El comercio ilegal propiciado por “el mascotismo” del ajolote no garantiza su supervivencia. Según explicaron expertos a este medio, la atracción ornamental por esta especie podría causar un grave problema de endogamia pues la solución no está en reproducirlos.
SinEmbargo hizo un recorrido por el Mercado de Peces Mixihuca, en el cual hay varios locales en los que se encuentran este tipo de anfibios, no sólo en los cuatro colores en los que normalmente se les ha visto sino también en otras gamas que han sido resultado de su reproducción en criaderos.
Ciudad de México, 30 de julio (SinEmbargo).- “Son formas larvales, provistas de branquias, de una especie de batracios del género amblistoma. Que eran mexicanos lo sabía ya por ellos mismos, por sus pequeños rostros rosados aztecas y el cartel en lo alto del acuario”. Así describe el escritor argentino Julio Cortázar al ajolote en su cuento Axolotl. Se trata de una especie endémica de los lagos del Valle de México cuya popularidad ha llegado a los codiciados billetes de 50 pesos y al mismo tiempo ha puesto su existencia en riesgo. Hoy, estos anfibios de rostro amigable se encuentran en peligro crítico de extinción.
El cautiverio de esta especie, que se encuentra dentro de la lista roja de la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza, ha ayudado a que no desaparezca por completo, sin embargo es poco probable que estos animales criados en esta modalidad puedan regresar a la libertad, limitando así su vida a cuatro paredes de cristal.
El último estudio que se realizó sobre el número de ejemplares que aún habitaban los canales de Xochimilco fue en 2014. En comparación al censo que se realizó en 1998, donde se arrojó la existencia de seis mil ejemplares por kilómetro cuadrado, esta última investigación dio a conocer hace ocho años que sólo había 37 ajolotes por kilómetro cuadrado. Ahora, a casi diez años de su realización se desconoce una cifra exacta. Los expertos consideran que es probable que los números hayan disminuido, marcando así un panorama aún más sombrío para esta especie.
“El 2014 suena cerca, pero si lo pensamos bien estamos a casi una década de eso y no hay otro estudio de gente que hable de estas poblaciones y por desgracia no hay tantos fondos para que personas en otras regiones del país puedan hacer más estudios en donde también hay ajolotes”, lamentó Pamela Valencia, directora y fundadora del Museo Nacional del Ajolote: Axolotitlán, ubicado en la Alcaldía Álvaro Obregón de la Ciudad de México, en entrevista con SinEmbargo.
Conocido como Ambystoma mexicanum, este espécimen es mundialmente reconocido no sólo por su peculiar imagen que desde antaño ha cautivado a todo tipo de observadores, sino también por los secretos que guarda en su haber, como su capacidad para regenerar sus extremidades amputadas e incluso órganos como el cerebro y el corazón.
En febrero del 2018 la revista Nature publicó la investigación de un grupo de científicos, liderados por Elly M. Tananka del Instituto de Investigación de Patología Molecular en Viena, que descubrió que el genoma de esta especie tiene 32 mil millones pares de bases de ADN, que es diez veces más que el genoma humano, lo que lo convierte en el más grande que ha sido secuenciado en la historia.
No obstante, todo esto no ha impedido que su existencia esté en riesgo. De cuerdo con el Doctor Luis Zambrano González, del Instituto de Biología de la UNAM, a pesar de que la investigación publicada por Nature causó revuelo, lo realmente interesante de estos estudios es descubrir por qué tanto los ajolotes como las salamandras acumulan tantos genomas en vez de desecharlos.
“Los ajolotes han sido objeto de estudio desde hace muchísimos años, de hecho en términos de estudios científicos son más populares que la drosophila melanogaster (mosca de fruta), que era el animal famoso que todos los científicos utilizaban para la genética. El ajolote es mucho más importante en estos laboratorios, entonces han salido muchos estudios de ajolotes y lo que pasa es que la gente no los pelaba, por decirlo de alguna manera, y ahora salió éste y es como un ciclo de retroalimentación. Ayudó a que la gente le hiciera más caso al ajolote”, apuntó Zambrano a SinEmbargo.
