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Ricardo Ravelo

30/04/2021 - 12:05 am

Miguel Ángel Yunes: Una historia sucia

Yunes Linares fue Gobernador de Veracruz de 2016 a 2018. En ese bienio, se asegura, permitió que el cártel de Jalisco Nueva Generación se asentara en esa entidad

Uno de los señalamientos más reiterados contra Yunes es el de sus presuntos nexos con la delincuencia organizada. Foto: Alberto Roa, Cuartoscuro.

La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y la Fiscalía General de la República (PGR) confirmaron que investigan a Miguel Ángel Yunes Linares, exgobernador de Veracruz y exsubsecretario de Seguridad Pública por presuntos actos de corrupción y tráfico de influencias durante su paso por la dirección del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE).

El político veracruzano –quien ha construido su feudo económico y político en Veracruz, principalmente en los municipios de Veracruz (puerto) y Boca del Río, fue director del ISSSTE durante el Gobierno de Felipe Calderón. Se le acusa de desvío de recursos, tráfico de influencias, compra fraudulenta de medicamentos y malversación de fondos públicos; además, la FGR también lo investiga por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.

Involucrado en escándalos de corrupción, Yunes Linares también ha sido señalado por la periodista Lydia Cacho se formar parte de un clan de pederastia junto con Mario Marín, exgobernador de Puebla actualmente detenido en Cancún, Quintana Roo; Jean Succar Kuri, empresario de origen libanés también encarcelado por abuso sexual en contra de menores y Kamel Nacif, el llamado “Rey de la Mezclilla”, quien está detenido en El Líbano por estar implicado en la cofradía de pederastas que fueron denunciados por la periodista en su libro Los Demonios del Edén, un éxito editorial en su momento. En ese grupo también figuraba el político yucateco Emilio Gamboa Patrón, exsenador de la República y exsecretario de Comunicaciones y Transportes en el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari.

Yunes Linares fue Gobernador de Veracruz de 2016 a 2018. En ese bienio, se asegura, permitió que el cártel de Jalisco Nueva Generación se asentara en esa entidad, causando una guerra abierta con el cártel de Los Zetas, que presuntamente arribaron a la entidad en el Gobierno de Fidel Herrera Beltrán, quien gobernó Veracruz de 2005 a 2011.

Alrededor de Yunes Linares se han tejido historias que lo mismo lo ligan con la corrupción que con el narcotráfico:

Dos pilotos de área de Servicios Aéreos de Veracruz –Esdras Morales y José Luis Crisanto– están desaparecidos luego de que, a principios de la administración de Yunes Linares como Gobernador, desatendieron un llamado de Manuel Muñoz Ganem, operador financiero de Yunes, para realizar un vuelo urgente a la Ciudad de México.

El primero era director de Servicios Aéreos de Veracruz, con sede en el Aeropuerto “El Encero”; el segundo fungió como subdirector de Ingeniería y Compras en esa misma área durante los primeros 49 días del Gobierno de Yunes Linares.

Morales y Crisanto, así como el piloto Andrés Vargas, estaban a cargo del avión King Air 90, propiedad del empresario Rodrigo Campos, concesionario de la empresa Comex en Veracruz, el cual Yunes Linares utilizó durante su precampaña y su campaña política, en abril de 2016.

En esa fecha los pilotos organizaron una fiesta en el puerto de Veracruz, en la cual hubo de todo: alcohol, mujeres y cocaína. Tan desvelados estaban que no pudieron atender el llamado del encolerizado Muñoz Ganem, a quien le urgía trasladarse a la Ciudad de México. Cuando Morales y Crisanto se reportaron fueron despedidos por el hombre encargado de las finanzas personales de Yunes Linares. Desde entonces están desaparecidos.

Pero eso no es todo: durante la precampaña y la campaña oficial de Yunes a la gubernatura y hasta los primeros 49 días de su gestión como Gobernador, los pilotos del King Air 90 fueron comisionados para realizar vuelos a Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y otros países de Centroamérica, supuestamente con un objetivo específico: rastrear propiedades del exgobernador Javier Duarte de Ochoa y de sus socios Vicente Benítez González, quien fue Diputado local y presunto artífice del esquema de las empresas fantasmas mediante las cuales Duarte desvió dinero público a cuentas privadas dentro y fuera de México.

