El escritor murió en su hogar en Brooklyn debido a complicaciones de un cáncer de pulmón diagnosticado hace dos años.
Ciudad de México, 30 de abril (SinEmbargo).- El escritor Paul Auster, prolífico novelista, guionista y quien retrató a Nueva York –particularmente a Brooklyn– en sus escritos, murió este martes a los 77 años.
El diario The New York Times informó que el literato falleció ayer por la noche en su casa por complicaciones de un cáncer de pulmón, esto luego de que Jacki Lyden, amiga de Auster, proporcionó en exclusiva la información al diario de la Gran Manzana.
Paul Auster, a pesar de ser un emblema de “la ciudad que nunca duerme” y del distrito que fue inspiración y protagonista de su obra: Brooklyn, nació un 3 de febrero de 1947 en la entidad vecina, Nueva Jersey, específicamente en la ciudad de Newark.
De acuerdo con un perfil publicado este martes por The New York Times, Brooklyn, donde se estableció en 1980, se volvió su universo adoptivo e inmerso en esas calles empedradas bordeadas de robles en el vecindario de Park Slope escribió lo mejor de su carrera.
Además, dice Alex William, reportero en la sección Obituarios del Times, con el tiempo Auster fue visto como un custodio del rico legado literario de Brooklyn, además de ser una fuente de inspiración para una nueva ola de novelistas que se congregaron en el distrito en los años 90 y más tarde.
“Paul Auster era el novelista de Brooklyn allá por los años 80 y 90, cuando yo crecía allí, en una época en la que muy pocos escritores famosos vivían en el barrio”, escribió en un correo electrónico la autora y poeta Meghan O’Rourke, quien se crió en cerca de Prospect Heights. “Sus libros estaban en las estanterías de todos los amigos de mis padres. Cuando éramos adolescentes, mis amigos y yo leímos la obra de Auster con avidez tanto por su extrañeza (ese toque de surrealismo europeo) como por su cercanía.
“Mucho antes de que ‘Brooklyn se convirtiera en un lugar donde parecían vivir todos los novelistas, desde Colson Whitehead hasta Jhumpa Lahiri, Auster hizo que ser escritor pareciera algo real, algo que una persona realmente hacía”, citó William en su obituario del ahora escritor leyenda.
Una triste noticia: ha fallecido Paul Auster. pic.twitter.com/uBkKQOILf4
— Lee Por Gusto (@LeePorGusto) May 1, 2024
El escritor, relatan sus conocidos, siempre evitó las computadoras y a menudo escribía con pluma estilográfica en sus amados cuadernos. “Los teclados siempre me han intimidado “, dijo a The Paris Review en 2003, según el obituario del Times.
“Un bolígrafo es un instrumento mucho más primitivo”, dijo. “Sientes que las palabras salen de tu cuerpo y luego las introduces en la página. La escritura siempre ha tenido esa cualidad táctil para mí. Es una experiencia física”, expuso Auster.
También recurría a su antigua máquina de escribir Olympia para mecanografiar sus manuscritos, comentó William. Inmortalizó la confiable máquina en su libro de 2002 “La historia de mi máquina de escribir”, con ilustraciones del pintor Sam Messer .
“Estos métodos anticuarios no hicieron nada para frenar la impresionante producción de Auster. Escribía seis horas al día, a menudo siete días a la semana, publicó un libro nuevo casi cada año durante años. Finalmente publicó 34 libros, obras más breves que luego se incorporaron a libros más grandes, incluidas 18 novelas y varias memorias aclamadas y obras autobiográficas variadas, junto con obras de teatro, guiones y colecciones de cuentos, ensayos y poemas”, consignó Alex William.
Auster estudió literatura francesa, italiana e inglesa en la Universidad de Columbia, ubicada en la isla de Manhattan. A pesar de suspender su ingreso al Instituto de Altos Estudios de Cinematografía, en París, escribió guiones y también se dedicó a la dirección de cine con películas como Smoke (1995) y Lulu in the Bridge (1998).
En las letras destaca su reconocida “Trilogía de Nueva York”, un compendio de tres novelas policiacas conformado por los títulos “Ciudad de cristal”, “Fantasmas” y “La habitación cerrada”.
Otros de sus títulos de ficción destacados están “Leviatán”, “El libro de las ilusiones”, “Mr. Vértigo”, “Brooklyn Follies”, “4 3 2 1” y “Baumgartner”, este el último publicado en su carrera, el año pasado y luego de que su esposa, la también escritora Siri Hustvedt, revelara que Paul batallaba contra un cáncer pulmonar.
Entre sus textos de no ficción figuran “La invención de la soledad”, “Creía que mi padre era Dios: Relatos verídicos de la vida americana”, “Diario de Invierno”, entre otras más.
Auster obtuvo diversas distinciones, como el Premio Faulkner, el Príncipe de Asturias de las Letras en 2006, Premio Médicis Extranjero en 1993, así como ser Miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias.
En México recibió la Medalla Carlos Fuentes luego de que abriera el Salón Literario de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara de 2017, donde presentó su novela “4 3 2 1”.
Ha muerto el enorme Paul Auster. Gran pérdida para la literatura. Tuve la fortuna de tener un diálogo público con el en NY. Generoso y amable. A releerlo como el mejor homenaje.
— Guillermo Arriaga (@G_Arriaga) May 1, 2024
Sentí el sabor a mortalidad en la boca y en ese momento entendí que no iba a vivir para siempre. Se necesita mucho tiempo para aprenderlo; cuando lo haces, no vuelves a ser el mismo. Tenía 17. Estoy hablando de libertad, Fogg.
-El palacio de la luna
Paul Auster (1947-2024) pic.twitter.com/VN6n74nMbL
— Sergio Huidobro 🇵🇸 (@sergiohuidobro) May 1, 2024
“Cuando un poeta busca inspiración en un creador de otro país es porque busca algo que de inmediato no encuentra disponible en su propia lengua o literatura, porque pretende liberarse de los confines de su propia cultura. Pero siempre, en definitiva, para hacerlo suyo, para llevarlo de vuelta a su propio lugar”, dijo en aquella ocasión.