“En este caso, en realidad lo que se descubrió y lo que se vio fue que se hizo la secuenciación de la genética del DNA de los ajolotes. Ya se sabe además que los ajolotes y las salamandras tienden a tener genomas muy grandotes entonces no fue una gran sorpresa lo que pareció que era porque es diez veces más grande que el del ser humano. Lo que no se sabe es por qué acumulan tanto genoma en lugar de desechar, es decir, cuando uno muta o cuando uno cambia, no sigue acumulando sino sigue tirando es como cuando la ropa te deja de servir pues la tiras y compras unos pantalones nuevos. En el caso de ellos no se sabe, ese es un pedazo que nadie sabe y por qué se duplica”, añadió.
AL ALCANCE DE TODOS EN EL MERCADO NEGRO
Se les ha visto de color negro, marrón, rosas y albinos, estos dos últimos por lo regular son criados en cautiverio. Llegan a medir de 15 hasta 30 centímetros de longitud y sus peculiares branquias externas en forma de plumas sobresalen detrás de su cabeza. Se alimentan de moluscos, gusanos, larvas y crustáceos, sin embargo su papel de predador desapareció desde hace ya varios años por lo que esta especie se está enfrentando a lo que podría ser el final de sus días.
Pese a ello, en el Mercado de Peces Mixihuca, ubicado en la Alcaldía Venustiano Carranza de la CdMx, se les puede ver desde la vía pública amontonados en peceras mientras más de uno pregunta por su costo y los niños los aturden con gritos y golpes en los cristales cual escena del filme de Disney Buscando a Nemo.
SinEmbargo hizo un recorrido por este lugar, en el cual hay varios locales en los que se encuentran este tipo de anfibios, no sólo en los cuatro colores en los que normalmente se les ha visto, sino también en otras gamas que han sido resultado de su reproducción en criaderos, explicaron los expertos consultados.
Entre bolsas de plástico apiladas que contienen un sinfín de peces de varios tipos, los comerciantes lo venden según su color y tamaño. Un ejemplar grande rosado puede llegar a costar hasta mil pesos, mientras uno mediano de la misma tonalidad, en 600 pesos. Los ejemplares pardos llegan a ofrecerse por 500 o 600 pesos y, los de colores más exóticos como los dorados, en 700 pesos. Incluso hay locales en los que se les puede encontrar en 350 pesos, los pardos, y en 400 pesos, los albinos, de ocho centímetros cada uno, o bien 450 pesos por uno albino con cabeza azul.
Los locatarios incluso advierten a los interesados que deben tener cuidado al adquirir un ejemplar pues si su precio es menor de 300 pesos puede que se trate de una salamandra, las cuales venden como una “verdadera ganga” en una por 80 pesos y dos por 150 pesos.
El cuidado de estos animales es mucho más complejo que lo que suelen recomendar los comerciantes que por lo regular es ponerles agua de la llave y tenerlos a temperatura normal o comprarles un ventilador para enfriar su agua. De acuerdo con Horacio Mena, investigador y veterinario de la UNAM que se ha dedicado al estudio de ajolotes por más de 14 años, para que esta especie pueda vivir en cautiverio necesita un equipo y cuidados con un costo que oscila entre los 20 mil y 30 mil pesos, una cifra que dista de los 17 mil a 27 mil pesos, en los que se cotiza este equipo en el Mercado de Mixihuca.
“Recién entré a este laboratorio, llamaban todo el tiempo para pedir asesoría del manejo de ajolote y mi comentario y el de Luis Zambrano, que es el jefe del laboratorio, fue ‘hagamos un manual porque no podemos impedir que esto se haga pero si se va a hacer que se haga bien'”, compartió el especialista a SinEmbargo.
“Si la gente va a tener ajolotes hay que darles un poquito de historia en un manual, hay que comentarles que requerimientos se tienen, que vean que en temporada de frío es difícil tenerlo, entonces tienes que gastar en un buen enfriador si lo quieres tener bien, en un buen equipo para que estén bien equipados estos animales te vas a gastar unos 20 mil o 30 mil pesos porque son animales fríos y aquí en la ciudad la temperatura es muy variante en un día”, agregó.