En ese momento, Yunes Linares tenía la mira puesta en Benítez González, quien es señalado de amasar una fortuna descomunal y de tener propiedades millonarias en Costa Rica, de donde es oriunda su esposa. Pese a las evidencias, Yunes lo perdonó a cambio de la información que le aportó sobre las maniobras de Duarte para usar el dinero público con fines personales. Por eso a Benítez le llaman desde entonces “el traidor”.

El caso es que durante el primer cuatrimestre de 2016 y los primeros días del Gobierno de Yunes Linares, el capitán Morales cubrió esa ruta centroamericana con el avión que Rodrigo Campos le prestó al entonces candidato de la coalición PAN-PRD.

Sin embargo, en el equipo de pilotos había un tercer elemento, quien resultaría explosivo: Andrés Vargas, un copiloto que acompañaba a Morales en los viajes de Yunes Linares a distintos puntos del país y a Estados Unidos. Vargas se incorporó a la tripulación para cubrir el protocolo de seguridad. Era mejor volar con dos pilotos que con uno solo.

De acuerdo con datos consultados y algunos planes de vuelo realizados, Morales y Vargas trasladaron a Yunes Linares a diversas localidades veracruzanas, así como Houston y otros destinos.

Sin embargo, el destino personal del piloto de Yunes Linares fue trágico. El 12 de junio del 2018 fue detenido en Zulia, Venezuela, cuando el avión que tripulaba –uno similar al King Air 90– se desplomó en esa región después de que presuntamente entregó un cargamento de droga. Esa zona venezolana colindante con Colombia es conocida por el intenso trasiego de droga y el asentamiento de cárteles.

Según las pesquisas de las autoridades venezolanas y con base en el expediente del caso, Vargas y otro piloto –Héctor Jabes Rincón Torres– están relacionados con el cártel de Sinaloa, cuya presencia en Venezuela y Colombia ha crecido en forma exponencial y hoy controlan gran parte del movimiento de droga hacia México y Estados Unidos.

Tras el accidente aéreo, las autoridades venezolanas acudieron al lugar del siniestro, la finca “Mis Amores”, ubicada en el municipio de Barat, al oeste de Zulia.

Las autoridades venezolanas confirmaron que la aeronave partió de México. Las hipótesis sostienen que llevó dinero en efectivo y que arribó hasta los límites con Colombia para transportar algún cargamento de droga cuyo destino se desconoce.

Tanto el piloto de Yunes como el acompañante de Vargas –Jabes Rincón– fueron detenidos y puestos a disposición de las autoridades venezolanas, donde se les acusa de narcotráfico y de formar parte del cártel de Sinaloa, la organización criminal que actualmente encabeza Ismael “El Mayo” Zambada.

El General Néstor Riverol Torres, Ministro del Interior, Justicia y Paz de Venezuela informó sobre el hallazgo y aseguramiento de la aeronave y afirmó que se trata de un avión dedicado a tareas de narcotráfico que se estrelló en una zona de árboles y sufrió averías en su estructura.

Tras el incidente, los pilotos intentaron huir, pero fueron capturados cuando atravesaban por una pista no autorizada.

“Se activó el Sistema Interconectado Tierra-Aire, que se practica en caso de aeronaves sospechosas. Seguiremos combatiendo el tráfico de drogas ilícitas por tierra, mar y aire”, dijo el militar venezolano.

Richard López Vargas, comandante de la Guardia Nacional, indicó que la aeronave averiada “posee las características de las que son utilizadas en el tráfico de drogas y tras las declaraciones de los sujetos detenidos se conoció que guardan relación con el cártel de Sinaloa”, una de las organizaciones criminales más poderosas dedicadas al narcotráfico internacional desde México.

Ambos pilotos, añadió el funcionario venezolano, fueron identificados por sus pasaportes y otros documentos.

De acuerdo con el expediente del caso, la matrícula de la avioneta Beechcraft King Aire 90 siniestrada fue alterada. La que portaba –N3695W– es de origen norteamericano y estaba sobrepuesta con el fin de despistar a las autoridades respecto de la verdadera procedencia de la aeronave.

Según se desprende de la investigación sobre el historial de los pilotos, los planes de vuelo y el propietario del aparato –aún en curso– la aeronave pertenece a la empresa Jetnet LLC Trustee. Había salido de México hacia la provincia de Zulia, donde operan varios cárteles que son los principales abastecedores de la droga que entra por México hacia Estados Unidos.

