La AIB actualmente es dirigida por el empresario ruso Umar Kremlev y la empresa sigue investigando las disputas y supuestas manipulación que tuvieron lugar en los juegos olímpicos de Río 2016.
Suiza, 30 de septiembre (AP).- En el boxeo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 hubo “manipulación” de peleas, incluso de combates por medallas, por parte de árbitros y jueces “cómplices y obedientes”, que incidieron en su desenlace, de acuerdo con una investigación de la Asociación Internacional de Boxeo.
Richard McLaren, contratado por la AIB para investigar el tema, dijo que dirigentes del organismo seleccionaron árbitros y jueces que garantizasen que un combate podía ser manipulado tanto en la fase clasificatoria como en los Juegos de Río. Indicó que lo mismo podría haber sucedido en Londres 2012.
“Figuras clave decidieron qué reglas no se les aplicaban a ellos”, sostuvo McLaren. Agregó que entre los jueces y los árbitros imperó “una cultura del miedo, la intimidación y la obediencia”.
McLaren no dijo cuántas peleas podrían haber sido afectadas. La investigación identificó “unas 11, tal vez menos”, incluidos combates por medallas, según McLaren.
El investigador afirmó que altos dirigentes de la AIB usaron su poder para seleccionar árbitros y jueces, y que la comisión encargada de supervisar esos nombramientos simplemente avalaba todo lo decidido.
“Esta estructura informal permitió que árbitros y jueces cómplices y obedientes... fuesen asignados a determinadas peleas para poder manipular su desenlace”, expresó McLaren. Estos jueces y árbitros, añadió, “sabían lo que estaba pasando” o simplemente eran figuras “incompetentes”, dispuestas a ignorar indicios de manipulación.
A los árbitros y los jueces se les informaba quién debía ganar la mañana previa al día del combate, según McLaren, quien dijo que no podía identificar quién estaba al frente de este plan para arreglar peleas.
En la cita de Río hubo fallos polémicos, incluido uno muy sonado en el que el ruso Vladimir Nikitin fue declarado ganador de su pelea con el irlandés Michael Conlan. El informe de McLaren no aclara si ese combate estuvo arreglado.
El informe incluye testimonios de testigos de discusiones acerca de un soborno de hasta 250 mil dólares para que un boxeador de Mongolia derrotase a otro francés en las semifinales. Los testigos dijeron que un individuo de Kazajistán que hacía de juez y árbitro pidió el dinero a cambio de favorecer al mongol. Al final no se pagó un soborno y el mongol perdió con “tarjetas muy inusuales”, en las que los cinco jueces dieron el mismo puntaje.
La AIB es dirigida por el empresario ruso Umar Kremlev desde diciembre. Dice que cambió su forma de juzgar las peleas después de 2016.
“Se contrató al profesor McLaren porque no tenemos nada que ocultar”, dijo Kremlev en un comunicado. “Trataremos de incorporar cualquier recomendación útil y buscaremos asesoría legal en relación con lo que se debe hacer con quienes haya participado en el arreglo” de peleas.
Ninguno de los árbitros o jueces de 2016 intervino en los Juegos de Tokio este año tras ser suspendidos por la AIB. La justa de boxeo de Tokio fue organizada por el Comité Olímpico Internacional, no por la AIB.