Varios de los comerciantes que se encuentran dentro del Mercado de Peces Mixihuca aseguran que junto a la compra de un ajolote al propietario se le da un certificado de compra en el que se asegura llevan un ejemplar original, sin embargo no falta quienes dicen que no necesitan ningún tipo de permiso para vender estos anfibios.
“En la legislación está permitida la venta de esta especie […] Al ser un animal que puedes vender porque se reproduce hasta ciertamente sencillo en los laboratorios pues está permitida la venta, de hecho hay lugares que a través de permisos que otorga la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) tienen sus Unidades de Manejo de Vida Silvestre (UMA) donde se permite la venta de estas especies. Digamos que hasta cierto punto está bien porque está regulado”, explicó Horacio Mena.
“El problema es que en el mercado negro ni certificados entregan sólo dicen ‘le cuesta 700 o mil 500’. En Internet te metes y cuesta hasta 2 mil y 3 mil dependiendo el color. Nos fascinamos porque alguien inventó un ajolote de color diferente. Entonces dónde están las cuestiones de conservación, más bien se vuelve una cuestión del satisfacción de ego distorsionado por tener lo que nadie tiene. Esto se presenta no sólo en cuestiones materiales sino también del animal”, añadió.
Este animal también ha sido utilizado para fines políticos y terminó sufriendo las consecuencias de la irresponsabilidad de unos cuantos que no supieron cómo tratar y cuidad a esta especie.
En febrero del año en curso seis alcaldes capitalinos de Morena lanzaron decenas de ajolotes que se habían criado en cautiverio a los canales contaminados de Xochimilco, acto que fue descrito por Horacio Mena como “una total masacre”.
De acuerdo con el diario español, los ejemplares que fueron arrojados por los alcaldes fueron tomados de las peceras en donde se les conserva en cautiverio, espacios donde se les modera la luz y la temperatura para que puedan sobrevivir, por lo que el haberlos aventado directo a los canales de Xochimilco fue condenarlos a una muerte segura más allá de buscar su conservación, que era el mensaje que buscaban dar.
“En primer lugar lo que yo quisiera decir es que una especie no es una especie si no está en su hábitat, entonces si uno piensa en rescatar una especie como el ajolote y lo tiene muy bonito en su pecera, pues eso no es una especie […] Eso no sirve para nada, en realidad son mascotas. Son mascotas desde dos perspectivas, una en términos de conducta porque ya no funcionan como el ajolote o sea si uno los echa al agua seguro se mueren a la primera porque ya no saben comer y dos tampoco fisiológicamente son lo mismo, entonces eso no es conservar el ajolote”, compartió Luis Zambrano.
Además de las garzas y los seres humanos como sus principales amenazas, la incorporación de otros animales a su hábitat como carpas y tilapias, y la contaminación del agua de los canales de Xochimilco han puesto en riesgo la existencia del axolotl (“monstruo de agua”) como originalmente lo denominaron los aztecas.
El comercio ilegal derivado por el alto interés en el “mascotismo” no garantiza la supervivencia del Ambystoma mexicanum. Según explicó Valencia a este medio, la atracción ornamental por esta especie podría causar un grave problema de endogamia ya que la solución no está en reproducirlos.
“Hoy tenemos muchos héroes desinformados. La gente cree que comprando ajolotes como mascotas y teniéndolos en cautiverio está ayudando y no es cierto. Generalmente suelen comprar entre uno o dos animales y por lo regular esos ajolotes vienen de la misma línea genética entonces se van a reproducir y el tema de la extinción del ajolote no tiene nada qué ver con reproducción sino con la situación en el ecosistema”, apuntó sobre la preservación del “monstruo de agua” en cautiverio.
“Es muy sencillo reproducir un ajolote, pero qué va a pasar con esos animales que se están reproduciendo y tienen la misma línea genética, pues estamos generando animales cada vez más débiles, menos longevos, con enfermedades y deformidades. Básicamente se está perdiendo la línea genética de los ajolotes”, añadió.
Luis Zambrano aseguró que para detener la práctica del mascotismo, la gente debe de entender que el ajolote es un animal silvestre y que son difíciles de mantener porque “los bichos no son fáciles de mantener, es como tener un pequeño depredador o sea un gato montes o un tigre encerrado, pues el bicho está estresado, necesita comer y necesita buenos mantenimientos”.
