El acceso a la canasta básica de tecnologías de la información y las comunicaciones (celular inteligente, computadora, tablet e internet) es indispensable para el desarrollo socioeconómico de cualquier población. México ha tenido avances en la materia, pero aún existen brechas digitales –como en el caso del acceso a internet– que limitan el funcionamiento de la economía y la sociedad durante la pandemia de COVID-19.
Ciudad de México, 30 de agosto (SinEmbargo).– México debe de garantizar el acceso de su población a la canasta básica tecnológica (celular inteligente, computadora, tablet e internet) que recomienda la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) con la finalidad de universalizar la conectividad digital, no sólo para fortalecer el desarrollo nacional, sino también, para enfrentar los impactos provocados por la pandemia de coronavirus.
En 18 años, México cambió su panorama de usuarios digitales. Durante el primer año de gobierno (2001) del expresidente Vicente Fox Quesada, uno de cada 10 hogares mexicanos contó con servicio de internet. A mediados del año pasado, en cambio, casi seis de cada 10 hogares reportó conectividad, indican cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).
Para ponerlo en perspectiva: mientras que en 2001 la cantidad (93.9 millones) de personas sin internet en México alcanzó para llenar 1 mil 73 veces el Estadio Azteca de la Ciudad de México, en 2019, el cúmulo (55.2 millones) de personas sin internet fue equiparable a 631 veces la capacidad de aforo del también llamado “Coloso de Santa Úrsula”.
Garantizar la conectividad digital de las personas impacta su acceso a la información, a la educación y a oportunidades laborales. En un contexto en que las actividades educativas y económicas dependen de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC’s) para sobrellevar una crisis sanitaria, el acceso a dispositivos y servicios digitales se vuelve más necesario.
En México, por ejemplo, el uso efectivo de internet por parte del sector empresarial limita su potencial para implementar el trabajo a distancia, también conocido como teletrabajo, o más recientemente, home office.
De acuerdo con estadísticas de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social reproducidas por la consultoría especializada en mercados de comunicaciones, infraestructura y tecnología The Competitive Intelligence Unit (CIU), “70 por ciento de las actividades laborales podrían desarrollarse de manera remota con base en el empleo de las TIC”.
Sin embargo, las cifras del Inegi refieren que sólo el 21 por ciento de las empresas públicas y privadas de México utilizan servicios digitales para gestionar y/u operar su negocio.
“En México, el teletrabajo no será aplicado de manera generalizada, atribuible a que es imposible para ciertas industrias operar sin la asistencia de personal, además de que no se cuentan con las herramientas y conectividad necesaria para continuar con su labor desde casa”, indica la CIU.
Por su parte, la Secretaría de Educación Pública impartirá clases a distancia por televisión a 30 millones de alumnos de preescolar a bachillerato, como parte del programa “Aprende en Casa”.
Algunos de los estudiantes, empero, tendrán dificultades e incluso la imposibilidad de retomar sus actividades educativas debido a la falta de acceso a una televisión. Los datos del Inegi arrojan que hasta 2019, 2.7 millones de hogares mexicanos carecían de televisión. A ellos se sumará parte de los 5.7 millones de hogares con televisión analógica que no dispongan de un codificador o antena para sintonizar canales abiertos.
LA CANASTA DE TIC’S
Los usuarios de internet en México aumentaron 29.1 por ciento entre 2015 y 2019, de acuerdo con cifras del Inegi. Asimismo, la información oficial indica que el equipo utilizado para conectarse a internet varió en los últimos cuatro años.
En el caso de los gadgets de la canasta básica de TIC’s propuesta por la Cepal, el uso de computadoras de escritorio y portátiles (laptops) fue a la baja en 27.9 y 3.7 por ciento, respectivamente. En cambio, la conectividad por medio de celulares inteligentes (smartphone) aumentó 66.7 por ciento en 2015-2019, mientras que la de tablets fue al alza en 8.6 puntos porcentuales entre 2017 y 2019.
El resto de los accesos a internet se dio a través de televisores inteligentes (smart TV) y consolas de videojuegos, entre otros. El uso de los primeros aumentó 459.1 por ciento en 2015-2019, mientras que el de los segundos se incrementó 83.8 por ciento durante el periodo referido. En cuanto al remanente de “otros equipos” hubo registro de una caída de 79.7 por ciento.
Para la Cepal, además de la falta de acceso a la canasta básica de TIC’s, existen problemas asociados al grado y calidad de la conectividad a internet en Latinoamérica y el Caribe.
La organización internacional indica en uno de sus más recientes estudios que al corte del año pasado, el 66.7 por ciento de los habitantes de la región tuvo conexión a Internet, mientras que el tercio restante tuvo un acceso limitado o no tuvo acceso a las tecnologías digitales debido a su condición económica y social, en particular por su edad y localización.
Al respecto, las cifras del Inegi indican que, en efecto, las zonas rurales tienen 5.1 veces menos acceso a la canasta básica de TIC’s que las zonas urbanas. En cuanto a la edad se refiere, los datos oficiales arrojan que las personas de 18 a 44 años son las que más acceden a internet, mientras que las personas de 55 y más años son las que menos lo hacen.
Acerca del acceso limitado a internet, la información oficial señala que en México hay al menos 2 mil 726 hogares (o 9 mil 659 personas) que tienen servicio de internet por banda estrecha.
Otro dato que destaca es la falta de acceso a gadgets o a internet por limitaciones económicas, lo que implica una relación entre algunas carencias –como la pobreza– y las brechas de acceso a la canasta básica de TIC’s que, a su vez, “condicionan el derecho a la salud, la educación y el trabajo, al tiempo que pueden aumentar las desigualdades socioeconómicas”, indica la Cepal.
De acuerdo con cifras del Inegi, la mitad (53.3 por ciento) de la gente sin gadgets reportó no tenerlos por carencias económicas para ello. Lo mismo sucedió con la mitad (50.7 por ciento) de las personas que, a pesar de tenerlos, no tuvo servicio de internet por no contar con dinero suficiente para pagar el servicio.
En la siguiente tabla usted puede consultar parte de los datos de la encuesta nacional del Inegi sobre “Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares” 2019.