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Álvaro Delgado Gómez

30/01/2024 - 12:05 am

La conferencia de las mentiras

“Xóchitl Gálvez se dice víctima de una embestida brutal en los portales afines a la Cuarta Transformación”.

Xóchitl Gálvez es un mujer derrotada. Por eso inauguró su “conferencia de la verdad” con mentiras, por eso busca pleito con Andrés Manuel López Obrador, no con Claudia Sheinbaum y por eso —y sobre todo— Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano, los líderes de la oposición más mediocre y perdedora de la historia de México, ya se atrincheraron para los próximos seis años en el Congreso y en el control de sus partidos, cuyos sucesores desde ahora están definidos.

Tratando de salir de un hoyo que es cada vez  más profundo, Xóchitl Gálvez imita con su conferencia de prensa “de la verdad” a Ricardo Anaya en la campaña de 2018: Éste, actualmente prófugo y uno de los beneficiarios con una senaduría para la impunidad, impartió 24 sesiones, con un gasto de 50 mil pesos cada una, y ella dictará sólo 15, tres días a la semana antes del inicio de la campaña, el 1 de marzo.

La derrota de Gálvez se perfila para ser todavía más dolorosa que la de Anaya, escondido en Estados Unidos: Él obtuvo 22% de la votación como candidato de PAN, PRD, MC, pero ella deberá obtener al menos el 39% que suma lo que logró José Antonio Meade como candidato priista.

Xóchitl Gálvez se dice víctima de una embestida brutal en los portales afines a la Cuarta Tranformación. “Millones de pesos pagados en portales para difamarme, para agredirme, para ridiculizarme y nadie dice de dónde viene ese dinero para atacarme”.

Pero tampoco lo dice ella, que es la afectada. Lanza la piedra y esconde la mano. Tampoco es sincera cuando dice que dará información verificada y usa a la empresa consultora de Luis Estrada Straffon, funcionario del gobierno de Felipe Calderón cuyo vocero, Maximiliano Cortázar, es ahora su coordinador de comunicación.

Por otra parte, aun cuando el periódico El Financiero le brindó este lunes una preferencia de 32% ante el 48% de Sheinbaum, Gálvez se mostró rígida y solemne en su primera “conferencia de la verdad”, de sólo 37 minutos, muy alejada de las gracejadas que gustan a un sector de los medios. Hasta vistió de otro modo, sin los coloridos huipiles. Eso sí, usando siempre el color rosa, usurpado al INE.

Ninguna otra encuesta, salvo las conocidas como tramposas, asignan a Gálvez posibilidades reales de triunfo. Ninguna.

En cuatro meses serán las elecciones federales y Xóchitl Gálvez es una mujer derrotada por sus propios impulsores, “Alito” Moreno, Cortés y Zambrano, quienes ya obtuvieron los primeros lugares en el Senado que les garantiza los próximos seis años no sólo ingreso económico, control de candidaturas y dinero de prerrogativas, sino inmunidad e impunidad.

Salvo el agónico PRD, que lucha para no perder el registro, las sucesiones de Moreno y Cortés están también desde ahora definidas: Rubén Moreira Valdez en el PRI y Jorge Romero Herrera en el PAN, cada uno también con sus respectivas diputaciones plurinominales.

Hasta el oligarca Claudio X. González Guajardo, quien unió en su mansión de Las Lomas de Chapultepec a los tres partidos, obtuvo una posición legislativa: César Israel Damián Retes, quien se ufana de haber sido coordinador de asesores de Lorenzo Córdova en el INE, fue postulado por el PAN a diputado federal plurinominal.

Damián Retes ha sido secretario ejecutivo de “Sí por México” y de “Unidos”, que lideran Claudio X. González y Juan Francisco Torres Landa Ruffo, un abogado que es nieto del exgobernador priísta de Guanajuato Juan José Torres Landa, cuya familia se enriqueció en Querétaro.

El resto de los falsos representantes de la “sociedad civil” están enfurecidos por el agandalle de los jerarcas partidarios, pero les están arrojando algunas migajas de las prerrogativas de la campaña para que no levanten la voz y lancen lodo a los adversarios. Y ya.

La elección presidencial está definida y Xóchitl Gálvez sabe que está derrotada.

Álvaro Delgado Gómez
Álvaro Delgado Gómez es periodista, nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1966. Empezó en 1986 como reportero y ha pasado por las redacciones de El Financiero, El Nacional y El Universal. En noviembre de 1994 ingresó como reportero al semanario Proceso, en el que fue jefe de Información Política y especializado en la cobertura de asuntos políticos. Ha escrito varios libros, entre los que destacan El Yunque, la ultraderecha en el poder (Plaza y Janés); El Ejército de Dios (Plaza y Janés) y El engaño. Prédica y práctica del PAN (Grijalbo). El amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas (Editorial Proceso) es su más reciente libro.

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