“Por lo general casi no se venden ajolotes silvestres porque hay muy pocos, entonces los que venden son generados en distintas colonias. Es muy fácil reproducirlo pero muy difícil conectarlo con la vida silvestre. Entonces el tráfico de ajolotes en realidad está hecho pro personas que lo reproducen por lo menos de la especie del ambystoma mexicanum […] En realidad ya está regulado, no es tan fácil hacer mercancía internacional con el ajolote, no debería ser fácil comprar un ajolote, eso tienen que estar basado en una UMA, o sea si tu compras un ajolote en algún mercado debería ser difícil comprarlo si no tienes el certificado de que viene de una UMA pero las leyes ambientales en este país son buenas pero rara vez se aplican bien”, expuso.
“UN AJOLOTE NO TIENE RAZÓN DE SER EN UNA PECERA”
Desde temprana edad, en los niveles básicos de educación se enseña que un ecosistema está conformado por distintas especies en donde cada una funge como un eslabón en una cadena en la que existen diferentes procesos como la depredación, el parasitismo, la competencia y la simbiosis. Cuando una especie por más pequeña que sea desaparece provoca una serie de cambios irreversibles en su hábitat. Lo mismo pasa con el ajolote y su desaparición de los canales de Xochimilco.
Pese a que en los últimos años se han llevado a cabo una serie de proyectos para la preservación de esta especie en su hábitat natural, Horacio Mena destacó la importancia que juega el ajolote en este ecosistema, en dónde aseguró que la existencia de cualquier tipo de anfibio, a excepción de la rana toro, en un hábitat habla de una buena calidad del agua para producir alimentos.
“De entrada los anfibios por algo están. Son una parte fundamental dentro de las cadenas trópicas, no sólo en el caso del ajolote sino cualquier especie […] Aquí el tema es que el ajolote es tan fino en sus parámetros de sobrevivencia dentro del agua que cuando uno los estudia comprende que maneja un PH apropiado al agua que el ser humano puede consumir. Es un PH eficiente, es un PH neutro, es un agua que tú le abres al grifo y el agua que tomas tiene un PH eficiente. El contenido de sales, todo lo que el agua del ajolote de Xochimilco solía necesitar es muy similar a las características del agua potable del ser humano”.
Además de acentuar el PH del ajolote, Mena aseguró que el ambystoma mexicanum entre las características que también aportan a la humanidad es que es un sensor ambiental y que además, al igual que todos los anfibios, tiene un papel como predador de moscos transmisores de enfermedades como el dengue y chikungunya.
“En la parte de organismos consumidores en la cadena, ellos también son depredados cuando son bebés por pequeños insectos necesarios para destruir toda esta improvisación del agua cuando ésta se descompone. Estos microorganismos que en algún momento se alimentaron de ajolotes bebés participan en un equilibrio del ecosistema para mantener la calidad del agua. Ya después el ajolote crece y pue él se alimenta de estos animalitos que en algún momento lo depredaron, esto hablando a nivel de ecosistema”, apuntó el veterinario Horacio Mena.
Las condiciones actuales de los canales de Xochimilco son adversas por la contaminación del agua y en gran parte por la urbanización. Uno de los trabajos que han salido al quite para poder ayudar a la conservación de esta especie es el Proyecto Refugio Chinampa, desarrollado y dirigido por el Dr. Luis Zambrano, quien ha dedicado sus esfuerzos al estudio y al diseño de un cambio en la estructura trófica de los canales para que el ajolote pueda sobrevivir, así como en el contacto con los chinamperos en busca de una solución para preservar el hábitat de la especie y, por último, a conseguir financiamientos para que Proyecto Chinampa pueda seguir trabajando.
“Yo creo que sí [está sirviendo], quiero creer que sí, por lo menos estamos poniendo las bases para un cambio radical en el concepto de cómo conservar una especie. Normalmente la gente cuando quiere conservar una especie se enfoca en la especie misma y entonces se le ocurren cosas como introducirlas en cualquier lado como zoológicos y lo que estamos nosotros planteando es ‘no, para conservar el ajolote tenemos que conservar su hábitat’, el hábitat es fundamental para la conservación y por lo tanto tenemos que enfocarnos más en el hábitat que en la especie”, explicó Zambrano sobre el objetivo de Proyecto Chinampa.
