La contaminación provocada por el uso de plásticos es una de las mayores amenazas que enfrentamos en la actualidad. Al ser un material muy versátil y usualmente económico, se convierte en uno de los más utilizados. Se estima que la mitad de todo el plástico que se produce está diseñado para ser utilizado una sola vez y esto está trayendo severas consecuencias a nivel ambiental, recordemos que el plástico se degrada, no desaparece. El problema es tan grave que se estima que si seguimos con este patrón, habrá más plástico que peces en el océano para el año 2050.
La mayor acumulación de plásticos encontrada en los océanos a nivel mundial se ubica entre Hawai y California, esta zona es conocida como “El Gran Parche de Basura del Pacífico” y está conformado por 80 mil toneladas de plástico. La superficie es tan grande que el espacio que abarca equivale a tres veces el tamaño de Francia.
Desde los años 70’s se ha analizado esta área, pero el estudio más grande a la fecha fue realizado por el equipo de investigación de la organización Ocean Cleanup. Apoyándose de un equipo conformado por 30 barcos, 652 redes para muestrear la superficie y aeronaves para obtener imágenes aéreas de la basura, lograron recolectar 1.2 millones de muestras de plástico que fueron identificadas y separadas en cuatro categorías:
1) Microplásticos (0.05 a 0.5 cm)
2) Mesoplástico (0.5 a 5 cm)
3) Macroplástico (5 a 50 cm)
4) Megaplástico (más de 50 cm)
Los resultados fueron alarmantes y sorprendentes para muchas personas. ¡El 46 por ciento de la masa total de los plásticos está conformada por redes de pesca! El propósito de las redes es que sean muy resistentes y duraderas, estas mismas características son las que las convierten en un peligro. Sabemos que las redes fueron creadas para capturar principalmente a peces que serán destinados para consumo de la humanidad, pero una vez que dejan de ser útiles, muchas veces quedan varadas y terminan flotando en el océano junto con más equipo de pesca (cuerdas, jaulas, etc.) provocando que cientos de animales queden enredados y mueran.
La demanda por el consumo de peces y otros animales marinos es la razón por la cual hay tantas redes de pesca causando estragos. Además, estas redes no son selectivas, animales como delfines, tortugas, tiburones y leones marinos terminan agonizando entre las redes; también los grandes arrecifes de coral se ven afectados.
El plástico impacta de manera directa nuestra salud, especialmente si seguimos alimentándonos de peces. Durante el proceso de bioacumulación, los químicos que se encuentran en los plásticos ingresarán en el cuerpo del animal que lo ingiera y cuando este animal se convierta en presa, los químicos ahora estarán en el cuerpo de quien consuma dicho animal, este puede ser nuestro caso. El consumo de plásticos (dependiendo de la cantidad) según la US FDA puede ocasionar disrupciones a nivel hormonal, problemas en el desarrollo en infantes, complicaciones en la tiroides e incluso cáncer.
Si queremos ayudar a cientos de especies y al ecosistema marino, reducir en medida de lo posible nuestro uso de plásticos es una buena manera de comenzar, pero dejar a los peces y a otras criaturas marinas fuera de nuestro plato incrementaría de manera significativa nuestros esfuerzos individuales, que terminarán sumando a los esfuerzos colectivos. Por tu salud, por el planeta, por los animales, considera cambiar tus hábitos de consumo, el tiempo se agota.
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