Teóricamente para “terraformar” se podrían liberar gases de efecto invernadero almacenados en las rocas marcianas, inducir mayor densidad en la atmósfera, que el planeta se calentase y así lograr que el agua pudiera permanecer en la superficie.
Los expertos concluyen que para esto se necesitaría tecnología que actualmente no existe. Además, la mayor parte de CO2 presente en los reservorios no está disponible y por lo tanto no puede ser fácilmente movilizado hacia la atmósfera.
Madrid, 30 de julio (EFE).- La “terraformación” es un hipotético proceso que permitiría cambiar las condiciones de un planeta para hacerlo habitable para las especies de la Tierra. Marte sería el candidato más idóneo para esa transformación si no fuera porque carece del dióxido de carbono suficiente.
Un artículo que publica hoy Nature Astronomy indica que ese proceso de terraformación no es “una posibilidad viable con la tecnología actual”.
El planeta rojo está en el centro del interés de los científicos pero también del gran público y los descubrimientos que se hacen sobre sus características acaparan portadas en los medios de comunicación, como la semana pasada cuando se anunció la existencia de un lago de agua líquida y salada bajo el hielo de su polo sur.
Dos expertos de las estadounidenses Universidad de Colorado Burden y Universidad de Arizona, Bruce Jakosky y Christopher Edwards, respectivamente, han revisado la idea de la terraformación a la luz de los actuales conocimientos sobre el planeta rojo.
Entre las posibles ideas para “terraformar” Marte se ha teorizado con liberar a la atmósfera los gases de efectos invernadero almacenados en sus rocas y casquetes polares, para que la atmósfera fuera más densa, el planeta se calentase y así lograr que el agua líquida pudiera permanecer en la superficie.
Los investigadores se centraron en el CO2 disponible en el planeta rojo, el único gas de efecto invernadero presente en cantidad suficiente para producir un calentamiento significativo.
Para ello usaron los datos proporcionados por los rovers y sondas espaciales durante los últimos veinte años relativos al CO2 accesible tanto en la superficie de Marte como en los reservorios subterráneos, así como las continuas emisiones de este gas al espacio.
En el mejor de los escenarios, según los autores, el CO2 fácilmente accesible “solo podría triplicar la presión atmosférica de Marte”, un quinto del cambio necesario para hacer que fuera habitable, y aumentaría la temperatura en menos de diez grados.
Además, la mayor parte de CO2 presente en los reservorios no está disponible y por lo tanto no puede ser fácilmente movilizado hacia la atmósfera.
Así, los autores concluyen que “terraformar Marte usando el CO2 conocido en el planeta necesitaría de tecnologías que están muy por delante de las actualmente disponibles”.