Mientras que en Chile, Colombia, Bolivia y Ecuador, los presidentes son asediados por manifestantes, en México hay un mandatario popular que, a un año de su llegada a la Presidencia, es el más fuerte en décadas, afirma un análisis publicado este viernes en The Washington Post. Sin embargo, también destaca que a medida en que Andrés Manuel López Obrador consolida su poder, los críticos temen que esté amenazando algunos de los logros democráticos conseguidos por la sociedad mexicana en décadas.
Ciudad de México, 29 de noviembre (SinEmbargo).– A un año de asumir el cargo, Andrés Manuel López Obrador es el Presidente más fuerte que México ha tenido en décadas, dice este viernes The Washington Post. No sólo establece la agenda del país con sus conferencias de prensa diarias, sino ha reconfigurado el Gobierno con una ajuste drástico del presupuesto y también ha introducido una serie de programas para ayudar a los agricultores, los ancianos y estudiantes, entre otros, establece en un análisis de los primeros 365 días del político tabasqueño al frente de la la Presidencia.
El texto, realizado por Mary Beth Sheridan, corresponsal del influyente periódico estadounidense para México y Centroamérica, destaca que AMLO tienen índices de aprobación que superan el 60 por ciento, en un continente donde muchos presidentes apenas y si alcanzan la mitad de ese promedio.
Sheridan destaca el cariño que la gente le tiene a López Obrador, con una crónica en San Miguel Canoa, Puebla, una comunidad que el Presidente mexicano visitó el 25 de noviembre pasado.
“En otros lugares, Chile, Colombia, Bolivia y Ecuador, los presidentes son asediados por manifestantes .
“Pero cuando el líder de México llegó a este pueblo de montaña un viernes reciente, la multitud lo estaba adorando. Los campesinos caminaron por millas para saludarlo. Ángel Roldán Pérez, un agricultor de 62 años con una gorra de béisbol roja, había recibido recientemente una bendición singular: una subvención agrícola de 84 dólares”, dice la periodista estadounidense.
Sin embargo, añade, a medida que el veterano izquierdista consolida su poder, los críticos temen que esté amenazando algunos de los logros democráticos de México. Por ejemplo, destaca, dicen que López Obrador está debilitando las instituciones que salvaguardan los derechos humanos y las elecciones limpias, y está ejerciendo un mayor control sobre la financiación de los estados.
También dirige las subvenciones en efectivo a los pobres y vulnerables, y está presionando a los burócratas para limitar la corrupción. Pero sus detractores dicen lo acusan de usar el dinero público para construir una base masiva de leales, como es el caso de Roldán Pérez, campesino de Canoa.
López Obrador, dice el texto del Post, sigue siendo popular a pesar de los pocos avances en la resolución de los principales problemas de México, como el número récord de homicidios o la economía estancada. Pero en un momento de agitación en América Latina, “quizás su mayor logro ha sido revivir las esperanzas de los muchos ciudadanos que se habían agriado en la democracia”.
EL HOMBRE DE PUEBLO
Sheridan cita al politólogo Jesús Silva-Herzog Márquez: “Una mayoría muy clara de los mexicanos piensa que su gobierno es su gobierno. México hoy es un país mucho más dependiente de la voluntad de un hombre”.
Desde San Miguel Canoa, la población 225 que hasta el 25 de noviembre pasado había visitado el Presidente en este año, la periodista destaca las opiniones de los pobladores, y cita a Raymundo Flores, de 27 años, uno de los miles integrantes de esa comunidad mayoritariamente indígena.
“Presta mucha más atención a los pueblos”, dijo Flores, trabajador de la construcción. “Siempre hemos sido olvidados”.
López Obrador, plantea The Washington Post, ha mejorado su reputación de “hombre de pueblo” reduciendo los beneficios tradicionales, renunciando al avión presidencial y la mansión y reduciendo los salarios de los funcionarios, incluido el suyo.
Además, “para los mexicanos, el hombre de 66 años no solo es accesible; es prácticamente inevitable. Tiene una conferencia de prensa a las 7 de la mañana casi todos los días de la semana, y su comentario sobre el estado de los asuntos mexicanos, al igual que los tuits del Presidente Trump, domina las noticias. AMLO usa esa plataforma para reprender a los medios independientes que son críticos con él. Las sesiones también le permiten proyectar la imagen de un abuelo franco, lo opuesto a los políticos formales del país que hablan con jerga”.
