A medida que avanzaba la noche, se registraron incendios en el sur de la ciudad, incluyendo un restaurante de comida japonesa, una sucursal del banco Wells Fargo y un establecimiento de Office Depot. Muchos ardieron durante horas y, de nuevo, los bomberos tardaron en sofocarlos porque estaban en zonas no seguras.
Por Aaron Morrison y Tim Sullivan
MINNEAPOLIS, Minnesota, EU (AP).— Miles de manifestantes ignoraron el toque de queda y las promesas de una respuesta policial contundente y tomaron las calles de Minneapolis por cuarta noche consecutiva, mientras la ira provocada por la muerte de George Floyd luego de ser detenido se extendía a otras ciudades del país.
El Pentágono ordenó el sábado al Ejército que ponga a varias de sus unidades de la policía militar en servicio activo, listas para desplegarse la ciudad en un corto espacio de tiempo, a petición del Presidente del país, Donald Trump, según tres personas con conocimiento directo de la iniciativa. Esta inusual medida coincidió con la expansión de la violencia a otras ciudades: un hombre murió baleado en Detroit, varios autos policiales fueron vandalizados en Atlanta, y en la Ciudad de Nueva York hubo choques entre manifestantes y agentes.
Los cargos penales presentados el viernes en la mañana contra el policía blanco que inmovilizó a Floyd, afroestadounidense, en el piso poniéndole la rodilla sobre el cuello durante 9 minutos, no lograron calmar los ánimos. Derek Chauvin, de 44 años, fue acusado de asesinato en tercer grado y homicidio involuntario de segundo grado.
La Policía de Minneapolis dijo que durante las protestas se efectuaron disparos contra miembros de las fuerzas de seguridad pero no hubo heridos.
A medida que avanzaba la noche, se registraron incendios en el sur de la ciudad, incluyendo un restaurante de comida japonesa, una sucursal del banco Wells Fargo y un establecimiento de Office Depot. Muchos ardieron durante horas y, de nuevo, los bomberos tardaron en sofocarlos porque estaban en zonas no seguras.
Poco antes de la medianoche, decenas de agentes a pie y en autos avanzaron para frenar la violencia, un día después de las críticas a los líderes de la ciudad y del estado por su gestión de la crisis. El jueves, los manifestantes quemaron una comisaría de policía poco después de que fuese desalojada y prendieron fuego o destrozaron docenas de negocios.
La nueva ronda de disturbios se produjo a pesar de que el Gobernador, Tim Walz, prometió antes en el día de que el estado mostraría una respuesta más contundente a la ofrecida en la víspera por la ciudad. Pero a primera hora del sábado, Walz reconoció que no tenía suficientes efectivos, aún contado con 500 soldados de la Guardia Nacional.
El Gobernador aseguró que movilizará rápidamente a más de mil efectivos más, para un total de mil 700, y que estaba estudiando la posible oferta de la policía militar federal, pero advirtió que incluso esto no podría ser suficiente y que espera otra noche complicada el sábado.
No todas las protestas fueron violentas. En el centro de la ciudad, miles de personas rodearon una comisaría de policía protegida después del toque de queda. “¡Procesen a la policía!”, cantaban algunos, además de “Digan su nombre: ¡George Floyd!”. Otros realizaron pintadas sobre el edificio.
Chauvin fue acusado también de hacer caso omiso a otro agente que estaba en el lugar y que expresó su preocupación sobre Floyd, que yacía esposado en el piso y se quejaba de que no podía respirar mientras Chavin le presionó el cuello con su rodilla durante minutos. Floyd había sido arrestado bajo sospecha de que usó un billete falso en una pequeña tienda de comestibles.
Chauvin, que fue despedido junto a los otros tres policías presentes en la escena, podría enfrentar una condena de 12 años de cárcel si es hallado culpable de asesinato.
Un abogado de la familia de Floyd aplaudió al arresto de Chauvin pero dijo que esperaba un cargo de homicidio más grave y que quería que los demás agentes implicados fuesen detenidos también.
El Fiscal del condado Hennepin, Mike Freeman, señaló que existía la posibilidad de que se presentasen más cargos, pero que las autoridades “sintieron que era apropiado enfocarse en el perpetrador más peligroso”.