Especialistas en psicología indicaron que los impactos del encierro en los niños no son tan diferentes a los de los adultos. Las especialistas comentaron que, aunque los niños y niñas son más resistentes, flexibles y adaptables que los adultos, si los padres o los cuidadores están estresados o tienen síntomas de ansiedad, angustia, los menores también presentarán estos cuadros.
Ciudad de México, 30 de abril (Sin embargo).- Emiliano tiene 5 años de edad. Hoy en el Día del Niño, en medio del confinamiento y el aislamiento por las medidas sanitarias tomadas frente a la COVID-19, el pequeño deja en claro que la manera en que quiere festejarlo es en compañía.
“Quiero que jueguen conmigo a los monitos de Venom, ver una película conmigo, comer juntos una carnita asada afuera, que pongan una alberca porque no podemos salir”, expuso el pequeño en una carta que le encargaron de tarea en el kínder.
En México hay al menos 38.5 millones de niñas, niños y adolescentes de 0 a 17 años, población que representa un 30.8 por ciento del total de los habitantes en el país, de acuerdo a datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2018.
Emiliano es parte de los niños que tienen un hogar, una casa segura, sin embargo, un gran número de infantes aunque tiene una vivienda también tienen que trabajar para ayudar en la economía de su casa, pues esta población es una de las más afectadas por los altos niveles de pobreza que persisten en México, en 2017, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) censaba que 3.2 millones de niñas y niños de 5 a 17 años (62.7 por ciento hombres y 37.3 por ciento mujeres) realizaron alguna labor.
Ahora la niñez en México, además de estar expuesta a crisis de violencia, pobreza se le suma una cuarentena y emergencia sanitaria.
¿CÓMO LES IMPACTA EL CONFINAMIENTO?
Ver y jugar con los amiguitos, salir a pasear, al parque, ir de compras con la familia e incluso hasta ir a la escuela, son algunas de las cosas que extrañan varios pequeños que están en aislamiento por las medidas de COVID-19, según compartieron con SinEmbargo.
Madres de niños entrevistados explicaron que en ocasiones han notado que sus hijos se estresan, están más irritables o ansiosos, lo cual, aseguran es por el constante tiempo en casa.
La palabra coronavirus está muy presente en el día a día de los niños.
“Pienso que por eso (COVID-19) debemos estar encerrados. Siento mucha preocupación y angustia porque no quiero que nadie de mis familiares sufra esa enfermedad. Además, extraño ir a la escuela y salir al parque y ver a mis compañeros como antes”, compartió la niña Ana Michelle, de 11 años, quien cursa el sexto de primaria.
Su madre, Ana Cristina D, platicó que en las primeras dos semanas de cuarentena, sus tres hijos, entre ellos, Ana Michelle, lo pasaron bien y contentos, pero conforme pasa el tiempo presentan cambios de humor.
“Hacían su tarea y disfrutaban el tiempo, pero después vinieron las vacaciones y pues ya no tenían que hacer tarea, pero ya se empezaban a aburrir a dormirse tarde y levantarse tarde. Ya estaban más ansiosos, irritables y a veces de mal humor”, relató la joven madre.
Ahora, con el regreso a clases, a los pequeños les costó trabajo concentrarse de la misma manera. Ana Cristina considera que los cambios en sus hijos como “en un minuto están felices, luego molestos por nada, muy irritables”, tienen que ver con la modificación en el estilo de vida a raíz del confinamiento.
“Creo que es normal porque les movimos su vida como la conocen, todas sus actividades y a la vez se refleja preocupación en sus rostros al ver las medidas que se están tomando para la pandemia, donde todas las muestras de afecto desaparecieron”, narra la madre.
Ana Michelle quiere festejar el Día de Niño con su familia “jugando con mi familia, comiendo, haciendo picnic, viendo tele, viendo películas”, narró.
