ENTREVISTA | Muchos problemas del INE son herencia del pasado, dice Arturo Sánchez

30/04/2015 - 12:02 am
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El Consejero Arturo Sánchez Gutiérrez es el encargado de que todos los funcionarios de casilla que participarán en la elección del próximo 7 de junio estén debidamente capacitados. Foto: Ariana Pérez, SinEmbargo

Ciudad de México, 30 de abril (SinEmbargo).– Arturo Sánchez Gutiérrez es Consejero del Instituto Nacional Electoral (INE). Él tiene en sus manos la Comisión que tiene la tarea de capacitar a quienes serán funcionarios de casilla y lograr que todo esté listo para que los ciudadanos emitan su voto durante la jornada del 7 de julio.

Sánchez Gutiérrez, quien ha estado trabajando en el órgano electoral desde 2003, afirma que “cuando se dice que cambiamos del IFE [Instituto Federal Electoral] al INE y cambiamos sólo una letra es una gran mentira. Cambió nuestra conformación, nuestra forma de funcionamiento, nuestra relación, nuestros tiempos de trabajo, el tipo de relación que tenemos que construir. Absolutamente todo cambió”.

El Consejero se refiere a las nuevas atribuciones que ahora tiene el Instituto y que modifican la forma de trabajar en la que habían desarrollado el proceso electoral. Parte de la Reforma Electoral que se está aplicando, dice, tiene que ver con problemas que no les toca decidir o con herencias de elecciones pasadas. Por ejemplo, lo que pasó en 2012 en materia de fiscalización o en 2013, cuando se acusó que los gobernadores se metían en las elecciones locales o que no les gustó el papel que desempañaban las encuestas. Todos esos cambios provocaron nuevas funciones en el órgano electoral que ahora les toca a ellos resolver.

Entre una de las principales tareas de la Comisión de Capacitación y Organización Electoral, por ejemplo, está la de la incorporación de la casilla única en la cual se recibirá la votación tanto para la elección local como federal, lo que implica cambios en la integración de las mesas directivas de casillas y la capacitación de más funcionarios, nueve en total para cada casilla, quienes recibirán las dos votaciones.

Además de atraer un ejercicio más grande de capacitación y organización electoral, este nuevo modelo significa también una mayor coordinación con los organismos públicos locales electorales (OPLES) porque ellos requieren para su elección local cosas específicas que les pide su Ley.

Por ejemplo, explica el Consejero, después de llenarse los documentos electorales deben entregarse al órgano electoral, según corresponda la elección, y tiene que haber un rango de error mínimo para que las boletas lleguen a su destino correcto y a tiempo, sólo que lo harán en 16 estados de la República y en alrededor de 148 o 149 mil casillas que van a instalar.

Para el Consejero Arturo Sánchez, estos son unos tipos de retos desde su Comisión, pero existen otros enmarcados en la problemática que implica aplicar la nueva ley, que es muy parecida a la anterior, pero con diferencias en la organización de los procesos electores y que tienen que ver con las nuevas atribuciones por ejemplo en fiscalización, en la incorporación de los OPLES y los nombramientos de los consejeros locales electorales.

Sobre algunos detalles de coordinación ha habido casos controversiales que se han tenido que resolver sobre la marcha y otros que seguramente llegarán al Tribunal, pero que sin duda representan un reto para la autoridad electoral porque implican reuniones de coordinación, tener muy claro qué es lo que se tiene que hacer, así como la operación de las decisiones.

En los temas de transparencia, el Consejero explica que utilizan el principio de máxima publicidad y tienen que hacer públicas todos sus acciones, entre ellas difundir la decisiones que toman; además que se les pide y están dispuestos a dar todos los datos de la elección desde quién organiza hasta cuántas personas hubo en las casillas.

Sobre la falta de la confianza de los ciudadanos en los partidos políticos, dice que hay una rendición de cuentas en materia de cómo dar cuenta del dinero que se le dieron, pero luego viene la otra rendición de cuentas, la del Instituto en la que informan de cada peso que gastan en el funcionamiento del órgano electoral, “porque nada más se menciona que este año el presupuesto del INE es de quién sabe cuántos miles de millones de pesos, más lo de los partidos 18 mil millones de pesos, la democracia más cara del mundo”, pero no abundan en qué se gasta esa cantidad.

Menciona como ejemplo la credencial para votar con fotografía, que es un proceso costosísimo que tiene a cinco mil ciudadanos trabajando en todo el país, pero que en otros países solo es una hoja impresa en papel bond que uno mismo puede imprimir en su computadora.

“Eso [la credencial para votar] está más el proceso, las fotografías el mantenimiento de los módulos y demás pues sí eso cuesta, pero sí esa es la forma en la que podemos dar confianza en la credencial pues se paga. Es el costo de la confianza... y a veces no se logra la confianza”, dice.