La noticia sobre el siniestro de la aeronave y la captura del piloto de Yunes tuvo poca difusión en México. Algunos medios como El Universal publicaron la noticia el 12 de junio de 2018, pero no mencionaron los antecedentes de los pilotos capturados, particularmente los de Andrés Vargas, pues desconocían quien era y para quien trabajaba.

YUNES, BAJO LA MIRA DE LA FGR

Las investigaciones por corrupción, tráfico de influencias, presuntamente narcotráfico, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero se conocían desde hace por lo menos dos años.

Estas habrían iniciado poco después de que Andrés Manuel López Obrador tomó posesión como Presidente de la República, en diciembre de 2018.

En ese tiempo, la prensa veracruzana difundió notas y comentarios respecto de la posible orden de aprehensión que habría girado un Juez federal en contra de Miguel Ángel Yunes Linares, después de terminar su periodo como Gobernador.

A través de medios impresos y digitales, se dijo que el exmandatario, quien gobernó esa entidad de diciembre de 2016 a diciembre de 2018, estaba acusado de peculado, fraude, malversación de fondos públicos y, a nivel federal, de delincuencia organizada y lavado de dinero.

También se dijo –ninguna autoridad ha desmentido hasta ahora tales versiones– que Yunes Linares habría salido del país en días pasados, que posiblemente se habría instalado en Estados Unidos o en España, a fin de ponerse a salvo de alguna posible captura.

Cabe recordar que fue destituido de la Fiscalía General de Veracruz Jorge Winckler, quien está políticamente vinculado al exgobernador a tal grado que se afirma que es su empleado, pues además de la complicidad que los une Winckler ha fungido, en varias ocasiones, como abogado defensor de Yunes Linares. El exfiscal aún sigue prófugo: se le acusa de varios delitos, entre otros, obstrucción de la justicia y presunta protección a personajes del crimen organizado.

Tras su destitución –confirmada como legal por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación– Winckler se escondió porque ya sabía que un Juez giraría una orden de aprehensión en su contra, como ocurrió, pese a que el exfiscal interpuso un recurso de amparo, el cual le fue negado.

Así, bruscamente, dio vueltas la vida para el llamado clan Yunes.

Cuando ganó las elecciones de Gobernador, en 2016, Yunes Linares encarceló a media docena de funcionarios que despacharon en el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa.

Todos permanecieron presos bajo cargos de lavado de dinero, peculado, enriquecimiento ilícito y delincuencia organizada durante el bienio que Yunes gobernó el estado.

Yunes se preparó para gobernar ocho años, pues desde el poder preparó la candidatura de su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, pero fracasó frente a la aplanadora llamada Andrés Manuel López Obrador, que le dio el triunfo, para su sorpresa, a Cuitláhuac García Jiménez, quien actualmente está acusado de encabezar un verdadero desgobierno en Veracruz.

Tras la derrota del PAN en Veracruz, Yunes Linares comenzó a sanear sus cuentas en el Gobierno, pero dejó rastros: uno de los principales señalamientos es que desvió más de 3 mil millones de pesos que, según las acusaciones, invirtió en la compra de un equipo de espionaje, su gran debilidad.

Otra acusación por 100 millones de pesos es por la contratación de varias videocámaras para reforzar la seguridad pública, las cuales no fueron colocadas en su totalidad en el estado pero sí se pagó el monto total del contrato.

Y a nivel federal, los señalamientos apuntan a que la Fiscalía General de la República lo investigaba desde entonces por delincuencia organizada, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. Hace apenas unos días la FGR confirmó que existe una carpeta abierta en su contra. Yunes respondió que le extrañaba que la Fiscalía filtrara pormenores del expediente precisamente en época electoral. Por estos delitos, la Fiscalía General de la República habría solicitado orden de aprehensión en contra del exmandatario

Es más, tras dejar la gubernatura, en diciembre de 2018, apareció en el café de La Parroquia del puerto de Veracruz, acompañado de algunos excolaboradores. Después se volvió a esconder.

Yunes Linares cuenta con varias propiedades en Nueva York, donde radica habitualmente, así como en Miami, Florida, donde suele vacacionar    Esta no es la primera vez que Yunes Linares se ve envuelto en escándalos relacionados con una posible orden de aprehensión, aunque siempre ha sido un hombre polémico debido a su proclividad a la venganza: en 1998, por ejemplo, ordenó el encarcelamiento del exgobernador Dante Delgado Rannauro, quien fue acusado de peculado.