Karla Suárez Rodríguez, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, Alicia Rábago y Kathia Ogaz Carrillo, psicóloga y sexóloga, indicaron que los efectos en los infantes no son tan diferentes a los de los adultos, no obstante, los pequeños son más adaptables.
Además, los impactos en los niños por el aislamiento varían según la edad de los pequeños, pero principalmente también varían según las circunstancias en las que viven, pues no todos los pequeños tienen la oportunidad de tener un techo seguro para pasar su confinamiento.
Kathia Ogaz detalló que entre los efectos que puede generar el aislamiento pueden ser desde la baja motivación, casos de depresión – leve, moderada o hasta aguda– y ansiedad.
Las especialistas comentaron que, aunque los niños y niñas son más resistentes y flexibles, sin embargo, si los padres o los cuidadores están estresados o tienen síntomas de ansiedad, angustia, los menores también presentarán estos cuadros.
“La forma en que los adultos y cuidadores de los pequeños manejen la situación, es cómo va a repercutir en los niños”, dijo Rábago.
Karla Suarez considera que en este proceso de confinamiento el mayor impacto con los niños, sería en su desarrollo social y psicomotor, “eso dependiendo de lo que vaya a durar la medida”.
ANGUSTIA POR EL FUTURO
Javier tiene siete años de edad. Hace unos días no podía dormir. El pequeño está angustiado y temeroso. Ha tenido más de una pesadilla: “En una se destruye en mundo y otra, se enferman todos en el mundo. Sí me da miedo”, dice el menor.
Daniela, su madre, comenta que ha notado cambios en el menor porque el pequeño ya no ve a sus amigos, no va a la escuela con sus primos. “Como nosotros sí hemos respetado la cuarentena, nada más salgo yo a las compras, “ellos no han salido, no hemos ido ni a la casa de mi mamá a visitar, entonces el sí está triste y extraña más que nada a sus primos con quienes tiene una relación cercana porque iban juntos a la escuela”.
Desde la semana pasada, el pequeño ha estado inquieto “y su sueño se le ha cambiado totalmente, antes se dormía a las 21:00 horas, pero el viernes pasado no durmió en toda la noche, tuvo insomnio, él nunca había tenido insomnio, esa noche durmió como una hora. Lo veo ansioso, y me dice que extraña mucho a sus primos”, narró la madre.
Javier platica abiertamente que está triste y angustiado porque tiene miedo que se contagien sus hermanas y sus papás. También comenta que extraña “mucho a sus amigos, salir a la calle, extraño ir al cine”.
La psicóloga Kathia Ogaz Carillo explicó que una de las consecuencias del aislamiento es el desapego social, lo cual, puede generar estrés, el estrés, la irritabilidad, fatiga, insomnio.
“En los niños particularmente puede ocasionar tristeza e, incluso, no necesita ser angustia o ansiedad, pero sí sentir cierto un miedo del futuro. Esto nos puede pasar a todos, no es algo que nos va a pasar a todos, pero si es algo altamente probable que alguna de estas cosas pudiera aparecer. Lo mismo en los adultos como en los niños, ya sea en el presente o después de la situación”, explicó.
Daniela platicó que para entretener a su hijo Javier y su hermanita, de dos años, procuran darle espacios de esparcimiento, juegos, “les compramos una casa de campaña y la pusimos en medio de la casa, jugamos juegos de mesa, hacemos video llamadas con la familia, es lo que hemos hecho por el aislamiento”. Con Javier, detallo, ha platicado con el menos para bajar el estrés, “es un niño muy aprensivo, nosotros le hemos dicho que no tiene por qué estresarse”.
Para este 30 de abril, Javier dice que “quisiera que nos inventemos juegos” y disfrutar el día.
Para la maestra Karla Suarez Rodríguez, quien actualmente estudia el doctorado en psicología de salud y depresión de niños, destacó que, si los padres o los cuidadores están estresados o tienen síntomas de ansiedad, angustia, los menores también la presentarán.