EL DÉFICIT DE CREDIBILIDAD

Para Sánchez Gutiérrez. no existen problemas de crecibilidad en las instituciones electorales. Foto: Ariana Pérez, SinEmbargo
Para Sánchez Gutiérrez no existen problemas de credibilidad en las instituciones electorales. Foto: Ariana Pérez, SinEmbargo

El Consejero Arturo Sánchez considera que en términos de operar la elección, nadie duda que el día de los comicios las casillas y boletas van a estar listas para que los ciudadanos voten, pues los retos que se les han presentado en el camino, los han enfrentado, pero que hay algunas situaciones en los que la ciudadanía no alcanza a ver directamente el trabajo que está detrás porque no aparecen los medios de comunicación y spots, pero además porque son tareas que sabe que “nos hacemos bolas, pero vamos a cumplir”.

En esa parte, dice, no tienen problemas de credibilidad y la sociedad confía y cree en que la autoridad va a hacer su trabajo correctamente.

“El problema mas bien está en la otra parte, cuando la ciudadanía percibe que algunas de las decisiones que tomamos que tienen que ver con el arbitraje de la elección podría tener alguna vinculación con la forma como fuimos nombrados por los partidos que nos propusieron y entonces se parte de premisas que no siempre son exactas”, comenta sobre las críticas que han recibido en temas sensibles como a la hora poner multas o resolver quejas o bajar o subir spots.

Agrega: “Ahí sí tenemos un déficit de credibilidad, ahí la sociedad dice el INE ya no es ciudadanizado, el INE es partidizado y son los partidos los que toman las decisiones y no el Consejo General y yo ahí simple y sencillamente remitiría a la forma en la que nosotros votamos en los espacios que podemos votar. […] Somos once, no obedecemos un solo mandato, somos once para que se incorporen precisamente once puntos de vista en la toma de decisiones”.

Reitera que como siempre aparecen los eventos más vistosos, por ejemplo que al PRD [Partido de la Revolución Democrática] le han puesto quién sabe cuántos millones de multa y que al Verde le han puesto casi 200 millones de multa y al PRI [Partido Revolucionario Institucional] le han puesto muy poquito o que al PAN [Partido Acción Nacional] le han puesto muy poquito, pero explica que eso no depende de que "nosotros nos sentemos a pensar no ahora hay que darle lata a alguno".

“Cómo es que nos ganamos la credibilidad, desde mi punto de vista, siendo firmes y consistentes en las decisiones que tomamos”, comenta al explicar cómo los procesos pueden llegar hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para encontrar la verdad jurídica, “pero como los reflectores más que en el Tribunal están puestos en el instituto, en consecuencia quien paga el descrédito es el Instituto”.

A su vez, asegura que está muy contento y orgulloso de las decisiones que se han tomado y que aunque a veces no haya compartido la postura de otros consejeros, como está en una institución acepta la votación general.

EL CONFLICTO EN GUERRERO

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En el caso de Guerrero, Sánchez Gutiérrez expone que en el proceso se van quemando etapas, que en diciembre le decían que no iban a poder capacitar y lo consiguieron; luego que cómo iban a sacar a los capacitadores en medio de todas las batallas, pero con una estrategia adecuada lograron tocar puertas en Guerrero igual que en todo el país e incluso recibieron mejor respuesta ciudadana que en otros estados de la República Mexicana.

Pasadas esas etapas para tener listos a los funcionarios de casillas, sigue el traslado de los documentos electorales que estarán custodiados por el Ejército, explica que en el camino tendrán que vigilar que las últimas etapas se realicen sin obstáculos.

“Cuál es nuestra política, pues hacerlo así con discreción, capacitando a la gente, alertando a la gente, tomando las medidas de precaución que se requieren y demás. Pero no vamos a forzar la máquina para a la fuerza hacer elecciones. Yo siempre he dicho: no vamos a organizar la elección a fuerza, pero tampoco queremos que por la fuerza nos cancelen la elección”, dice y agrega que tienen que llegar a un arreglo y prueba de ello es que recibieron a los padres de los normalistas de Ayotzinapa.

“Entonces mientras sigamos en este camino no hay ningún obstáculo para organizar la elección en Guerrero, si en algún momento de las etapa que vienen empiezan a aparecer nuevos problemas pues los enfrentaremos como tal. Ahora también no todo Guerrero es Ayotzinapa, no todo Guerrero es el municipio de Tlapa, Guerrero también es Zihuatanejo, Acapulco, la zona de Tierra Caliente, las otras partes de la zona de la montaña, la Costa Chica, la Costa Grande, y ahí no tenemos problemas y en consecuencias vamos con buenas noticias”, aclara.

Respecto a otros estados que requieran atención especial, destaca a las entidades donde hay presencia de manifestaciones de violencia vinculada con la delincuencia organizada, pero añade que nunca han tendido problemas vinculados al proceso electoral.

“Desde mi experiencia, desde la elección del 2006, pero más en el caso de la elección del 2009 que se nos decía hay una inseguridad tal, cómo le van a hacer y demás, estos grupos tienen muchos intereses, muchos conflictos, guerras entre ellos, se pelean por territorios, pero no se meten con las elecciones”, comenta.

El caso es distinto cuando aparecen situaciones específicas de violencia electoral como cuando matan candidatos o secuestran candidatos o presiones a los partidos, pero esos asuntos se resuelven en las instancias correspondientes.

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