La calificadora de riesgo Moody's en su reporte para América Latina señala que "aunque es poco probable que López Obrador pueda revertir las reformas desde la presidencia, su administración podría demorar la implementación de las reformas en curso, particularmente la reforma energética".
Ciudad de México, 30 de agosto (EconomíaHoy/RT/SinEmbargo).- Las elecciones de 2018 y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) son las principales fuentes de tensión política en México, según explica la calificadora de riesgo Moody's en su reporte para América Latina.
El documento señala que el Presidente Enrique Peña Nieto ha visto una disminución en sus niveles de popularidad ante los escándalos de corrupción, lo que puede influir en los resultados de las elecciones de 2018.
"Esto incrementa las probabilidades de una victoria del candidato de izquierda por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, conocido por oponerse a las reformas aprobadas en la administración de Peña Nieto", indicó el documento.
Para Moody's, la composición del Congreso será fundamental para determinar la agenda económica.
Como en anteriores administraciones, no se prevé que un solo partido tenga la mayoría, más bien se espera que los asientos estén divididos entre el PRI, PAN, PRD y Morena.
"Aunque es poco probable que López Obrador pueda revertir las reformas desde la presidencia, su administración podría demorar la implementación de las reformas en curso, particularmente la reforma energética", refirió.
Además, la próxima elección presidencial de México puede presentar un desafío más significativo para el perfil crediticio que el riesgo de fracaso de una renegociación del TLCAN, según la calificadora.
Moody's asegura que el Presidente Enrique Peña Nieto ha perdido aprobación en parte debido a los alegatos de corrupción, y su falta de popularidad podría ser de peso en las perspectivas electorales del PRI del próximo año. Esto podría incrementar la probabilidad de una victoria por parte de Andrés Manuel López Obrador, quien lidera las encuestas. El líder de morena es conocido por su oposición a las reformas que fueron aprobadas durante la administración de Peña Nieto.
"La campaña populista podría postergar de manera significativa la implementación de reformas importantes, incluida la apertura del sector energético a la inversión privada. La transición política también puede desacelerar la inversión pública en infraestructura, ya que a la nueva administración le va a llevar tiempo establecer sus prioridades de infraestructura y desarrollar una serie de proyectos. Sería muy difícil que se produjera una completa reversión de las reformas que ya se han implementado, aunque es posible que haya una desaceleración en el proceso de liberalización que se encuentra en curso", aseguró la calificadora.
EL TLCAN, LA AMENAZA
Por otro lado, señaló, las disparidades regionales y la informalidad económica generalizada también limitan el crecimiento de México y presentan desafíos para la baja productividad del país. Si el crecimiento de la productividad no mejora, las perspectivas de crecimiento potencial de México seguirán siendo demasiado bajas para cerrar las brechas de ingresos y productividad con los Estados Unidos.
Al mismo tiempo, agregó, "las probabilidades de que las renegociaciones del TLCAN interrumpan las operaciones comerciales son bajas, y esto podría presentar una oportunidad para México. Moody’s no puede descartar por completo los riesgos para los exportadores mexicanos, especialmente en el caso de las empresas pertenecientes al sector de fabricación de automotores. Una renegociación desfavorable frenaría el crecimiento y provocaría efectos secundarios negativos para las economías locales de los principales estados exportadores del país. Sin embargo, las propuestas iniciales podrían, en efecto, estimular el desarrollo industrial".
Por ejemplo, dijo, un mayor ajuste de las normas de origen demandaría incrementar las inversiones para permitir la producción de componentes previamente importados dentro de la región de América del Norte. Dado que los costos de mano de obra de México son los más bajos entre los tres socios comerciales, posiblemente este país sea el mayor beneficiario de nuevas inversiones.
¿AMLO PARA PRESIDENTE?
A menos de un año de que los mexicanos salgan a votar por un nuevo Presidente, las encuestas posicionan como candidato favorito a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), líder y fundador del partido político Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
AMLO ha competido ya en dos ocasiones por la presidencia de México. La primera, en 2006, bajo las banderas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), comicios que perdió contra el candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón Hinojosa, con un margen de 0.64 por ciento, de acuerdo con el Instituto Federal Electoral de México (IFE).
