De acuerdo con los resultados del estudio, la respuesta de los anticuerpos a la vacunación también puede variar dependiendo de la gravedad en la infección previa: los que habían pasado el virus con síntomas moderados tenían un nivel de respuesta inmune mucho más elevada que los que habían dado positivo pero habían sido asintomáticos o tuvieron síntomas leves.
Redacción Ciencia, 30 ago (EFE).- Dos meses después de recibir la segunda dosis de las vacunas contra el SARS-CoV-2 de Pfizer o Moderna, la respuesta inmunitaria es un 20 por ciento menor incluso en los que han pasado la COVID-19, según una investigación de la Universidad de Northwester (Illinois, Estados Unidos) publicado hoy en la revista Scientific Reports.
El estudio pretendía medir cuánto tiempo protegen las vacunas de Pfizer y Moderna y en qué grado frente a tres de las nuevas variantes: la de Sudáfrica, la de Brasil y la del Reino Unido.
Los participantes en el estudio -adultos del área de Chicago de todas las razas-, fueron seleccionados al comienzo de la pandemia. Todos ellos enviaron muestras de sangre dos o tres semanas después de recibir la primera y la segunda dosis de vacunación y nuevas muestras dos meses después de tener la pauta completa.
Durability of antibody response to vaccination and surrogate neutralization of emerging variants based on SARS-CoV-2 exposure history | Scientific Reports https://t.co/WVNebw1Z9p
— Dr Anthony Martin (@AMAinsight) August 30, 2021
En el laboratorio, el equipo comprobó el nivel de anticuerpos neutralizantes en cada fase.
“Al analizar las muestras de sangre de los participantes recogidas unas tres semanas después de su segunda dosis de la vacuna, el nivel medio de protección fue del 98 por ciento, lo que indica un nivel muy alto de anticuerpos neutralizantes”, explica Thomas McDade, biólogo de la Universidad de Northwestern.
Al comprobar el nivel de anticuerpos tras la segunda dosis en las variantes emergentes B.1.1351 (Sudáfrica), B.1.1.7 (Reino Unido) y P.1 (Brasil), los científicos constataron que era significativamente menor, de entre el 67 por ciento y el 92 por ciento.
En cuanto a las muestras recogidas dos meses después de la segunda dosis (pauta completa), los científicos comprobaron que la respuesta de los anticuerpos disminuía cerca de un 20 por ciento.
Los investigadores también descubrieron que la respuesta de los anticuerpos a la vacunación variaba según hubiera sido la infección previa: los que habían pasado el virus con síntomas moderados tenían un nivel de respuesta inmune mucho más elevada que los que habían dado positivo pero habían sido asintomáticos o tuvieron síntomas leves.
El hallazgo es importante porque muestra que la exposición previa al SARS-CoV-2 no garantiza un nivel alto de anticuerpos, ni una respuesta robusta de anticuerpos a la primera dosis de la vacuna.
“Muchas personas, y muchos médicos, asumen que cualquier exposición previa al SARS-CoV-2 evita la reinfección. Siguiendo esta lógica, algunas de las personas que lo han pasado creen que no deben vacunarse o, si se vacunan, piensan que sólo necesitan una dosis”, advierte McDade.
Además, “en el caso de las personas que tuvieron infecciones leves o asintomáticas, su respuesta de anticuerpos a la vacunación es esencialmente la misma que la de las personas que no han estado expuestas previamente”, advierte el investigador.
Y aunque la investigación se realizó antes de la aparición del virus Delta, que es altamente contagiosa, las conclusiones se pueden extrapolar, aseguran los autores.
“Respecto a la protección tras la vacunación, la conclusión es la misma para todas las variantes, incluida la Delta: la vacuna proporciona una buena protección, aunque no tan buena como para la versión original del virus, para la que fue diseñada. Esto, unido al hecho de que la inmunidad disminuye con el tiempo, aumenta nuestra vulnerabilidad a la infección”.
“Por lo tanto, en este momento hay dos ataques: el de la variante Delta y la disminución de la inmunidad entre la primera oleada de vacunados”, concluye McDade.