“Eso ya ha estado empezando a tener frutos. No sólo los chinamperos que están cambiando sus prácticas a cómo eran antes sino también la gente está empezando a revalorar Xochimilco. Hay como logros a distintas escalas. Ahorita tenemos unos 40 refugios y en esos 40 refugios ya hay posibilidades de que los ajolotes puedan sobrevivir, eso es un logro, queremos crecerlo, y el otro logro es que ya hay gente que se interesa y queremos también que crezca el número de personas que se interese en este tema. Vamos generando logros poco a poco que no se ven en cuánto creció la población de ajolotes, eso todavía no lo sabemos. Eso lo vamos a ver yo creo que de tres a cinco o seis años”, agregó.
Una de las principales problemáticas a las que se ha enfrentado el Doctor Luis Zambrano y el equipo de Proyecto Refugio Chinampa ha sido la urbanización como la construcción del Puente Vehicular Periférico Sur- Oriente, en la alcaldía Xochimilco, y sobre todo, de canchas de futbol y spas.
“Hay amenazas muy fuertes como por ejemplo el puente de Xochimilco que lo que va a hacer es incrementar la urbanización en la zona, que es justamente lo contrario de lo que queremos hacer. También hay amenaza de contaminación en el aire que afecta la calidad de los productos de los chinamperos y hay otras amenazas dentro de la urbanización como las canchas de futbol que son un asco. O sea la gente insiste en hacer nuevas canchas de futbol en Xochimilco en lugar de que Xochimilco sea lo que es o sea, un área natural protegida”, expuso Zambrano.
En este sentido el investigador y veterinario de la UNAM, Horacio Mena, coincidió con Zambrano apuntando que el incremento de las canchas de futbol han sido uno de los problemas más recientes a los que se han enfrentado pues hay un estimado de que aproximadamente son 5 mil personas las que llegan en un fin de semana sino que hasta un día- “Unos compañeros de base nos comentaron que tan solo para ir a las canchas de futbol, que ahora están en las chinampas, llega esa cantidad de gente. Imagínate la cantidad de basura. Son chanchas que obviamente tienen baños, entonces a dónde va toda esta agua”.
Así como el Proyecto Refugio Chinampa, existen otros planes en pro de la conservación del ajolote en su hábitat como el del Centro de Investigaciones Biológicas y Acuicolas de Cuemanco (Cibac) de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), dirigido por el Doctor José Antonio Ocampo Cervantes.
SinEmbargo se puso en contacto con el CIBAC y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) con respecto a las medidas y acciones que se han implementado para la conservación del ambystoma mexicanum, pero al cierre de esta edición no obtuvo una respuesta.
UN BILLETE Y UN DÍA PARA EVITAR SU EXTINCIÓN
Muchos han sido los esfuerzos por parte de los activistas y, en parte, del Gobierno para evitar que esta especie desaparezca completamente de la faz de la Tierra.
En febrero del 2018, después de que la revista Nature publicara el artículo The axolotl genome and the evolution of key tissue formation regulators, la Senadora Silvia Guadalupe Garza Galván, del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, presentó una propuesta de decreto para oficializar el 1 de febrero como Día del Ajolote, la cual fue desechada, como muestran los registros de esta instancia legislativa. Pese a ello, hay quienes celebran esta fecha como el día del ambystoma mexicanum.
Lo que sí se realizó con éxito fue el lanzamiento, en octubre del 2021, del nuevo billete de 50 pesos en el que se presenta como protagonista a “Gorda”, una ajolota longeva parda que habita y se encuentra en exhibición en Axolotitlán.
De acuerdo con Pamela Valencia fue en 2019 cuando recibieron un correo de parte de la líder del proyecto del Banco de México, fue así como llevaron a la comitiva de la institución bancaria a que visitaran la zona lacustre de la CdMx para que conocieran la demarcación y los problemas de contaminación que hay en ésta. Después, participaron en una sesión en la que se fotografiaron y se tomaron videos de seis ejemplares de ajolote.
