Los investigadores de la Universidad de Chicago usaron cultivos celulares de elefantes que modificaron con la intención de generarles cáncer, lo cual suena horrible. Cuando realizaron esto se dieron cuenta de que, en efecto, se activó el LIF6, dañando la fuente de poder/origen de las células que evitan que se siga deteriorando el resto del tejido.
Por Luis Carreño
Ciudad de México, 30 de septiembre (Vice Media/SinEmbargo).- En una reciente investigación publicada por Juan Manuel Vázquez, Michael Sulak, Sravanthi Chigurupati y Vincent J. Lynch en Cell Reports, se identificó un gen llamado LIF6 —y sus 20 copias idénticas—, el cual se activa ante el daño del ADN. Es decir, el LIF6 codifica una separación de función isoforma que es intracelular. No te preocupes, sabemos que no entendiste nada de esto, y nosotros tampoco, así que te explicamos abajo por qué algunos elefantes son inmunes al cáncer.
Imagina un elefante vagando tranquilamente por la India. De pronto su cuerpo se da cuenta que su ADN está cambiando por una alteración celular poco común, y en ese momento se activa el candado del LIF6 que funciona como un activador de la apoptosis, o sea, el suicidio celular, un proceso que tiene como fin evitar que se siga deteriorando el resto del tejido. En pocas palabras, esto quiere decir que en el momento en que un elefante detecta que tiene cáncer, se cura.
Es importante saber que los humanos también compartimos este gen, pero sin copias, lo cual podría explicar nuestra poca capacidad para enfrentar un cambio celular de este tipo.
Para comprobar esta hipótesis, los investigadores de la Universidad de Chicago usaron cultivos celulares de elefantes que modificaron con la intención de generarles cáncer, lo cual suena horrible. Cuando realizaron esto se dieron cuenta de que, en efecto, se activó el LIF6, dañando la fuente de poder/origen de estas células.
Para comprender como funciona este proceso y poder imaginar aplicarlo en humanos con este padecimiento, hay que entender que este gen se activa a través de otro llamado TP53, del que se desprende una proteína llamada P53, que en conjunto funcionan como un supresor tumoral.
Joshua Schiffman, coautor del estudio, afirma que el P53 ha sido la clave secreta con la que la naturaleza mantiene vivos a los elefantes en la Tierra: “Creemos que hacer más p53 es la forma en que la naturaleza mantiene viva esta especie”. También habló de su milagrosa permanencia: “Por todos los razonamientos lógicos, los elefantes deberían desarrollar una enorme cantidad de cáncer, y de hecho, deberían estar extintos debido al alto riesgo de cáncer”.