Ciudad de México, 30 de abril (SinEmbargo).-Cuando parecía que ya no podía sorprendernos nada relacionado con los zombis, que ya se había escrito o filmado todas las visiones posibles sobre estos muertos vivientes, aparece In The Flesh, una serie británica dispuesta a humanizar al zombi, y de paso, romper estereotipos y remover conciencias.
El cine y la literatura han reflexionado en multitud de ocasiones sobre cómo sería un apocalipsis zombi, pero se han olvidado de mostrar qué ocurriría una vez que la amenaza fuera controlada y los zombis recuperarán su conciencia humana. ¿Podrían estos muertos vivientes reinsertarse de nuevo en la sociedad como si no hubieran sido los responsables de la muerte de millones de personas? Sobre ésta y otras cuestiones, reflexiona In The Flesh, la nueva mini-serie británica de la cadena BBC.
Desde que The Walking Dead hiciera su aparición en las pantallas hace ya tres años, el género zombi está viviendo su época dorada, pero con esta explosión de series, películas y libros, se puede correr el peligro de caer en lo fácil y no mostrar nada original. Éste no es el caso de In The Flesh, que ha sorprendido al hacer lo que nunca se había hecho antes, curar a los zombis y contar la historia desde su perspectiva, con sus dilemas morales, sus remordimientos y sus problemas para volver a formar parte de una sociedad que los rechaza.
Durante el Amanecer, los muertos se levantaron de sus tumbas y comenzaron a alimentarse de los vivos. Después de años de lucha, se ha encontrado una forma de controlar a estos zombis, no exactamente curarlos, ya que no están infectados, sino muertos, pero si de devolverles su conciencia y sus recuerdos, para que puedan dominar sus actos y volver a vivir en sociedad. Kieren Walker, el protagonista de la serie, es una de estas personas que, tras haber sido medicada para contrarrestar el Síndrome del Parcialmente Muerto, y haber recibido terapia, vuelve a su casa, en Roarton, para recuperar su vida. Pero una vez en su pueblo, Kieren descubrirá que no sólo tiene que enfrentarse a sus demonios internos, vive acosado por los motivos que le llevaron al suicidio y por remordimientos debidos a las muertes que causó cuando no era consciente de sus actos, sino que también tendrá que enfrentarse al rechazo de una sociedad que ha perdido a muchos seres queridos a manos de gente como él, y que no está dispuesta a perdonar.
A partir de aquí, los zombis pasan a un segundo plano y la serie se convierte en una crítica a la xenofobia, la homofobia, la discriminación, el nazismo y el fanatismo religioso. El paralelismo con el nazismo se hace evidente en el Cuerpo de Voluntarios Humano, un grupo paramilitar que se opone a la reinserción de los pútridos, como ellos llaman a las personas que padecen el Síndrome del Parcialmente Muerto, y siguen eliminándolos, pese a saber que existe una segunda oportunidad para ellos. En Roarton, este grupo es especialmente numeroso y está apoyado por las instituciones locales y la Iglesia. Además, la comparación de los zombis con los judíos se puede apreciar en las restricciones que les impiden entrar en ciertos locales, en sus casas marcadas para diferenciarlos de los “normales” y en los fusilamientos públicos. Mientras que los zombis mataban para sobrevivir y no eran consciente de sus actos, el Cuerpo de Voluntarios Humanos mata a sangre fría a personas que no pueden defenderse. Respecto a esto, cabe preguntarse, ¿quién es menos humano?
En cuanto a la critica a la homofobia, queda representada en la relación clandestina entre Kieren y Rick, pero sobre todo, entre Rick y su padre. El padre de Rick no aceptaba a su hijo gay, igual que no acepta su hijo zombi, y del mismo modo que no tuvo problema en mandarle a morir a una guerra en Afganistán para poder seguir negando la realidad, no tiene problemas en matarle, animado por el reverendo, para evitar enfrentarse a la naturaleza de su hijo.
Una gran serie, en definitiva, que se hace corta, con tan sólo tres capítulos, y que deja muchos interrogantes en el aire, seguramente con la intención de que BBC se decida a renovarla para una segunda temporada. Esperemos que así sea.