Habitantes de Pueblo Viejo, en el municipio de Heliodoro Castillo de la sierra de Tlacotepec, Guerrero, denunciaron la semana pasada que 300 integrantes de un grupo delictivo irrumpieron para tratar de obligar a la población a unírseles. A raíz de los ataques, al menos 15 personas: 5 mujeres y 10 niños, fueron obligados a desplazarse de ese pueblo y desde el lunes se encuentran refugiados en un pueblo de la zona Centro.
Laura González, una de las cinco mujeres, detalló que durante toda una noche y medio día caminaron por los cerros huyendo de la violencia que los mantuvo asolados durante tres días. Aseguró que desde la una de la tarde del jueves de la semana pasada que llegaron los integrantes del grupo armado a los alrededores de Pueblo Viejo hubo varios tiroteos y que muchos de los habitantes huyeron a los cerros y que aún no se sabe qué fue de ellos.
Por Zacarías Cervantes
Guerrero/Ciudad de México, 30 de agosto (ElSur/SinEmbargo).– A raíz de los ataques armados que sufrieron desde el jueves de la semana pasada los habitantes de Pueblo Viejo, municipio de Heliodoro Castillo, en la sierra de Tlacotepec, al menos 15 personas: 5 mujeres y 10 niños fueron obligados a desplazarse de ese pueblo y desde el lunes se encuentran refugiados en un pueblo de la zona Centro.
Laura González, una de las cinco mujeres, denunció que la presencia de los militares y los policías en su pueblo no son garantía de seguridad porque Juan Castillo Gómez, “El Teniente”, quien encabeza al grupo armado que los ha venido hostilizando desde hace cuatro años, sigue en Tejamanil, un pueblo cercano a Pueblo Viejo y que las fuerzas federales y estatales “no van por él”.
Dijo que desde la mañana del domingo, cuando llegaron los militares y los policías estatales instalaron sus campamentos en el pueblo de donde no salen y que sus acciones se han reducido a cuidar a los habitantes, pero no a perseguir a los agresores quienes sólo se replegaron a un pueblo vecino.
Laura González narró que ella y otras cuatro mujeres, así como diez niños, aprovecharon la presencia de los soldados y los policías para abandonar Pueblo Viejo. Allá dejaron en sus casas sus pertenencias de valor, sus animales, su maíz y frijol.
Detalló que durante toda una noche y medio día caminaron por los cerros huyendo de la violencia que los mantuvo asolados durante tres días. Aseguró que desde la una de la tarde del jueves que llegaron los integrantes del grupo armado a los alrededores de Pueblo Viejo hubo varios tiroteos y que muchos de los habitantes huyeron a los cerros y que aún no se sabe qué fue de ellos.
Demandó al gobierno que envíe más efectivos del Ejército y policías estatales para que busquen en los cerros a las personas que se encuentran desaparecidas o escondidas.
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Doña Laura González, dijo que ella, las cuatro mujeres y 10 de sus hijos ya no piensan regresar hasta que haya garantías de seguridad. “Nosotros ya no vamos a regresar a Pueblo Viejo hasta que haya garantías de seguridad y esto sólo va a ser cuando detengan al grupo de personas armadas que mantuvo secuestrado todo el pueblo”, declaró vía telefónica.
La mujer aseguró que una de las casas que fueron atacadas fue la suya, “tiene muchos impactos de bala en el techo”.
Informó que uno de los lesionados fue su primo, pero que ya se encuentra fuera de peligro. Explicó que el jueves su familiar regresaba del campo cuando se encontró con los hombres armados y le dispararon. “Por poco también salgo herida pero no me pasó nada porque me tiré al piso”, dijo.
Denunció que desde el jueves que llegaron los agresores estuvieron solicitando ayuda al gobierno pero que fue hasta el sábado en la noche cuando llegó el Ejército y la policía estatal.
Contó que durante tres días sufrieron el miedo a morir a balazos por los atacantes que estaban apostados en los cerros cercanos en donde a cada rato “tiraban balazos” hacia las casas, “nos tenían encuevados como conejos, no sabíamos en qué momento iban a entrar a matarnos”.
Explicó que por eso cuando el domingo por la mañana vieron llegar a los militares y a los policías, muchas familias que ya estaban cansadas de sufrir el acoso, salieron del pueblo abandonando todo en sus casas.
La mujer mencionó que no tomaron la ruta de la carretera, sino que huyeron por el monte durante una noche y medio día hasta que tuvieron confianza de salir a la carretera para abordar un transporte.
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Explicó que la gente que huyó con ella tiene los pies hinchados de tanto caminar por el monte aunque admitió que desde el domingo por la noche ya reciben atención médica.
Los desplazados denunciaron que el Ejército y la Policía Estatal se encuentran en el centro de la comunidad pero que no salen a los cerros a buscar a la gente que se encuentra desaparecida y que tampoco acuden a las comunidades vecinas como El Tejamanil o Las Juntas donde se encuentran escondidos los integrantes del grupo delictivo.
“Que vayan a buscarlos y los detengan y cuando ocurra eso, nos regresamos a nuestro pueblo porque tenemos mucho miedo de ir en estos momentos”, insistió.