“Aquí lo que se recomienda es justamente hablar con ellos, explicarles que esto va a pasar, que habrá cambios, pero que de alguna manera vamos a ir recuperando lo que teníamos antes de lo que teníamos en la pandemia pero que sí va a ser diferentes”, dijo la especialista.
Itzel es un poco más grande de edad. Ya tiene 13 años. Es una niña dinámica, extrovertida, directa y “movida”. “A mí no me gusta estar encerrada”, dice tajante.
Ahora con el confinamiento, aunque aclara que le gusta su casa y estar más tiempo con su hermano mayor, –quien tiene una condición de discapaciddad–, Itzel comparte que a veces se siente desesperada porque no puede salir a la tienda, “no puedo ir a la tienda con mis papás hacer las compras, no puedo salir a pasear a mi perrita o con mis amigas al parque”.
La pequeña está consciente que el aislamiento es una situación atípica, y la tienen que segur para preservar la salud. También sabe que, al terminar, extrañará a su familia, sin embargo, aclara: “Sí, me explicaron que son medidas de prevención, pero no dejan de ser desesperantes”.
Alicia Rábago señaló que uno de los efectos en los niños es justo esta necesidad de socializar: “Los efectos que se pueden ver ahora, son niños deseando ver a sus amigos, que, si viven en espacios pequeños, su actividad física se vea mermada, su energía se queda almacenada, te encuentras niños más irritables”.
CONSEJOS
Las expertas en psicología infantil, entrevistadas por SinEmbargo, coincidieron en tres puntos que son importantes para los pequeños en esta cuarentena y confinamiento: estructura (mantener una rutina), comunicación y flexibilidad (comprensión).
“Los niños necesitan y van a necesitar medidas muy parecidas a las que nosotros debemos tener presentes para salir de la mejor manera posible de esta situación”, expresó Ogaz Carillo.
“Los niños necesitan tener establecido ciertas cosas que hay que realizar en el día. Las rutinas te dan estructura y cuando tienes estructura, tienes seguridad”, detalló Rábago.
Otro factor es la flexibilidad y compresión para los menores en su rutina, en sus tareas.
“Tratar de mantener en la medida de lo posible esa estructura, con la conciencia de que es una estructura ajustada a una situación irregular, con la conciencia que es un ajuste y tránsito”, abundó Ogaz.
“Sabemos que no es la misma rutina que cuando sales y llevarlos a la escuela, no puede ser esa misma rutina, tienes que aprender a ser reflexible, quizá que se levantan un poco más tarde, pero sí pedirles que se bañen y se alisten, si en fin de semana quieren estar en pijama, a lo mejor, pero sí es necesario si rutinas y horarios de comida”, insistió Rábago.
La comunicación es un punto fundamental para que los niños sientan menos estrés, de acuerdo con las especialistas. Indicaron que es necesario platicar con los infantes para que entiendan que si están en aislamiento o “encerrados”, es para cuidar su salud, para estar bien, y que no lo vean como algo necesariamente malo, sino como una medida de protección.
“Con una buena explicación y acompañamiento los menores podrían tener menos efectos. Si sus papás están nerviosos, angustiados, ellos también. El reflejo de lo que se hace un adulto sin duda se ve en un espejo con un niño”, apuntó Alicia Rábago.
Karla Suarez destacó que, si el confinamiento es una medida a largo plazo, para evitar impactos en su desarrollo psicosocial, recomienda que los padres mantengan mayor acercamiento de los niños con otros pequeños, familiares, y personas.
“Por ejemplo, acercarlos con sus compañeros de escuela por video llamada o por llamada telefónica”, expresó.
Las expertas hicieron hincapié en que este periodo las madres y padres deberán de observar a sus hijos, conocerlos, ver si tienen cambios en su carácter o actitudes extremas o focos rojos, y si los tienen buscar ayudar profesional.