En la segunda oportunidad, siempre en representación de la misma corriente partidista, perdió por un margen más amplio, de 6.51 por ciento, frente al candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y actual Presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Ahora AMLO pretende llegar a la presidencia como abanderado de Morena y, según la última encuesta del diario Reforma, encabeza con un margen de hasta 28 por ciento las preferencias electorales
La pregunta de muchos es qué tan buen Presidente sería para los ciudadanos de esa nación. Para intentar una respuesta, RT en Español se dio a la tarea de analizar minuciosamente el desempeño del actual candidato de izquierda cuando fungió como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, de diciembre del año 2000 a julio del 2005.
MENOS HOMICIDIOS, MÁS EXTORSIONES
Durante décadas, la capital mexicana fue considerada como una de las entidades más violentas del país. Sin embargo, bajo la gestión de AMLO se produjo una considerable reducción en la tasa de homicidios dolosos, que, medidos por cada 100 mil habitantes, pasaron de 9.01 en el año 2001 a 7.77 en 2005, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de México (SESNSP).
El SESNSP indica que lo mismo ocurrió con los secuestros, que para 2001 se producían en número de 1,65 por cada 100.000 habitantes y se redujeron a 1,15 en 2005, fecha en que AMLO decidió abandonar el cargo para competir por primera vez por la presidencia de México.
No obstante, la tasa de extorsiones por cada 100.000 habitantes aumentó de 2.27 en el año 2001 a 5.22 en 2005, según cifras del mismo organismo judicial mexicano. En ese lapso, el entonces Jefe de Gobierno contó con tres secretarios de seguridad capitalinos: Leonel Godoy (2000-2002), Marcelo Ebrard (2002-2004) y Joel Ortega (2004-final del sexenio).
MENOS INVERSIÓN EXTRANJERA, MAYOR CRECIMIENTO DEL PIB
Algunos de los adversarios de López Obrador, como Enrique Ochoa Reza, actual Presidente del PRI, dicen que si AMLO llega a ser Presidente de México "ahuyentaría las inversiones extranjeras". ¿Qué tan cierta o confiable será esa aseveración?
Según cifras de la Secretaría de Economía de México, en 2001 las inversiones que la capital mexicana recibió desde el exterior alcanzaron a más de 10.000 millones de dólares. En 2003 tocaron uno de sus puntos más bajos durante la administración del hoy candidato de la izquierda, con 3.485 millones de dólares; tendencia que luego se revirtió para llegar a 6.239 millones de dólares al final de su mandato.
Aun así, el Producto Interno Bruto (PIB) de la capital mexicana, que se ubicaba en 65.717 millones de dólares durante el primer año de la administración de AMLO, creció hasta llegar a 88.720 millones de dólares en 2005, según informa el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados de México (SNIIM).
DEUDA PÚBLICA
La deuda pública sí aumentó de manera constante en ese lapso, según datos del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados de México.
En 2001, el primer año de López Obrador como Jefe de Gobierno, la deuda de la capital mexicana fue de 1.831 millones dólares. En 2003 se elevó a 2.328 millones de dólares, y finalizó en 2.318 millones de dólares, según cifras preliminares del mismo organismo para los meses de enero a junio de 2005.
MAYOR DESEMPLEO
Por su parte, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) aporta la tasa de desocupación o desempleo durante esa gestión y deja ver que la cifra creció considerablemente: de 3.9 por ciento en 2001 a 5.6 por ciento en 2005.
El punto más álgido del desempleo durante la administración de AMLO se produjo en 2004, cuando el Inegi registró una tasa de 5.9 por ciento, es decir, dos puntos porcentuales más que lo registrado en su primer año de mandato.
Sin ser necesariamente indicativas de lo que pueda deparar el futuro, se trata de cifras que permiten evaluar el desempeño pasado de quien ahora aspira a ser el Presidente de la República de México.