El etiquetado frontal de advertencia propuesto para México busca informar sobre excesos de azúcares, sodio/sal, grasas y grasas saturadas mediante una serie de sencillos símbolos, para que este pueda ser comprendido por toda la población, incluyendo niñas, niños, adolescentes y adultos.
México, 30 de septiembre (EFE).- La aprobación del etiquetado frontal de advertencia es urgente para enfrentar la epidemia del sobrepeso y la obesidad en México y no debe ser una medida “tímida”, dijeron este lunes autoridades de las Naciones Unidas.
“Estamos ante una epidemia, es un problema grave y no se vale no hacerle frente”, aseguró en conferencia de prensa Lina Pohl, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
La especialista aseguró que es necesario adoptar un etiquetado frontal de advertencia que sea claro y de fácil comprensión, pues “se tiene evidencia científica de que el etiquetado es una de las medidas más efectivas para reducir los índices de sobrepeso y obesidad”.
Señaló que el actual etiquetado “no guía a los consumidores, especialmente a niños, adolescentes y poblaciones educadas, por lo que su efectividad es prácticamente nula”.
Cristian Morales, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), destacó que actualmente 2 mil millones de adultos en el mundo tienen sobrepeso y más de 600 millones son obesos.
La preocupación, dijo, es que en los últimos años la obesidad se ha convertido también en un problema de infancia, ya que 32 por ciento de los niños de entre 5 y 12 años padecen obesidad a nivel mundial.
“Se tiene evidencia que cuando un niño es obeso tiene más riesgo de ser obeso de adulto”, afirmó.
Explicó que uno de los principales factores que influyen en la obesidad de las personas es el consumo de alimentos ultra procesados y de bebidas azucaradas, aunado a la falta de actividad física.
“Es por ello que si se empieza a desarrollar la obesidad en las primera etapas de vida, esta nos acompañará el resto de nuestra existencia”, lamentó.
Recordó también que en 2014 los países de la OCDE aprobaron un plan de acción quinquenal que insta a poner impuestos en los alimentos que no tienen aporte nutricional.
El etiquetado frontal de advertencia propuesto para México busca informar sobre excesos de azúcares, sodio/sal, grasas y grasas saturadas mediante una serie de sencillos símbolos, para que este pueda ser comprendido por toda la población, incluyendo niñas, niños, adolescentes y adultos.
Christian Skoog, representante de la Unicef México, dijo que se requiere que los consumidores estén informados y empoderados sobre lo que consumen y que las medidas deben ser fuertes “ya que nada cambiará si son tímidas”.
Aseveró que en Chile, donde desde hace dos años se implementó el etiquetado de advertencia, se ha demostrado que ahora 92,1 por ciento de la población entiende la información y en 79 por ciento ha afectado su decisión de compra.
Señaló que aunado al etiquetado es indispensable desarrollar políticas públicas que impulsen el consumo de alimentos frescos y que promuevas la actividad física.
Sin embargo, detalló que tendrán que pasar entre cinco y 10 años para ver resultados tangibles sobre el impacto que tienen este tipo de medidas en la reducción del sobrepeso y la obesidad.
Según la Encuesta Nacional de Salud 2012, México es uno de los países con mayor consumo de productos ultraprocesados en todo el mundo, y quienes más consumen estos productos en el país son los niños, niñas y adolescentes.
Esta semana, la Cámara de Diputados de México discute una reforma para el etiquetado frontal de alimentos, el cual se pide que se convierta en uno de advertencia como lo es ya en Chile, Uruguay y Perú.
Alrededor del 40 por ciento de la ingesta de calorías de preescolares proviene de dichos productos, mientras que para adolescentes es 35 por ciento y para adultos 26 por ciento.
En México, entre el 58 y el 85 por ciento de los niños, niñas y adolescentes tienen un consumo excesivo de azúcares añadidos, y entre el 67 y el 92 por ciento lo tiene de grasas saturadas, de acuerdo con los parámetros de la OPS/OMS.