Su encarcelamiento se efectuó a pesar de que los delitos por los que se le acusó ya habían prescrito –no porque no los haya cometido –, aunque posteriormente Delgado Rannauro dijo que Yunes no había sido el responsable de su captura y culpó de ello al expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León, quien lo habría encarcelado porque Delgado se atrevió a sugerirle qué hacer para solucionar el conflicto en Chiapas, el cual estalló en 1994.

Durante el gobierno de Patricio Chirinos, Yunes Linares fungió como secretario General de Gobierno, aunque en realidad era el gobernador, ya que Chirinos se la pasaba en estado de ebriedad, según afirman sus allegados.

Durante ese sexenio –1992-1998 –Yunes Linares se convirtió en un funcionario represor: persiguió a miembros del PRD, le organizó un sabotaje a Cuauhtémoc Cárdenas –entonces candidato del PRD a la presidencia de la República –contratando teporochos y travestis que le organizaron un mitin en el café de La Parroquia.

Luego se supo que desde la secretaría de Gobierno Yunes Linares había contratado a los travestis del centro nocturno Bum Bum de la ciudad de Xalapa y a los teporochos los reclutaron del mercado del centro de Veracruz y fueron acarreados hasta el punto donde estaría Cárdenas Solórzano.

De igual forma, Yunes amenazó a la prensa veracruzana: muchos reporteros críticos fueron amenazados de muerte y a otros los despidieron de sus respectivos medios por órdenes del entonces Secretario General de Gobierno.

Ahora el panorama que enfrenta Yunes es totalmente adverso: de perseguidor pasó a ser perseguido por la justicia y no falta quien exija al Gobierno cárcel para el exmandatario.

Uno de los señalamientos más reiterados contra Yunes es el de sus presuntos nexos con la delincuencia organizada, pues se dijo que tras su arribo a la gubernatura, en 2016, el Cártel de Jalisco Nueva Generación se instaló en el estado.

Derivado de este posicionamiento es que se produjo la violencia en Veracruz, pues el cártel de Nemesio Oseguera se enfrentó a Los Zetas, amos y señores en esa entidad durante el gobierno de Fidel Herrera y Javier Duarte.

Esto derivó en matanzas y secuestros, las cuales persisten hasta la fecha, pues todavía ambos grupos criminales se disputan el territorio a sangre y fuego.

Los dos cárteles tienen amplios controles en los municipios de la entidad; también controlan a las policías, brazos armados del crimen. Todo esto se ha convertido en un problema mayúsculo pues no hay, por ahora, fuerza policiaca ni de Gobierno capaz de poner en paz a Veracruz.

Por el contrario, la violencia se recrudece más por todas partes pese a la presencia de la Guardia Nacional, cuyos elementos son insuficientes para frenar la ola delictiva.

Veracruz es un importante enclave del crimen organizado: por esa entidad cruza la droga que proviene del Caribe y también la que entra por Chiapas y que proviene de Guatemala

De igual forma es un territorio que clave para las redes que operan el tráfico de migrantes, pues es una ruta bastante explotada por los llamados “polleros”, quienes forman parte del cártel del Golfo, Los Zetas o del Cártel de Jalisco.

Durante los primeros meses de este año, en Veracruz fueron detenidos varios tractocamiones repletos de indocumentados que fueron enganchados por las redes de traficantes de humanos.

Se asegura que tal flujo de migrantes opera con el apoyo oficial, pero extrañamente ningún alto mando de la policía ha caído por esas actividades. Tampoco ningún funcionario de Migración. La impunidad está en toda su plenitud.

 

 

Ricardo Ravelo
Ricardo Ravelo Galó es periodista desde hace 30 años y se ha especializado en temas relacionados con el crimen organizado y la seguridad nacional. Fue premio nacional de periodismo en 2008 por sus reportajes sobre narcotráfico en el semanario Proceso, donde cubrió la fuente policiaca durante quince años. En 2013 recibió el premio Rodolfo Walsh durante la Semana Negra de Guijón, España, por su libro de no ficción Narcomex. Es autor, entre otros libros, de Los Narcoabogados, Osiel: vida y tragedia de un capo, Los Zetas: la franquicia criminal y En manos del narco.

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