12 a 18 años de edad, estarían consumiendo 3.7 gramos de sodio diariamente, aproximadamente 9.4 gramos de sal; y entre los adultos de 18 años en adelante, la ingesta es de 3.1 gramos de sodio al día, alrededor de 7.8 gramos de sal.
Asimismo, la Alianza por la Salud Alimentaria indicó que pese a que “el sodio es un nutriente esencial para mantener el equilibrio en el cuerpo humano”, ya que regula diversos procesos celulares, indispensables para el funcionamiento del sistema nervioso, el consumo en exceso del mismo se relaciona con trastornos metabólicos, así como el “aumento de la resistencia vascular y de la presión arterial” e incluso es un factor de riesgo para desarrollar cáncer de estómago, mediante la infección por Helicobacter pylori.
Recordó que son tres las fuentes principales de donde los consumidores obtienen sodio: de alimentos como la leche, huevos y carne, que es la forma más natural; de la sal que se añade a la preparación de los alimentos; y de los productos procesados y ultraprocesados, en los que se añade para “realzar el sabor y la textura, fijar colores y prolongar la vida útil, entre otras cosas”.
Por ello, las organizaciones en México destacaron la necesidad de reformular los alimentos industrializados, ya que la mayoría de éstos suelen contener un exceso de sodio, aunado a que el consumo de los mismos ha incrementado entre la población en México, lo que convierte a estos productos en la principal fuente sodio en la dieta de los mexicanos.
La Alianza por la Salud Alimentaria citó el estudio denominado Tendencias en las compras de alimentos ultraprocesados de 1984 a 2016 en los hogares mexicanos, en el que se señal que entre el 40 y el 50 por ciento del total de sodio que se consume en México proviene de alimentos empaquetados como galletas, panes, frituras, carnes procesadas, sopas instantáneas, entre otros.
En este sentido, destacó que la dieta es uno de los factores, entre otros, que está muy relacionado con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, a las que en gran parte de los casos precede el aumento de presión arterial, también conocida como hipertensión, la cual a su vez se vincula con el consumo de sodio. “A medida que aumenta el consumo de sodio, también aumenta la presión arterial”, subrayó la Alianza por la Salud Alimentaria.
“La hipertensión es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de ECV. Se estima que, en México, dos de cada cuatro adultos padecen hipertensión”, detalló con base en el artículo titulado Prevalencia, tratamiento y control de la hipertensión arterial en adultos mexicanos: resultados de la Ensanut 2022, publicado en la revista Salud Pública el 16 de junio de 2023.
La hoja informativa de la Alianza por la Salud Alimentaria destacó que, incluso, la cifra de pacientes hipertensos “podría ser mayor, pues cerca de tres de cada cuatro adultos con esta enfermedad desconocen que la tienen, debido a que no han sido diagnosticados o no presentan ningún síntoma”.
“México ha aumentado en más del doble la mortalidad para todas las enfermedades atribuibles al consumo elevado de sodio durante los últimos años. De acuerdo con el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés), del total de las muertes por causa cardiovascular presentadas en el año 2019, el 5.4 por ciento se le atribuyen a la ingesta elevada de sodio”, añadió.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) señalan que durante 2022, tuvieron lugar un total 819 mil 448 muertes, de la que el 90 por ciento estuvieron relacionada con problemas de salud, de las cuales el 24.5 por ciento fueron por enfermedades del corazón; el 14.1 relacionadas a la diabetes mellitus; el 11 por ciento debido a tumores malignos; y el 5.1 por ciento por enfermedades del hígado.
Mediante un boletín de prensa, la Alianza por la Salud Alimentaria reiteró que de haber seguido la recomendación de la OMS, respecto al consumo de sodio, que no debería de rebasar los dos gramos al día, tan sólo en 2019, “se podrían haber evitado o prevenido cerca de 27 mil 700 muertes en México por enfermedades cardiovasculares”, entre las que se encuentran enfermedad coronaria, hipertensiva, cardiopatía isquémica, arteriopatías periféricas, cardiopatía reumática e infartos al corazón.
Por ello, durante su conferencia los representantes de las organizaciones exhortaron a impulsar una ley para obligar a la industria alimenticia a reformular sus productos, con el objetivo de contribuir a mejorar la salud de los consumidores en México. Sin embargo, reconocieron que hasta el momento no se ha formalizado la propuesta, pero que sí es un objetivo que ya contempla la OPS.
Ana Basto- Abreu, investigadora del Centro de Investigación en Salud Poblacional del INSP, agregó que por el momento están promoviendo la propuesta entre la población, a partir de la difusión de los medios informativos. Además, dijo, ya llevan a cabo un estudio, que incluye la opinión de funcionarios públicos y de organizaciones internacionales para “ver la factibilidad” de implementar su propuesta.
“El consumo excesivo de sodio aumenta la presión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular como infarto o embolia cerebral y muerte. Si implementáramos una ley para reducir el contenido de sodio en alimentos procesados y ultraprocesados en México, podríamos reducir 904 mg/día de sodio por persona (25 por ciento de reducción del consumo de sodio total) y evitar 12 mil 787 muertes anualmente”, comentó.
Por su parte, Lilia Pedraza, investigadora del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP, destacó que independientemente de los sellos de advertencia con los que ya cuentan diversos productos alimenticios “la reformulación de productos beneficia a toda la población, ya que gracias a esta hay una menor cantidad de azúcares añadidas, sodio y grasas disponible en el suministro de alimentos”.
“La implementación de una reformulación obligatoria, con el establecimiento de metas máximas del contenido de sodio para productos procesados y ultraprocesados, es una estrategia directa que puede aumentar el impacto en la reducción del consumo de sodio, principalmente en los productos que tienen un alto contenido del mismo”, consideró la Alianza por la Salud Alimentaria en su hoja informativa.
El primero de octubre entra en vigor la segunda fase del etiquetado de advertencia frontal de varios productos alimenticios en México, en la que se contempla que un producto con más de 1 miligramo de sodio por cada kilocaloría, o mayor a 300 miligramos por cada 100 kilocalorías, deberá incorporar la leyenda “exceso sodio”, según lo establecido en la Norma Oficial Mexicana 051 (NOM-051), a diferencia de la primera fase que implementa el sello cuando haya 350 miligramos o más de sodio por cada 100 gramos de producto.
