La revelación del estilo de vida del expresidente no ha generado mayor reacción en la clase política apenas, que ha comentado la “visa dorada” entregada por el Gobierno de España a Peña Nieto. “Sin palabras”, escribió en su cuenta de Twitter Santiago Nieto Castillo, extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera. Y en efecto, la clase política que cobijó al mandatario se ha quedado sin palabras.
Ciudad de México, 30 de mayo (SinEmbargo).– “Sin palabras”, escribió en su cuenta de Twitter Santiago Nieto Castillo, extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y considerado “fiscal anticorrupción” de este sexenio hasta que se vio obligado a renunciar. Y en efecto, sin palabras: la clase política apenas ha comentado la “visa dorada” entregada por el Gobierno de España al expresidente Enrique Peña Nieto, un ciudadano de clase media cuya carrera profesional se hizo básicamente en la burocracia pero que, ahora resulta, es considerado empresario multimillonario. Esa es la condición que se necesita para ese beneficio migratorio.
Peña Nieto se instaló en España con un permiso migratorio conocido como “golden visa” o “visado dorado”, el cual permite regularizar a los grandes inversores que destinan al menos un millón de euros a la adquisición de activos españoles, que tienen un proyecto empresarial o que compran inmuebles por al menos 500 mil euros, como lo hizo el expresidente priista, reveló el diario español El País.
Desde que abandonó la Presidencia, un sexenio marcado por diversos casos de corrupción que tienen a varios de sus excolaboradores enfrentando a la justicia, Peña Nieto ha viajado alrededor del mundo. Lo mismo se le ha visto en Nueva York que en Italia saliendo de uno de los hoteles más exclusivos de la capital de ese país. Muy probablemente el exmandatario se ha movilizado en aviones privados porque nunca se le ha visto en aeropuertos. Si bien se sabía desde hace mucho tiempo que tenía residencia en España, se desconocía su estatus migratorio.
Ahora el diario El País ha dado a conocer que compró en 2020 un local comercial de 105 metros cuadrados con terraza interior en un edificio del barrio madrileño de Chamberí, según consta en el registro de la propiedad. Sin embargo, ese no es el lugar donde vive. El expresidente ha establecido su residencia en un chalet localizado en la exclusiva urbanización Valdelagua, en donde tiene como vecinos a los actores Penélope Cruz y Javier Bardem. Un sitio que pertenece a una constructora que lo adquirió por medio de una hipoteca de 889 mil 500 euros, el cual cuenta con seguridad privada y al cual no se puede acceder sin una autorización.
La revelación del estilo de vida del expresidente no ha generado mayor reacción en la clase política. Ninguno de los dirigentes de los principales partidos ha hablado sobre el tema. Ni Marko Cortés, del PAN, ni Jesús Zambrano, del PRD —partidos que lo respaldaron en el Pacto por México—, se han posicionado sobre la vida de lujo de Peña Nieto, con cuyo partido, el PRI, mantienen una alianza electoral. Pero tampoco el dirigente morenista Mario Delgado ha hablado sobre lo revelado este fin de semana. De igual manera, ningún periodista cuestionó al Presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa matutina sobre la “visa dorada” otorgada a Peña Nieto.
Desde febrero de 2019, el periodista Ricardo Raphael dio a conocer en su columna, entonces publicada en El Universal, cómo el expresidente Peña Nieto residía en España. Abundó que esta mudanza del exmandatario coincidía con la del médico particular del expresidente, Rubén Drijanski, y con la del jefe del Estado Mayor durante su administración, el general Roberto Miranda Moreno, quienes también cambiaron su residencia en la capital española. Ante la publicación del periodista, Peña Nieto negó la información en sus redes sociales —la cuales rara vez usa— e indicó que no tenía contemplado mudarse a España, donde finalmente terminó viviendo.
“Ante las versiones que circulan sobre mi país de residencia, aclaro: es absolutamente falso que yo haya comprado o rentado una propiedad en Madrid. Mi familia y yo vivimos en México. No tengo contemplado mudarme a España ni a ningún otro país”.
El expresidente incluso le dijo a Ricardo Raphael “que el rumor de que se iría a vivir a España es absolutamente falso” y que “habita y habitará en la ciudad de México y que el único lugar propio que visita para descansar es la casa familiar que tiene en Ixtapan de la Sal, en el Estado de México”.
Tuve la oportunidad de conversar con @ricardomraphael para precisarle este tema. Agradezco que haya publicado una aclaración: pic.twitter.com/D4JinHA4ia
— Enrique Peña Nieto (@EPN) February 18, 2019
Más de dos años después de esta publicación, el diario El País ha dado a conocer que incluso la autorización de residencia y trabajo de Peña Nieto está pronta a expirar en octubre de este año. Tras su periodo de dos años de estancia legal en España, el exmandatario podría solicitar la nacionalidad española o simplemente renovar su permiso actual, consignó el medio madrileño. En el caso de renovar sus papeles, indicó, obtendría un permiso de residencia por cinco años más.
“¿Será que cuando habló conmigo no vivía en España y ahora sí? ¿O será simplemente que le ganó la necesidad de mentir? Para no incurrir en ingenuidades, optó por suponer lo segundo”, cuestionó este lunes el periodista Ricardo Raphael en su columna en Milenio.
En tanto, además del silencio en el que se ha conducido la clase política, dos antiguos colaboradores del expresidente declinaron hacer declaraciones a El País. El medio menciona que quien fuera vocero de su Gobierno, Eduardo Sánchez Hernández, alegó que no sabe cómo contactarlo, mientras que su exjefe de gabinete, presumiblemente Francisco Guzmán Ortiz, no ha contestado a la solicitud de este periódico.
Mientras tanto, el expresidente Peña Nieto no ha salido a posicionarse sobre el tema en sus redes sociales, el único medio por el cual el exmandatario se ha manifestado en los últimos años, casi siempre para lamentar la muerte de algún conocido, como ocurrió el 4 de febrero pasado con el empresario, Alberto Baillères González, a quien le entregó en noviembre de 2015 la Medalla Belisario Domínguez.