“En el 2021 nos invitan al lanzamiento del billete y ahí en el lanzamiento nos damos cuenta que la foto que le hicieron para inspirarse en el billete pertenece a ‘Gorda’ porque “Gorda” es una ajolotita muy peculiar, ella tiene unas manchas que no tiene nadie más”, explicó la directora del Museo Nacional del Ajolote.
La popularidad del billete de 50 pesos ha sido tal que en dos ocasiones (2021 y 2022) fue considerado como el “Mejor Billete del Año” por la Sociedad Internacional de Billetes. Además de la peculiar figura de “Gorda”, en este pedazo de papel también se observan chinampas, varios ahuejotes, árboles de hasta 15 metros de alto con tronco recto y corteza gris muy agrietada; y una libélula.
El que “Gorda” haya sido elegida como modelo de este billete ha ayudado a que incrementen las visitas a Axolotitlán. Hoy en día esta peculiar ajolota se encuentra en exhibición sin embargo no tarda en jubilarse ya que tiene seis años de edad, por lo que Valencia recomienda que la vayan a visitar antes de que esto suceda.
“La gente ha volteado a ver nuestro proyecto por el billete de 50 pesos, entonces nos ha ayudado muchísimo porque ahora sí vienen visitantes. Como un emprendimiento social y verde que con sus propios recursos trabaja y vive todos los días, a veces es complicado si no tenemos visitantes […] El billete también ayuda a que la gente tenga educación ambiental y entonces existe un proyecto como el de nosotros y cada vez más gente se entera de lo que está pasando, creo que sí nos ha ayudado”.
UN ANFIBIUM EN CHAPULTEPEC PARA LA CONCIENCIACIÓN
En el 2020 el Gobierno de la Ciudad de México puso en marcha la construcción de Anfibium: Museo del Axolote y Centro de Conservación de Anfibios, en el que hace unos años fuera el hogar de los elefantes en el Zoológico de Chapultepec, con el objetivo de concienciar a sus asistentes sobre la importancia de los anfibios, sobre todo del ajolote.
“El objetivo fundamental del Proyecto de Chapultepec es hacer un espacio en donde se restaure y se rescate la naturaleza, y al mismo tiempo, se potencien las actividades culturales de este bosque tan importante, no solamente para la Ciudad de México, sino para el país y para el mundo entero”, compartió la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, en agosto del 2021 durante la vista a la primera etapa de construcción de este espacio.
Pronto podrás conocer el Anfibium: Museo del Axolote y Centro de Conservación de Anfibios, que será parte del #ZoológicoDeChapultepec. Lugar destinado a proteger esta especie endémica de México y a la reproducción e investigación de anfibios. pic.twitter.com/RqhtugNDZc
— Bosque De Chapultepec (@ChapultepecCDMX) July 9, 2022
En este espacio destinado a los anfibios (un área de mil 200 metros) contará con la recreación de un humedal de Xochimilco, con cuatro laboratorios de investigación, con una tina de exploración interactiva y, será hogar de treinta especies entre las que se encuentran ranas, ajolotes, salamandras, tritones, tortugas y más.
Sobre este proyecto tanto Pamela Valencia y Horacio Mena esperan que ayude a la concienciación de la sociedad sobre cualquier tipo de anfibio y que, sobre todo, ayude a la gente a ver más allá de la popularidad del ajolote para que puedan aprender sobre la importancia de esta especie.
“Cualquier recurso público que se utilice en hacer educación ambiental pues es bienvenido, ojalá que cuenten con las instalaciones y el personal adecuado y que sea un espacio donde la gente pueda aprender, sin embargo si me gustaría que la gente entienda la diferencia entre proyectos [con Axolotitlán] porque se confunden y a veces la gente cree que tenemos los fondos del Gobierno y realmente no es así”, expuso Valencia.
“Yo creo que estos espacios pueden ser, conozco el proyecto y se hacia dónde va, una manera de acercar y de salir un poco más allá de. Si se sabe trabajar este museo, este tipo de proyectos, donde sea una terapia dirigida en términos de emanar nuevamente con lo que tenemos a nivel ambiente podríamos hablar que que están cumpliendo con su vocación”, finalizó Mena.
Anfibium: Museo del Axolote y Centro de Conservación de Anfibios planea abrir sus puertas al público en general en cualquier momento de este verano.