Sheridan entrevista al destacado encuestador Jorge Buendía, quien opina que si López Obrador parece ser un “súper Presidente”, no es sólo por sus habilidades de marketing, también es prácticamente el último hombre de buena reputación en un panorama político transformado por el creciente disgusto de los mexicanos con la corrupción.
López Obrador, dice el Post, ganó las elecciones presidenciales de 2018 en forma aplastante, ya que su partido reformista, Morena, tomó el control del Congreso. “Los otros partidos principales del país se han marchitado”, destaca.
“Estos contrapesos ya no existen”, dice Buendía a Sheridan.
De alguna manera, el partido de López Obrador ha asumido el papel del Partido Revolucionario Institucional (PRI) hacia el final de sus 71 años de gobierno, cuando el país se estaba volviendo más democrático, pero la mayoría de los principales cargos políticos todavía estaban en manos de un solo partido.
“Se parece mucho a la década de 1990”, afirma Buendía.
LOS CRÍTICOS
Aun así, el periódico de la capital estadounidense, afirma que los activistas cívicos dicen que el gobierno está socavando los organismos autónomos creados durante la transición a la democracia. Esta semana, ejemplifica, el Congreso recortó los presupuestos para el Instituto Nacional Electoral, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y otras instituciones.
También cita a Marko Cortés, presidente del Partido Acción Nacional (PAN), quien es un crítico de AMLO: “Existe una clara intención por parte del gobierno federal de debilitarlos y controlarlos”.
“Lo que ha hecho es tomar el control del Gobierno, tomar el control de la burocracia, eliminar todas las fuentes de poder autónomo, cualquier contrapeso, con un plan a largo plazo de control político”, le dice Luis Rubio, presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), al Post.
López Obrador niega tener tendencias autoritarias, plantea el texto de Sheridan. “Él dice que está tratando de arreglar un gobierno que durante mucho tiempo benefició a una pequeña élite mientras ignoraba a los muchos pobres del país”.
“Estamos introduciendo cambios que el país necesita para que todos, de abajo hacia arriba, puedan crear un nuevo país”, cita el diario a AMLO.
“En el pasado, esta ayuda se distribuía a través de intermediarios y organizaciones, y no llegaba a la gente: se atascó en el camino o no llegó por completo debido a sobornos”, cita la autora a López Obrador durante su discurso a la multitud en San Miguel Canoa. “Eso se acabó”, remata.
Para el campesino Roldán Pérez y su esposa, Dominga Marcial, dice el WP, “el cambio realizado por el Presidente es palpable. “Dos familiares discapacitados comenzaron a recibir transferencias de efectivo. Luego está el subsidio agrícola que la pareja recibió recientemente: 1,600 pesos, o alrededor de 84 dólares. No habían visto tal ayuda en años”.
“Viene de él”, dice Marcial.
Sin embargo, el diario destaca que pese la popularidad del presidente, muchos mexicanos están insatisfechos.
El grupo cívico Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) ha estudiado algunos de los nuevos programas sociales y dice que tiene un registro descuidado, una planificación deficiente y una falta de transparencia, según su directora María Amparo Casar.
“La gran pregunta es, cuánto dinero está llegando a la gente y si la gente realmente lo necesita”, le dice Casar a la periodista estadounidense.
También se destaca que la falta de experiencia es sólo una de las limitaciones del gobierno de López Obrador.
Se ha comprometido a no asustar a los inversores internacionales aumentando la deuda o aumentando los impuestos, lo que limita su capacidad para expandir los programas sociales, añade
“México depende tanto del comercio de Estados Unidos que cuando Trump amenazó con imponer aranceles punitivos a principios de este año, López Obrador accedió rápidamente a sus demandas de tomar medidas enérgicas contra los inmigrantes con destino a Estados Unidos”, plantea.
Además, existe un peligro potencial para dominar el panorama político de México: López Obrador podría no ser capaz de culpar a la oposición por cualquier falla que ocurra.
Por ejemplo, el encuestador Buendía destaca que los índices de aprobación del Presidente se redujeron un poco después de la operación fallida para arrestar al hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán el mes pasado.
En las conferencias de prensa, dice el texto de Sheridan, él es el hombre que representa a todo el Gobierno. Y remata con una frase de Buendía: “Parece ser él quien toma todas las decisiones”.